sábado, 29 de diciembre de 2012

PROMOCIÓN ILIMITADA



"Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe." - Juan 3:30

      Aunque hay diferencias de opiniones en algunos comentaristas y estudiosos del texto bíblico, la mayoría coincide en que estas son las últimas palabras de Juan el Bautista como hombre libre (luego en la cárcel se lo oye preguntar acerca del Mesías). Al final de su ministerio, el concepto y visión que tenía de Cristo no había variado de lo que fue cuando comenzó a ministrar y dijo: "Yo soy la voz..." (Jn.1:23); "Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado." (Jn. 1:27); y este concepto era, básicamente: LA PROMOCIÓN ILIMITADA ES PARA CRISTO. 
        Nunca Juan buscó su propia promoción; nunca buscó sobresalir a expensas de Cristo... "soy una voz... no soy digno siquiera de desatar su calzado..." Es difícil pensar cómo es posible que un hombre de quien el Hijo de Dios mismo dijo: "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista" (Mt. 11:11), que sea este mismo hombre el que en todo momento NO PRETENDIÓ FIGURAR sino, justamente, pasar DESAPERCIBIDO. Muy a menudo, el Espíritu Santo debe recordar a nuestros corazones las palabras de Dios a Baruc, el escribiente de Jeremías: "¿Y tú buscas para ti grandezas?" (Jer. 45:5) y es TOTALMENTE EXTRAÑA a nuestros corazones la oración de David: "Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí." (Sal. 131:1). A menudo el cielo tiene que decir de nosotros lo que se dijo en cuanto al rey Saúl "he aquí se levantó un monumento," (1 Sam. 15:12). 
   ¡Oh, sí!, la mayoría dirá: "¡Que Cristo crezca! ¡Que Cristo crezca!" pero no hay una confesión proporcionalmente directa hacia el decrecimiento, el rechazo de la popularidad y la búsqueda de autoridad. Algunos DISFRAZAN su afán por la promoción personal y tienen "La voz de Jacob, mas las manos de Esaú." (Gn. 27:22), usan a Cristo y el servicio por su causa como un trampolín para la fama personal. ¡Te ruego mires por lo que es NECESARIO, y eso es, QUE CRISTO CREZCA, SE HAGA VISIBLE EN NOSOTROS! Nuestra carne no necesita más promoción de la que naturalmente codicia desde que nacemos. Y solamente el Espíritu Santo puede invertir los polos. Lo hace en el nuevo nacimiento, pero lo fomenta durante el resto de nuestro peregrinaje "para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros" (2 Cor. 4:7). Mira que lo que tu dices que es un menguar de tu alma, no sea una falsa humildad para promocionar tu ego. Y que el crecimiento de Cristo no sea un porcentaje de ganancia para ti.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
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