domingo, 31 de mayo de 2015

NO HACE FALTA FROTAR LA LÁMPARA

"Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé." - 1 Reyes 3:5

    ¿Quién no ha disfrutado con las andanzas de Aladín y el genio de la lámpara? Quizá no ha pasado una sola oportunidad cuando quienes han visto las películas de este personaje no hayan imaginado qué es lo que harían si existiera la oportunidad de frotar una lámpara y tener un genio a disposición que le otorgara tres deseos. 
    El joven rey Salomón, recién llegado al trono de Israel en Jerusalén, no tuvo una lámpara para frotar salvo la que le serviría en su habitación para dar luz; pero tuvo a Dios que lo amó y le dio la oportunidad de escoger lo que deseara. Es como si le hubiera dicho: "Toma, aquí tienes un cheque en blanco, anota la cifra que quieras." Las palabras exactas fueron: "Pide lo que quieras que yo te dé."
    ¿Qué hubieras hecho tú? ¿qué hubieras pedido? Salomón dijo: "Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?" (v.9). Salomón pidió sabiduría, pero no la pidió para sí mismo,  sino para servir a su pueblo; y este fue el asunto clave y determinante para que Dios luego le concediera todo lo que él no pidió y que un rey generalmente posee: Riquezas y gloria. No hay dudas que Salomón mostró su corazón de siervo.
    ¿Acaso hay alguna otra mejor elección? ¿No es servir la decisión más acertada para un ser humano?¡Oh, claro! El corazón del hombre no nace con esta disposición, sino con el deseo de ser servido y ocupar el primer lugar. Si alguna cosa era necesaria para confirmar que el joven Salomón escogió lo correcto, sólo hace falta mirar a aquél que dijo: "... he aquí más que Salomón en este lugar." (Mt. 12:42), el Señor Jesucristo, quien dijo luego: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos." (Mr. 10:45). 
    Si vas a pedir algo al Señor, ¿por qué no le pides capacidad para servir mejor a tu prójimo? ¿Por qué no imitar a Jesucristo y reflejar sus virtudes? ¿No es esto lo que se espera de los hijos de Dios? "... mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve." (Lc. 22:26) Piénsalo. No tienes que frotar la lámpara, sólo ponerte bajo la dirección del que tomó forma de Siervo.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 30 de mayo de 2015

LA ESCUELA DE LA CRISIS

"Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos." - Salmo 119:71

    En una página de internet se encuentra un artículo que dice: "77 formas de aprender más rápido, más profundo y mejor." El mismo está más relacionado con aspectos saludables que otras cosas, y entre las sugerencias que da sobre cómo mejorar el aprendizaje aparecen algunas tales como: Agitar la pierna para mejorar el flujo sanguíneo, desayunar fuera de la casa para reflexionar mejor, comer un almuerzo ligero,  tomar ginkgo biloba, encender las luces, tomar una ducha o baño, reír, escribir un diario, usar hojitas ayuda memoria; y varias otras más.
    Para el autor del salmo 119 ninguna de estas cosas estaban en su lista, pero la que le permitió aprender mejor que ninguna otra fue la humillación. Para aprender acerca de Dios, en muchísimas ocasiones no hay mejor maestro que la humillación. La palabra puede ser traducida como "aflicción"de acuerdo a su origen en el hebreo. Esta sería la última cosa que cualquiera de nosotros pensaría que puede ser un maestro eficaz: La aflicción.
    Los amigos de Job creían que sus aflicciones eran el resultado de sus pecados, pero Dios terminó mostrándoles que ellas eran el resultado de la bondad de Dios para con él. Las crisis personales son, en muchas oportunidades, el mejor instructor para el alma y es muy bueno aprender a apreciarlo y no estar esperando un maestro suplente. Cuando la aflicción ha pasado, como nuestro salmista, aprendemos a ver lo bueno que ha sido para nosotros atravesar la misma. Es la única manera de aprender los estatutos (decretos) de Dios; límites y reglas establecidas por su mano. Inflexibles.
    Si estás atravesando una crisis recuerda que no es "una manera más" de aprender sino la mejor, de acuerdo a la palabra de Dios. Es bueno para ti, es bueno para tu alma y es bueno para lo que vas a contar en el futuro: Lo que aprendiste de Dios en su bondad al permitir la crisis en tu experiencia de vida. Vuélvete a la Escritura y persevera en hallar la respuesta y la mejor calificación para tu tarea.

¡Dios te bendiga!

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viernes, 29 de mayo de 2015

EL ORDEN DE FACTORES QUE ALTERA EL PRODUCTO

"Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón." - Salmo 37:4

   Qué importante es oír a quienes nos precedieron y pueden decirnos por experiencia propia que las promesas de Dios tienen el cumplimiento que demuestran su fidelidad. David escribe este salmo siendo ya un anciano y confirmando tal cosa en su vida, "Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan." (v.25). Mirando hacia atrás, su consejo inspirado por el Espíritu Santo nos favorece para ordenar nuestros pensamientos cuando enfrentamos circunstancias difíciles.
    ¿Responde Dios la oración? ¿Responderá las mías? ¿Será verdad que él puede darme aquello que le pida? David dice, "Sí, él lo hace." Pero, a veces pareciera que no ¿verdad? ¿Y cuál sería el problema o la razón de esta impresión? Un sencillo repaso del texto de hoy puede ayudarte a corregir algunos conceptos que enturbian tu visión.
   Nota lo que dice el salmista, él tiene un orden específico para decir lo que dice: Deleite en el Señor primero, y peticiones concedidas, después. ¡Ah! pero nosotros, tú y yo, generalmente pensamos diferente; "Señor concédeme lo que te pido y ¡cuánto deleite tendré en ti!" De esta forma hacemos la mayoría de las cosas; somos tan felices por todo lo que Dios nos da que continuamos siguiéndole. No me mal interpretes, es bueno y correcto gozar de los beneficios que provienen de la mano del Señor; pero otra muy distinta es esperar los beneficios para honrar la mano del Señor, hacer esto altera el resultado.
    Cuando cambiamos el orden de la oración, cambiamos también el enfoque de nuestra alma; los problemas son nuestra atención y nuestra felicidad descansa en nuestras circunstancias y no en Dios. Problemas con los niños, problemas en el trabajo, la salud, la familia, tu iglesia. ¿Qué miras? Prueba el consejo del abuelo David, disfruta del Señor;  de cómo es él, quién es él y de lo que ha hecho siempre; y una vez que hagas de esto una sana costumbre, tus peticiones serán aquellas que surgen de esa relación con Dios. No hay duda que siempre serán concedidas porque no estarás centrado en ti mismo, sino en Dios.

¡Dios te bendiga!

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jueves, 28 de mayo de 2015

CENTRADO EN EL CENTRO

"Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre." - Salmo 118:8

   Las opiniones varían sobre si este versículo de la Biblia es o no el versículo que se encuentra en el centro de la misma.  Una serie de recuentos de los libros y capítulos que conforman la Palabra de Dios permiten llegar a esta conclusión, para muchos, asegurando que el salmo 118:8 es el centro exacto de la Biblia. Otros no opinan lo mismo y le dan el crédito a otro versículo cercano a este. La pregunta que cabe es ¿importa realmente si es o no es? La respuesta categórica es: No; en parte porque las divisiones de capítulos y versículos de la Biblia no estaban originalmente en el texto inspirado y porque la simetría de números y versículos de la Escritura no es lo que realmente nos debe importar.
    Sin embargo, el texto sí contiene la verdad central de la Biblia y es esto lo que lo transforma en el centro de la misma; un lugar que ocupa con muchos otros versículos de la Biblia. Fíjate la certeza que pregona y que responde de manera simple pero ciertísima a la pregunta que taladra cada vez más en el corazón del hombre: "¿En quién confiar?" Y la Biblia eleva la propuesta de confiar en un hombre o en otro, a confiar en Dios o en el hombre. Una gran verdad, porque el teísmo y el humanismo siempre han estado en oposición mutua.
    La Biblia comienza con el Génesis mostrando a Dios como Creador de todo y termina con el Apocalipsis mostrando al Señor Jesucristo como Soberano de todo. La humanidad siempre ha buscado reemplazar esto, "Seréis como Dios" (Gn. 3:5). Quizá alguien dirá: "¡Pero es que hay tantas religiones!" - pero no es así; básicamente hay dos: Una centrada en el hombre; la otra es centrada en Dios. Una se basa en el evolucionismo; la otra se basa en el creacionismo. Una es humanista; la otra es teísta. Y la única religión teísta y verdaderamente creacionista es el Cristianismo Bíblico que reconoce a Dios como Creador y Salvador, el Señor Jesucristo.
    Entonces ¿en quién confiar? En Dios; pero en el Dios de la Biblia quien tomó forma de hombre, pero un hombre perfecto que entregó su vida para que pudiéramos encontrar el verdadero sentido de la vida y la eternidad y asegurarnos de estar por siempre "centrados en el centro." Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Jn. 14:6)

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 27 de mayo de 2015

TIRO AL BLANCO

"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud." - Salmo 127:3-4

    En una sociedad cada vez más egoísta y especuladora la procreación en un matrimonio parece haber quedado relegada a un plano mucho más que secundario. No solamente el voraz deseo de "vivir la vida a pleno sin preocupaciones" sino también el pensamiento de que en un mundo cada vez más inseguro, tener hijos significa solamente exponerlos a peligros nunca antes vistos;  son algunos de los argumentos más comunes que se pregonan.
    Padres que batallan con la rebeldía en sus hijos adolescentes, otros que sufren por verlos involucrados en la drogadicción, el alcohol o la delincuencia, hacen que la presencia de hijos en el hogar sea cada vez más cuestionada. Sin embargo, la Biblia tiene la última palabra, y ella dice que los hijos son "herencia de Jehová" y que él es el único que puede controlar sus vidas, preparar su entorno y obrar en sus almas. Los padres son responsables por guiar a sus hijos, pero Dios es su propietario absoluto. El tiene sus propósitos soberanos en la creación de un bebé. 
    F. W. Boreham dijo: "Cuando Dios ve que en este viejo y pobre mundo algo incorrecto precisa ser corregido o una verdad necesita ser proclamada, o un beneficio precisa ser inventado - entonces él envía un niño al mundo para hacerlo" Y esta es la razón por la que envió su propio Hijo al mundo hace más de dos mil años. 
    ¿Eres padre? Considera lo que Dios dice de tus hijos en este salmo; son como saetas en mano de un valiente. No siempre el valiente usó las mismas, sino que se entrenó para ello. La primera vez que las saetas estuvieron en sus manos aprendió a conocerlas, su peso, tamaño, características. El arco que las lanza fue también motivo de consideración para este valiente, ¿cuánta tensión? ¿cuánta fuerza? ¿cómo darle dirección? El momento de mayor tensión, es el momento en que la saeta saldrá y es entonces donde mayor concentración precisa el arquero. Así han de ser los padres con los hijos, cada uno de ellos: Cuidado, atención, prevención, dirección oportuna. 
    La única cosa que permitirá que los padres hagan esto, es que recuerden que los hijos son prestados y que no les pertenecen. Dios es su dueño y ellos son su herencia. Y la única forma en que papá y mamá lo vean de esta manera es que ellos mismos vean a Dios como su propio Salvador y Señor. 

¡Dios te bendiga!

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martes, 26 de mayo de 2015

¿ESCONDIÉNDOTE O ESCONDIDO?

"¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?" - Salmo 139:7

    Esta son las preguntas de un hombre que lo ha probado todo y solamente ha descubierto que el más prominente de los imposibles para el ser humano es esconderse de Dios. Ninguno lo supera; ni la vida con todas sus distracciones y variantes innumerables, ni la muerte con todo su silencio y olvido. Es inútil huir del Espíritu de Dios, y es absolutamente falsa la idea de que alguien puede esconderse de la presencia de Dios. 
    El salmista hace una pregunta retórica con felicidad y tranquilidad porque su experiencia huyendo de Dios ha quedado en el pasado. Dios es su justicia y su perdón; él es su salvador y quien lo rodea continuamente. Pero hubo un tiempo que seguramente no fue así, como lo es en todos quienes buscando utilizar sus propios méritos para obtener el favor divino, no hallan paz, y huyen de Dios y su presencia. No huyen da la iglesia, tampoco de la religión, ni siquiera del buen obrar. Pero huyen de su presencia, que en la Biblia, es sinónimo de la voz de Dios, su Palabra "Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto." (Gn. 3:8).
    "Los pecadores perdidos se esconden de Dios, pero los pecadores perdonados se esconden en Dios." (Wiersbe).  Es tan común oírlo: "No, la Biblia no la leo, o de vez en cuando, pero tengo mucha fe" o bien "No leo la Biblia, pero soy muy creyente en Dios" - Estas son las palabras de los fugitivos de Dios que no saben que tarde o temprano tendrán que rendir cuentas ante él; porque como David lo confesó, la eternidad no detiene el conocimiento divino: "Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás." (v.8).
    ¿Estás huyendo de la voz de Dios? ¿A dónde irás? Su palabra dice: "Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta." (Hebreos 4:13).

¡Dios te bendiga!

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lunes, 25 de mayo de 2015

TRANSMITIENDO LO APRENDIDO

"Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo." 1 Crónicas 25:8

    Los capítulos 23 al 26 de 1 Crónicas describen el amor y pasión de David por la casa de Dios manifestado a través de todos los preparativos que hizo para que su hijo Salomón únicamente se ocupara de la construcción del templo. El hombre con más salmos en su autoría puso especial cuidado en la adoración y la alabanza al momento de distribuir las tareas y responsabilidades de los levitas.
    En este sentido, los músicos eran escogidos cuidadosamente porque tendrían la responsabilidad de proclamar la verdad (profetizar) con la música (v. 3) y para tal fin eran todos ellos personas aptas e instruidas (v. 7). Sin embargo, un detalle particular es el que nos menciona el texto de hoy, y es que el grande y el pequeño, el maestro y discípulo, entrarían juntamente para ministrar delante del Señor.
    Esta es una hermosa figura y una perla que se encuentra en la lectura consciente de las Sagradas Escrituras, contiene una enseñanza básica y fundamental que es imprescindible que el pueblo de Dios nunca olvide: La importancia de transmitir lo aprendido y favorecer el crecimiento y servicio de los que aún están en sus primeros pasos. Los grandes y los maestros deben velar por los pequeños y los discípulos. ¿No esta una verdad que Jesús traspasó a sus discípulos? ¿No estaba con ellos cuando la gente tuvo hambre y les enseñó a confiar? ¿No los acompañó en la tempestad en el mar de Galilea y les enseñó de la fe? Acaso cuando los fariseos hacían sus preguntas ponzoñosas ¿no llevaba aparte a los suyos y les enseñaba correctamente? Se tomó su tiempo para guiarlos.
    Necesitamos más grandes y maestros en la fe que sean capaces de transmitir las verdades que permiten al pueblo de Dios continuar proclamando la verdad. ¿Tienes alguna experiencia ministerial que le haría bien a otro aprenderla? ¿Un joven a quien mostrarle cómo servir mejor? Quizá un niño en tu iglesia que necesita que le muestren cómo tratar los coritos ilustrados o el mobiliario del templo. Algunas cosas que parecen pequeñas pueden llegar a ser imprescindibles en el futuro. Lo mismo con aquellos que se perfilan para proclamar el evangelio desde los púlpitos. Si eres un pastor, no dejes de velar por ellos. Transmite tu conocimiento. El protagonismo y el egoísmo son dos venenos letales para la iglesia de Cristo. 

¡Dios te bendiga!

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domingo, 24 de mayo de 2015

ES SÓLO CUESTIÓN DE TIEMPO

"Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder..."  - Salmo 110:3a

    El Salmo 110 es uno de los tantos salmos mesiánicos (en referencia al Mesías - Jesucristo) que conforman el salterio hebreo. Este es uno de los más destacados ya que presenta un cuadro completo de Cristo como el Rey de reyes en su reinado milenario. El poder ejercido en aquel tiempo será absoluto y la justicia será perfecta, puesto que será "la vara de su poder" (v. 2).
     Sin embargo, hemos de saber que el poder de Cristo no se encuentra confinado sólo a un tiempo futuro sino que él obra como desea y cuando desea conforme a su beneplácito y siempre en cumplimiento de sus santos propósitos. De acuerdo a esta verdad ampliamente corroborada en la Escritura, el texto de hoy también nos esperanza con la certeza de que en el momento que Dios mueve los corazones de su pueblo, se produce un ofrecimiento voluntario de parte de ellos y al servicio del Salvador.
    No hay duda que la iglesia ha sido provista de dones que fueron el trofeo de Cristo al momento de su resurrección. Ella se encuentra dotada ampliamente para servir a su Redentor y para extender el mensaje de la redención. Dios puede activar los corazones de su pueblo provisto de recursos divinos para que su plan continúe formándose; y esto lo puede hacer sin la ayuda del hombre.
    Lamentablemente, hoy en día líderes de diferentes congregaciones parecen haber olvidado esto y prefieren ejercer presión para lograr lo que solamente puede lograr el Espíritu de Dios: Un ofrecimiento y servicio voluntario. Vez tras vez, maestros, o quienes dirigen cultos o líderes de jóvenes u otros ministerios de la iglesia local se ven colocados a la fuerza por una especie de manipulación pastoral que lo único que obtiene son actividades desarrolladas con la mente pero sin el corazón.
     Pero cuando Jesucristo, Señor de la iglesia ejerce su poder en el corazón de su pueblo a través de la predicación de su Palabra en púlpitos sanos, ¡qué diferencia hay en lo que se hace por su Nombre! ¡Qué distinto es el pueblo que sirve ofreciéndose voluntariamente, de aquél que lo hace bajo el impulso del hombre y la fuerza de la obligación! ¿Te encuentras en esta condición? ¿Eres tú uno de los tantos que haces lo que haces en tu congregación porque te lo han pedido nada más y porque has pensado que no hacerlo te acarreará problemas? ¿Tienes un corazón de servicio voluntario? Examina tus motivos, sólo el poder de Dios produce resultados eficaces, lo demás es puro invento.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 23 de mayo de 2015

EXCESO DE CONFIANZA

"En mi prosperidad dije yo: no seré jamás conmovido, porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado." - Salmo 30:6-7

   Es muy probable que estas palabras de David hayan sido escritas al recordar los acontecimientos relatados en 1 Crónicas 21. Conforme al relato, David censó al pueblo, tentado a conocer el poderío militar del que gozaba y las personas con quienes contaba. El censo nacional era un hecho legal, conforme a Exodo 30:11-16 para el pago de la redención, pero David jamás lo conectó con esto sino con su propia arrogancia para calcular su poder. Fue un error. En verdad, fue un pecado muy serio y así lo reconoció luego cuando la mano de Dios vino en juicio aunque en misericordia también, sobre toda la nación.
     Viendo la magnitud de recursos que arrojó el censo, David sintió que jamás sería conmovido pues su prosperidad, pensó, era un hecho constatado y garantido. E incluso llegó a pensar que el favor de Dios se medía materialmente. Este exceso de confianza de David, le costó caro y le condujo a la profunda humillación.
    ¿Qué fue lo que hizo falta para que su seguridad demostrara ser un castillo de arena? El rostro de Dios escondido; una expresión que comunica gráficamente que si Dios retira sus ojos de nuestra vida, todo se torna absolutamnte inútil. ¿Y por qué Dios quitaría sus ojos de nuestra vida? ¿Acaso no dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo? Claro que sí, pero Dios no mira el pecado porque no participa del mismo.
    Si hay un pecado que Dios aborrece es la confianza en el propio corazón, el orgullo y la altivez. Está en primer lugar en la lista de lo que aborrece, "Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos..." (Pr. 6:16-17a). Cada vez que ponemos atención en nuestras fuerzas, habilidades y logros más que en el poder de Dios no podemos esperar otra cosa que no sea su desaprobación y, por consiguiente, como David, también turbación.
    Cuando seas tentado a apoyarte en tus capacidades, recuerda la experiencia del rey David y juntamente con ello pon en tu corazón las palabras de Cristo al apóstol Pablo: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad." (2 Cor. 12:9).

¡Dios te bendiga!

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viernes, 22 de mayo de 2015

DIME QUÉ DIOS TIENES Y TE DIRÉ QUÉ ERES

"Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante su santo monte, porque Jehová nuestro Dios es santo." - Salmo 99:9

    La palabra "santo" aparece un total de 320 veces en la Biblia en español.  A eso le podemos agregar la palabra "santidad", 24 veces y las palabras "santísimo", 33 veces; "santísima", 9 veces; "santificación", 8 veces; "santificaos", 7 veces; "santificados", 16 veces; "santificando", 2 veces;  "santifícalos", 2 veces; "santificó", 20 veces. 
     La Biblia tiene un total de 1.189 capítulos por lo que, sumando todos los vocablos, el concepto aparece en un promedio de una vez cada casi 3 capítulos, un dato para nada menor en un libro vivo que en su tapa en todos los idiomas se describe a sí mismo con esas palabras, "Santa Biblia". El asunto no entrará en discusión en la gran mayoría de aquellos que poseen un ejemplar de la Escritura, pero tampoco la gran mayoría comprende por qué "santo" es un concepto asociado a la Biblia.
    Ahora bien, no es este el asunto más serio cuando no se entiende, sino que es la falta de comprensión de que el autor del libro es quien cualifica al mismo para ser santo. Piensa, ¿por qué los individuos "buscan" a Dios? ¿Por qué razón tantas personas lo mencionan? ¿Cuál es la motivación de tantos al ir a un templo o evitar ciertas conductas o realizar ciertas obras? La respuesta más común podría variar entre afirmar que Dios es poderoso y nosotros no; Dios es perfecto y conoce todo; Dios puede castigarnos cuando quiera, Dios va a hacer que las cosas funcionen bien si mantenemos buena conducta, etc.
   Pero cuando el salmista, imperativamente llama a exaltar a Dios, lo expresa de manera que no quede duda alguna de cuál es la razón de hacerlo: Dios es Santo; una palabra que en su sentido más básico significa "diferente y único en su género". ¿Por qué el cristianismo bíblico es la verdad? ¿Cuál es su esencia y su motivación? ¿Qué le pide a aquellos quienes lo profesan? No miedo, tampoco esfuerzos ni una serie de requisitos. El cristianismo bíblico se caracteriza por adorar a un Dios tres veces santo. Es el único que requiere de sus confesos una vida apartada del pecado. Una investigación por las sectas y religiones del mundo, incluso las que usan la Biblia como fuente de inspiración arrojará como resultado descubrir comunidades de temerosos y negociantes que esperan recibir de Dios algo a cambio de servirlo, pero no abandonado sus pecados.
    Solamente quienes han visto a Cristo crucificado y resucitado por sus pecados y transgresiones, servirán a Dios por lo que es, e imitarán a Dios por cómo es. La santidad es la cualidad de todos los que se acercan a Dios. La última vez que la palabra "santidad" aparece en la Biblia, lo hace de esta manera:  "seguid... la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14). ¿Y tú por qué sirves a Dios? 

¡Dios te bendiga!

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jueves, 21 de mayo de 2015

A PASO FIRME

"Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado." - 2 Samuel 22:37

    Casi en los últimos años de su reinado, David escribió estas palabras. Un rey que nunca olvidó de dónde lo sacó Dios ahora tiene una imagen de su vida correspondiente a los años en que fue pastor de ovejas y cabritos. El sabía cómo estos animales podían caminar por lugares increíbles a alturas impensadas. Una habilidad notable para este tipo de seres vivientes. Pero él pensaba que de la misma manera, Dios había obrado en su caminar porque a pesar de todas sus andanzas, no había resbalado cuando más necesitó la dirección de Dios. 
    David consideraba la imagen de estos animales y pensó que nunca hubo variante en los senderos que andaban, incluso pudo haber recordado que algunos eran más peligrosos que otros; sin embargo la capacidad de ellos para caminar sin resbalar le trajo a su mente la manera que Dios obró en su propio peregrinaje. 
    Dios no ensanchó sus caminos, Dios ensanchó los pasos de David. No cambió sus circunstancias, lo capacitó para caminar mejor sin resbalar. A menudo queremos las cosas más sencillas y fáciles, con menos problemas y sin turbaciones que afecten nuestro ánimo. Eso no es posible porque Jesús mismo dijo "en el mundo tendréis aflicción" (Jn. 16:33). No solamente no es posible sino que tampoco es bueno, porque las aflicciones son parte del camino escarpado que capacita nuestros pasos para andar mejor. 
    A medida que la experiencia de tu vida cristiana se robustece con las promesas de la Palabra de Dios que te otorgan dirección y seguridad, también observarás cómo se ensanchan tus pasos debajo de ti; cómo se hace más fácil discernir lo estrecho y peligroso. El uso de la Escritura diariamente te permitirá tener "los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal." (He. 5:14). Pronto podrás decir juntamente con David que tus pasos son más anchos y que resbalar es un hecho cada vez menos frecuente. Es posible porque es el plan de Dios para sus hijos. 

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 20 de mayo de 2015

¿CON EL ÁNIMO POR EL PISO?

"¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío."- Salmo 42:5

    La depresión es un mal tan antiguo como lo es la presencia del pecado a partir de Génesis 3 en la Biblia. Es una consecuencia más del mismo y una sombra abrumadora como pocas sobre el alma del ser humano. Todos, en mayor o en menor grado y con mayor o menor duración, atravesamos por  depresiones. Cierto es que muchos jamás salen de este pozo destructor y verdad es también que la cura definitiva de este flagelo del corazón se encuentra únicamente en Dios, que conoce el corazón.
    Observa como el salmista hizo frente a la depresión de su alma. Primeramente, habló consigo mismo y no con las circunstancias; "¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?; ya que es importante que entendamos que no existe nada de afuera que pueda apretar el botón de adentro del alma, solamente tú y yo podemos hacer eso. Buscar afuera significa poner la esperanza en las cosas que cambian y que apelan únicamente a los sentidos. Esto puede ocasionar un daño mayor. 
    En segundo lugar, nuestro referente en este salmo nos muestra su próximo paso en la batalla contra la depresión de su alma; esto es, hacer lo que sabe que debe hacer, "Espera en Dios" ¿Acaso el corazón desganado, abatido y en soledad no sabe ya de tiempo y por experiencia que no hay nada en este mundo que pueda generar esperanza? Aparte de poner la confianza en Aquél que dijo "todas las almas son mías" (Ez. 18:4), no hay ninguna otra cosa por hacer. 
    Finalmente, el último paso en el testimonio de este hombre en lucha abierta contra la depresión, fue recordar aquello de lo que tiene absoluta certeza y que se basa en el carácter inmutable del Dios dueño de su alma; "aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío." Dios no ha cambiado ni cambiará; sus propósitos tampoco, porque la inmutabilidad de Dios abarca absolutamente toda su esencia y proceder. Incluso el salmista puede decir con convicción: "Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí"; es decir, "Señor, han sido TUS ondas y TUS olas las que cubrieron mi alma"; o sea, siempre fue Dios quien controló todos sus incidentes.
   Presta atención en este día a este simple pero poderoso texto de la Escritura. Memorízalo, ora con él; medita sobre el mismo y no lo abandones hasta que tu alma lo pueda respirar y hacerlo propio. Quien te dice que no escribirás tu propio salmo de experiencia para generaciones futuras.

                                        "Cuando un hombre llega a la desesperación sabe
                                       que todo lo que pueda pensar nunca lo sacará de allí;
                                      sino que saldrá únicamente por el esfuerzo creativo de Dios. 
                                         Por lo tanto, su correcta actitud será recibir de Dios 
                                           lo que no puede obtener por sí mismo."
          
                                                                                       Oswald Chambers

¡Dios te bendiga!

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martes, 19 de mayo de 2015

TIEMPO PARA REEMPLAZO

"Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel, y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David se cansó." - 2 Samuel 21:15

   Aunque resulte difícil admitirlo, en todas las áreas de la vida llega el momento donde la vitalidad, el vigor y la dinámica dejan de poseer la misma intensidad que los primeros tiempos. Con David no fue distinto. Su cansancio tenía que ver con la pérdida de capacidad física en el arte de la guerra; ya no era el mismo. No era un cansancio espiritual porque aunque el "hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día."(2 Cor. 4:16).
    Con toda probabilidad dejar la armadura y las armas puede haber sido algo duro para David, sin embargo, era lo más sabio. "Llega un tiempo en que debemos dejar de lado las cosas menos importantes, para proteger las más necesarias." (Wiersbe) En este sentido, la persona del rey era más importante en el palacio y en el trono que en el campo de batalla expuesto a peligros innecesariamente. No se puede objetar la voluntad de David para salir a la guerra contra los archienemigos filisteos y menos su acción de involucrarse en la batalla; todo eso es loable, pero no fue suficiente. El pasaje nos dice que los siervos de David salieron con él. El contexto nos dice que fueron ellos quienes protegieron al rey de una muerte segura.
    Cuando ya no hay fuerzas para ciertas responsabilidades que antes pudimos cumplir con creces, no es sinónimo de flojera o falta de fidelidad sino quizá, el tiempo para delegar un lugar que otro ocupará con igual o mejor desempeño. Aprende a conocer tus límites, no rayes en la terquedad por no admitir que el tiempo pasa también para ti. ¿Hay otros para tocar la música en tu iglesia? ¿Alguien que asoma como un futuro maestro para la clase de niños? ¿Ves como otros pueden dirigir un Campamento con mayor dinámica de lo que tú lo has hecho? Pues entonces será tiempo para dar lugar a otros.
   Dios va a evaluar la calidad, no la cantidad. Dale gracias a él si has tenido las fuerzas suficientes para mantener el servicio tanto tiempo. Ahora agradece que él te haya sostenido y haya provisto para la continuidad de su obra.

¡Dios te bendiga!

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lunes, 18 de mayo de 2015

EL DIOS PENSANTE

"Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes." - Salmo 40:17

   Cuando David escribió este salmo, quizá lo hizo bajo la opresión de su propio hijo Absalón que amenazaba su vida y su reinado, o en alguna situación similar y pudo entonces expresar el testimonio acerca de la victoria de la paciencia sobre la aflicción y la desesperanza. Estando en un pozo de desesperación terminó con sus pies emocionales sobre una firme roca y cuando su boca estaba llena de lamentos, Dios puso un nuevo cántico de alabanza.
    Claro que sus circunstancias cambiaron luego, pero este salmo finaliza con una nota de adoración y certeza que dejan muy en claro que en ocasiones futuras, no importa cómo se sintiera David, él estaba seguro que Dios no cesaría de pensar él. Para dar peso a su convicción, él utilizó dos palabras que describen una situación extrema y en la cual, no obstante, Dios estaría al tanto de su persona. David sabía que Dios pensaría en él aún estando "afligido"; esta es una palabra hebrea que significa: "depresión de ánimo o a causa de circunstancias" y juntamente con este vocablo utilizó "necesitado", que en hebreo es "destituido, en especial, emocionalmente"
   ¿Estás o has estado en esta condición? Deprimido y destituido anímica y emocionalmente. Tu piensas quizá, "Yo soy un hijo o hija de Dios y vivo en esta condición, ¿cómo es posible?" David no nos dice cómo es posible que esto ocurra, sólo dice que ocurre. Mas luego de considerar el pronto y milagroso auxilio de lo alto, su seguridad final se fundamentó en el conocimiento de una cualidad de Dios: Pensar; y para esto, el Espíritu Santo le inspiró a utilizar un término arameo que significa que Dios "considera, evalúa y opera de acuerdo a su plan no importando las circunstancias presentes pues no afectarán sus propósitos." 
   Ahora, pon todo sobre la mesa y observa cómo David pudo salir victorioso: "Cuando estoy en depresión de ánimo o con situaciones adversas, cuando me veo destituido emocionalmente, es entonces cuando sé que Dios está evaluando y obrando conforme a lo que ha preparado para mí y sé que nada podrá detener su mano bondadosa para conmigo."
   Con razón David pudo decir al inicio, "Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza..." (v.4). No leas salmos por una cuestión emocional, léelos porque reflejan el plan de Dios para tu vida también.

¡Dios te bendiga!

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domingo, 17 de mayo de 2015

VENDETTA: NO A LUGAR

"Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David. ¿Quién, pues, le dirá: ¿Por qué lo haces así?" - 2 Samuel 16:9-10

    No es la primera vez que David tiene que enfrentarse con los hijos de Sarvia, sus propios sobrinos. Avidos de venganza cada vez que tuvieron oportunidad Joab y Abisai no dudaron en tomar las armas para lograr sus objetivos de manera violenta si era necesario tal como lo expresa el mismo Abisai en el texto de hoy. Frente a situaciones evaluadas como injustas ante sus ojos, estos hombres no dudaban en llevar a cabo una eventual vendetta con todo el rigor posible.
    En esta circunstancia, si el rey David hubiera accedido a la petición de su sobrino ¿quién podría haberlo acusado de rencoroso o de vengador? ¿Quién era Simeí para maldecir al rey en momentos donde la situación no lo aventajaba para nada? ¿Acaso no era él el ungido de Jehová? ¿No lo había puesto Dios por rey de toda la nación? ¿Por qué razón debía permitir semejante infamia en presencia de todos sus siervos, y soldados? ¿No era ya suficiente lo que estaba padeciendo de parte de su hijo Absalón?
    Sin embargo, el varón conforme al corazón de Dios optó por comportarse como quien ha aprendido ya de tiempo atrás, que Dios es soberano y que las sazones que le tocaron vivir estaban ya ordenadas de antemano. El pudo orar en otra oportunidad así, "En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores." (Sal. 31:15). De modo que David entendía que por alguna razón Simeí obraba bajo el permiso divino. Toda una lección de paciencia y sumisión para su alma.
    Tantas veces somos demasiado veloces para juzgar, dictaminar y llevar a cabo la expresión de nuestros impulsos sin detenernos a considerar por qué razón Dios ha querido colocarnos en la escuela de la injuria y el menosprecio. Estamos más prestos a cortar cabezas como Absai, que a soportar maldiciones como lo hizo David.
    Muchísimas veces será necesario aprender la lección: El silencio y la sumisión es la mejor respuesta. David hubiera dicho un gran "¡Amén!" a las palabras del apóstol Pedro: "Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente... (Cristo)... cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;" (1 Pe. 2:19 y 23). ¿Es esta tu experiencia? Pues no tienes excusa para cortar cabezas.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 16 de mayo de 2015

¿INSOMNIO?

"Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba." - Salmo 3:5
"En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado." - Salmo 4:8

    Quien lea estas palabras del rey David no conociendo el contexto en el cual las escribió pueda que no se de cuenta el peso y valor de las mismas. No solamente son palabras, son canciones; ambas cosas inspiradas por Dios. "Bueno -dirá alguno- ¿qué problema puede tener un rey para dormir? ¿qué hay de extraordinario en tener una buena noche de sueño en la vida de un monarca?" ¡Ah! Pero David no estaba en el palacio. David no estaba ni siquiera en su cama, sino en cuevas, bajo árboles y sin los privilegios del palacio. Y eso, era lo de menos, puesto que estaba siendo perseguido a muerte por su propio hijo Absalón. Un problema familiar serio y triste.
    Sin embargo, David se acostaba, dormía y se levantaba; y todo bajo una absoluta seguridad. El sí podía dormir. Vivía confiado y despertaba sustentado, no importa lo que le rodeara. Lee ambos salmos completos y descubrirás algunas de sus circunstancias: "¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí." (3:1); "No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí." (3:6); "Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar" (4:1); "Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?" (4:2); "Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien?" (4:6) ¿Qué tal? ¿Podrías dormir así?
    No sólo esto, toma nota; David dice "en paz me acostaré", y por lo que uno observa a diario son muchos los que se acuestan angustiados, con menos y menores problemas que los de David, para hallar paz en el reposo, prueba de esto son todas las pastillas que toman antes de apagar la veladora. Un engaño, solamente para despertar igual o peor, o más triste aún, tratando de no despertar más. Nuestro salmista no precisaba eso. ¿Cuál era el secreto? El secreto del rey era que Dios era más grande que cualquiera de sus circunstancias terrenales. ¿Sabías que puedes tapar el sol con una moneda de un centavo? Sólo debes colocarla bien cerca de tu ojo. 
    ¿Insomnio? Alguien dijo: "Cuando no puedes dormir, no cuentes ovejas, habla con el Pastor." Sería bueno que busques al único que puede sustentar no sólo tu descanso sino tu vida y tu corazón si se lo entregas solícitamente. Hazlo. ¡Qué descanses!

¡Dios te bendiga!

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viernes, 15 de mayo de 2015

EL REY DAVID NO PRECISABA FACEBOOK

"Y dijo el rey a Itai geteo: ¿Para qué vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey; porque tú eres extranjero, y desterrado también de tu lugar. Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros? En cuanto a mí, yo iré a donde pueda ir; tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehová te muestre amor permanente y fidelidad. Y respondió Itai al rey, diciendo: Vive Dios, y vive mi señor el rey, que o para muerte o para vida, donde mi señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo." - 2 Samuel 15:19-21

    Cierto es que David estaba cosechando en parte los frutos de su pecado, porque como dijo William Culberston "Qué cosa tan triste es tener que vivir con las consecuencias del pecado perdonado" Y su huída de delante de su hijo Absalón en medio de esta sublevación era parte de la crisis que le tocaba vivir. Sin embargo, también en ella David recibió beneficios. Uno de estos beneficios fue descubrir qué clase de amigos tenía. Sus siervos emergieron como verdaderos baluartes, "Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos están listos a todo lo que nuestro señor el rey decida." (v. 15).
    Mas entre todos los que ofrecieron su servicio y fidelidad, quizá pocos se destacaron con Itaí geteo. Su nombre significa "conmigo" y era extranjero; pero no cualquier extranjero sino de Gat, la ciudad natal de Goliat el gigante a quien David había derrotado años atrás con una honda cuando era aún un muchacho. Ahora, Itaí puso su vida y su muerte al servicio de David, su amigo. 
    Si los verdaderos amigos se descubren en las crisis personales, no hay duda que David lo confirmaría inmediatamente, porque los amigos genuinos están en las crisis genuinas. La amistad que surge en el temor de Dios no precisa mucho tiempo para demostrar su autenticidad. "Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros?" - dijo el rey a Itaí. 
    Jesús dijo que nosotros somos sus amigos si hacemos lo que él nos manda, ya que él como nuestro amigo dio su vida por nuestra salvación. ¿Es tu fidelidad una amistad imparcial? ¿Estás dispuesto a soportar vituperios por su nombre y a morir si es necesario? Te puedes formar como un verdadero "Itaí" para el Señor Jesucristo habiendo sido un extraviado y ajeno a la ciudadanía del cielo. Ahora puedes ser fiel. No hace falta solicitud de Facebook. El conoce los corazones.

¡Dios te bendiga!

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jueves, 14 de mayo de 2015

DESDE LA MISMA CONCEPCIÓN

"He aquí, en maldad he sido formado, en pecado me concibió mi madre." - Salmo 51:5

    David no estaba echando la culpa de nada a su madre. No se trataba de cómo sus padres lo trajeron al mundo, lo cual es un don de Dios para goce de cada hombre y mujer. David estaba hablando de otra cosa; él escribió este salmo luego de ser confrontado por el profeta Natán con su pecado de adulterio y homicidio. 
    Lo que el rey hace en este salmo es expresar la triste verdad que descubrió y que confirma en él y en cada uno de nosotros nuestra relación con Adán. David no sólo pecó por elección, también lo hizo porque esa era su naturaleza; depravación total desde su concepción. 
    Es una verdad de importancia vital para todo ser humano, porque un remordimiento puede derivar en un reconocimiento de cualquier pecado cometido el cual es admitido como propio. Pero es otra cosa muy diferente creer, entender y no discutir en absoluto la certeza de que no somos pecadores porque pecamos, sino que pecamos porque somos pecadores. Cualquier confesión ordinaria de transgresiones cometidas declara "santo al religioso", mas cuando la condición de depravación total desde el vientre de la madre es lo que el corazón ha comprendido, la confesión hace "santo al pecador." 
    Son dos cosas completamente distintas como lo es el destino de los pecadores perdidos a diferencia de los pecadores perdonados. Mientras el alma rasguñe algún mérito escondido por el cual se sienta en condiciones de ser aceptada por Dios, no habrá ninguna esperanza de salvación. Mas cuando el corazón contrito y humillado se llega ante el Salvador que ama la verdad en lo íntimo, entonces el nuevo nacimiento y la justificación por la fe hacen de la nueva criatura un santo con todas las letras.
   ¿Cuál es tu situación? ¿Religión o salvación? ¿Un leve reconocimiento de lo que tu llamas "errores" o un abierto reconocimiento de la pudrición de tu alma?  ¿Acaso es esto exagerar? Claro que no, porque no se puede exagerar sobre el destino eterno del alma. 

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 13 de mayo de 2015

EL SEÑALADO

"Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre." - 2 Samuel 12:7a

    Aproximadamente un año estuvo David ocultando su pecado, o mejor dicho, no confesándolo. Porque a Dios jamás le fue oculto el adulterio, homicidio, engaño, hipocresía, desobediencia y demás características del pecado del rey David. Pero su corazón, como el de todos los hombres, decidió vivir en una paz inventada e inexistente. En sus propias palabras, David fue "como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento," (Sal. 32:9). Su propia experiencia silenciosa le llevó a vivir una disciplina inevitable "Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano."(Sal. 32:3-4).
    Las cuerdas de amor de Dios atrajeron y arrinconaron a David en una sola sentencia: "Tú eres aquel hombre." No hay otro responsable de lo ocurrido. Nadie te obligó y nadie te forzó. Cuando el corazón del rey fue enfrentado por el veredicto divino a través del profeta Natán, no hubo manera de pasar por alto al verdadero culpable.
    Mientras no admitamos nuestra culpa y responsabilidad absoluta en los pecados que cometemos contra Dios, jamás vamos a poder avanzar en nuestra vida de fe. Hasta tanto tu corazón no tenga disposición para reconocer su propio pecado y maldad y que no hay otra identificación posible, nunca habrá ni perdón, ni felicidad, ni limpia conciencia. Así lo recordaba David luego, "Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;  tú perdonaste la maldad de mi pecado." (Sal. 32:5). Un "MI" con mayúsculas es la nota destacada en la confesión del rey. 
    Somos muy astutos para desviar la culpa hacia otras personas, factores o circunstancias. Pero Dios, en su misericordia y paciencia sabe cuando apuntar con el dedo del Espíritu Santo al corazón y señalarnos como los únicos responsables del pecado cometido. ¿Y tú? ¿Cuando fue la última vez que oíste al Señor decirte: "Eres tú y ningún otro"? Tú eres el que provoca a tu cónyuge, tú eres el que enturbias el ambiente laboral; eres tú quien pasa los chismes de un lado a otro. También eres tú quien desestabilizas emocionalmente tu hogar ¿Qué provecho tienes en negar lo evidente? Mira a David en la vereda de enfrente y escucha sus palabras de hombre perdonado, "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado." (Sal. 32:1) ¿No quieres experimentar lo mismo? 

¡Dios te bendiga!

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martes, 12 de mayo de 2015

NO LO DEJES EN EL CAJÓN

"Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos, que pronunciaron mis labios y habló mi boca, cuando estaba angustiado." - Salmo 66:13-14

    Lucas el evangelista relata la ocasión en que diez hombres leprosos, parados a lo lejos de Jesús, "alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!" (17:13); a lo que el Señor Jesús respondió en misericordia "y fueron limpiados". Sin embargo, continúa el relato, sólo uno de los diez regresó para agradecer. Pronunciaron con sus labios, hablaron con su boca en angustia, pero solamente uno de ellos "entró en la casa del Señor con holocaustos" ante la misma presencia de Jesús.
    Aunque Dios no está en deuda con nosotros, nosotros sí lo estamos con él, y no es ninguna imprudencia referirle aquello que deseamos brindarle en gratitud por sus muchas bondades desplegadas en nuestras vidas. 
   Si en medio de la angustia los labios pronuncian decisiones y la boca expresa una futura manifestación de gratitud y consagración al Señor, no es esto un apresuramiento sino una virtual confesión de que la angustia favoreció al alma corrigiéndola y dándole dirección. Ahora, una obediencia específica es expresada como sinónimo de gratitud. 
   Sólo cuando la angustia ha tocado el corazón y lo ha purificado, es cuando los votos y promesas son genuinos y esperados. De lo contrario, la ingratitud y el oportunismo son los compañeros de viaje de las almas carentes de sinceridad y amor para quien es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
    No difieras tu gratitud, promesas o convicciones cuando la angustia ha pasado como una tormenta de verano; por el contrario, entra en la presencia del Señor y lleva a la práctica aquello que le has dicho en medio del dolor. 
   Vuelve a mostrate sin la lepra de la prueba y dale gloria absoluta por la obra que hizo en tu alma. No dejes olvidado lo que prometiste en el cajón de los recuerdos.

¡Dios te bendiga!

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lunes, 11 de mayo de 2015

NO TE APRESURES A JUZGAR

"Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Nahas, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos para consolarlo por su padre. Mas llegados los siervos de David a la tierra de los hijos de Amón, los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla?" - 2 Samuel 10:2-3

    Cuando David recibió el maltrato de Saúl, igualmente decidió hacer misericordia con su nieto Mefi-boset, hijo de su mejor amigo, Jonatán (2 Sa. 9), ahora en este capítulo, David decide hacer misericordia con quien había hecho misericordia con él, sólo para recibir sospechas y afrentas en devolución.
    Los consejeros del rey Hanún sólo juzgaron a David con sospechas y atribuyeron engaño a su demostración de misericordia, lo cual terminó en la muerte de miles de personas. La muestra de benignidad por parte de David no tuvo la misma recepción de Amón que en el caso de Mefi-boset.
    Cuando juzgamos a las personas por la apariencia perdemos la oportunidad de disfrutar de cosas que de otra manera serían de beneficio mutuo. Pero cuando el corazón manifiesta dudas y acusaciones sin base alguna, con toda probabilidad solamente está reflejando la propia naturaleza del mismo. Los amonitas no tenían buenas impresiones de David porque ellos mismos eran engañosos y faltos de misericordia.
    Tratamos a otro conforme al estado de nuestro corazón; cuando no tenemos motivaciones puras, todo lo que veremos en otros será lo que nosotros mismos padecemos. Si vives con sospechas y siempre imaginando que otros te desean daño ¿no has pensado que eso mismo es lo que tú eres? ¿nunca has tomado el tiempo para examinar tus razones de enojos, amarguras y molestias para con los demás? Quizá es un problema de tu corazón que necesita ser reparado inmediatamente. No hacerlo deriva siempre en disputas y guerras de personalidad que podrían evitarse.
    Si la malicia toma control de tu corazón, nada de lo que otro haga te parecerá adecuado y bueno. ¿Cuál es el mejor consejo que Dios nos da para este tipo de situaciones? Oye lo que dice, "Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,  si es que habéis gustado la benignidad del Señor." (1 Pe. 2:1-3).

¡Dios te bendiga!

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domingo, 10 de mayo de 2015

"SEÑOR, SINCERAMENTE"

"El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios." - Salmo 50:23

    El salmo 50 es una fabulosa descripción de Dios como Juez de toda la tierra, y en ese sentido un eterno conocedor de los corazones de los hombres. Conoce a los falsos adoradores (1-15) y conoce a los adoradores hipócritas (16-22). No se le escapa un solo detalle de las actitudes de quienes se acercan a él, y por esta misma razón, también conoce a los que lo buscan sinceramente.
    La adoración genuina implica elevar el alma hacia la altura de Dios y no bajar a Dios a nuestra propia imaginación, que es idolatría y que es lo que condena en este mismo salmo, "Pensabas que de cierto sería yo como tú" (v.21).  ¿Cuántos hay que han estado fingiendo y forzando toda su vida una religión imaginaria que satisfaga sus conciencias? En sus esfuerzos por lograrlo, no solamente han deshonrado a Dios sino que se han creído sus propias mentiras. "Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca?" (v. 16), exclama Dios en el mismo contexto.
    Tener una Biblia y leerla y hacer propaganda de ello no es ninguna garantía de estar relacionado correctamente con Dios. La única manera de estar bien con el Juez es conocer cómo la paga de mi pecado fue saldada por su Hijo en la cruz. Tener una Biblia para saber esto y creerlo, es totalmente distinto.
    Son estos los que adoran a Dios y lo honran al hacerlo. Y son estos mismos quienes toman el tiempo para ordenar sus caminos, confesando sus pecados y examinando sus motivos. Así, reciben una completa dirección de la obra salvadora de Dios para su rutina diaria, constantemente sostenidos por su guía. 
    El adorador sincero está muy lejos de los falsos e hipócritas, pero no es un mero espectador, sino un activo participante en la contemplación de Dios en la hermosura de su santidad.

                               "Porque adorar es...
                                 despertar la conciencia con la santidad de Dios,
                                 alimentar la mente con la verdad de Dios, 
                                 purgar la imaginación con la hermosura de Dios, 
                                 abrir el corazón con el amor de Dios, 
                                 y hacer devota la voluntad al propósito de Dios."
                                                                             William Temple

¡Dios te bendiga!

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sábado, 9 de mayo de 2015

¿QUÉ PUEDES HACER HOY?

"Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?" - 2 Samuel 9:1

    Hacer misericordia, un asunto clave en capítulo 9 del Segundo libro de Samuel. No hace falta que esperemos al Nuevo Testamento para conocerlo como parte del fruto del Espíritu (Gal. 5:22 - mencionado como "benignidad"), porque lo observamos en el obrar de David para con el nieto de quien quiso matarlo durante cuarenta años. Saúl actuó con envidia, recelo y rencor; pero Jonatán su hijo fue el mejor amigo de David. Ahora el hijo de Jonatán, Mefi-boset, limitado físicamente; sería depositario de una manifestación de misericordia por parte del rey. 
    No nos hubiera sorprendido si el apóstol Pablo lo utilizaba como ejemplo práctico de lo que enseñó a los Efesios, "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo." (4:32). ¿Acaso tenemos alguna duda que David tenía esto en mente cuando obró con misericordia para con el hijo de su amigo? No hay razón para ello, pues David mismo fue receptor constante de la misericordia de Dios en su propia vida. 
    Si te estás preguntando cómo es posible obrar de esta manera para con quienes tienen una trayectoria maliciosa para contigo, o de prepotencia, soberbia e injusticia; entonces acuérdate de David, como ejemplo visible de semejante conducta. Pero, aún más, si has recibido la misericordia de Dios para la salvación de tu alma, entonces con más razón podrás hallar justificación para conducirte así. ¿Acaso no éramos como Mefi-boset, lisiados y fuera del palacio? Sin embargo, el Rey de reyes se acercó por medio de su muerte para mostrar que es "Dios, rico en misericordia por su gran amor con que nos amó" (Ef. 2:4). Está todo dicho.
   Prevé cada día inquirir como David para saber dónde mostrar una cuota de benignidad de tu parte para con tus compañeros de trabajo, familiares o amigos que no conocen a Cristo; verás cuánto se puede avanzar en el reino de los cielos. 

¡Dios te bendiga!

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viernes, 8 de mayo de 2015

VIDA Y LUZ

"Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz." - Salmo 36:9

    Es esta una bendecida combinación que se observa a través de la Escritura, vida y luz. En Génesis y en Apocalipsis, de un extremo a otro de la palabra de Dios. En este salmo, David se detiene a confesar y proclamar el origen de ambas cosas. Dios es su autor y el sustentador de la vida y la luz. La naturaleza lo refleja absolutamente, pues todo lo que vemos se sostiene por ambas cosas de la misma mano de Dios. El proceso se repite una y otra vez día a día.
    Pero la Biblia es un libro espiritual y su interés es comunicar verdades espirituales y no científicas. Entonces, siendo el relato de la creación en Génesis un hecho verídico y tangible, naturalmente es utilizado por el Espíritu Santo para prefigurar una verdad mucho más importante que la material. Y no es sino hasta que Juan el evangelista lo expresa que no podemos considerar con asombro el glorioso mensaje que conlleva la vida y la luz de Dios. Jesucristo es el manantial de vida y es la luz con la que podemos ver. "En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres." (Jn. 1:4) El prólogo del evangelista claramente indica que la vida de la que se habla es tanto física como espiritual ya que los que la recibieron y la reciben, llegan a ser hijos de Dios. 
    Jesucristo es la luz que el hombre necesita; Juan continua diciendo, "Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo." (Jn. 1:9). ¿Y cuál es el lugar donde la luz que ilumina permite realmente ver?  Es el evangelio de Cristo, como Pablo lo expresa, "la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios." (2 Cor. 4:4). El evangelio es el manantial de vida  que ilumina el corazón del hombre pecador porque habla de Jesucristo, el Autor de la vida y la luz ocupando el lugar de los muertos espirituales y en tinieblas del corazón y mente. 
    No hay más necesidad de buscar en otro lugar, no hace falta tratar de iluminar la mente con razonamientos y filosofías rebuscadas. Quien halla a Jesucristo, obtiene vida y luz. Gozo y entendimiento, paz y seguridad. La cosmovisión del corazón se transforma desde un mórbido humanismo a una gloriosa confianza en la palabra de Dios, y no necesita más nada. Ha encontrado la fuente original: Jesucristo.

¡Dios te bendiga!

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jueves, 7 de mayo de 2015

¿QUIÉN BUSCA A QUIÉN?

"¿Y qué pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, cuyo Dios fuese y se redimiese un pueblo, para hacerte nombre con grandezas y maravillas, echando a las naciones de delante de tu pueblo, que tú rescataste de Egipto?" - 1 Crónicas 17:21

    Desde los mismos inicios de la historia del hombre como lo relata la Escritura, éste ha intentado justificarse a sí mismo de sus pecados ante Dios. Está en la naturaleza pecaminosa del ser humano la constante búsqueda de ganar por mérito propio el favor de Dios. Las obras vs. la gracia de Dios, hojas de higuera vs. pieles de animales sacrificados. 
    Pero el hombre no busca a Dios, Dios lo busca a él "Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?" (Gn. 3:9). Muerta espiritualmente en delitos y pecados tal como lo enseña el Nuevo Testamento, ninguna persona busca a Dios; "no hay quien busque a Dios" (Ro. 3:11b). "¡Pero yo encontré a Dios en mi vida!" - dirás; sin embargo, no es eso lo que ocurrió. Dios te encontró a ti. Somos  conocidos por Dios porque somos buscados por Dios, "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lc. 19:10).
    "Pero - me dirás - es sólo un asunto de terminología." No lo es. Un evangelio que sugiere que Dios halló al hombre porque el hombre lo buscó, es una contradicción bíblica y es un falso evangelio. Así, desde la liberación de Israel de la esclavitud egipcia, el mensaje es contundentemente claro al declarar que Dios descendió y redimió a su pueblo. Es el glorioso mensaje de la gracia donde los méritos humanos no tienen parte en la redención de su alma, sino pura, entera y exclusivamente la gracia y misericordia divina para con los perdidos. 
    La salvación comienza en Dios, no en el hombre. "La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición." (Sal. 3:8). ¿Te encuentras hallado por Cristo? ¿Puedes oír la voz de Dios decir a tu corazón "este mi hijo...se había perdido, y es hallado." (Lc. 15:24b)?

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 6 de mayo de 2015

COMO EN CASA

"En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa." - Salmo 101:2b

    Alguien dijo una vez, "lo que un hombre es en su aposento, a solas con Dios; eso es, y nada más." Salomón dijo también "cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" (Pr. 23:7). En ningún otro lugar mostramos más genuinamente lo que somos que no sea en nuestra propia casa. La familiaridad del hogar favorece a la conducta natural y genuina. Lo que somos en la casa es lo que somos en realidad. David, orando a Dios y comprometiendo su vida interior con el cielo hizo de la integridad de su corazón un asunto firme en su propia hogar. 
    Si el Señor venía a visitar a David a su hogar encontraría un hombre íntegro. No habría música que David tendría que quitar de su reproductor, no debería cambiar el dial de su radio apresuradamente por estar oyendo aquello que promueve la sensualidad. No habría inconvenientes en que se sentara a su mesa, lo único que oiría serían conversaciones que edifican. Jamás debería preocuparse por encontrar su Biblia, siempre la tendría a mano. No tendría que inventar un tiempo de oración. No habría necesidad de inventar un parte médico para su trabajo porque deseaba tomarse el día libre. Nada de esto ocurría en el hogar de David.
    Lenta y paulatinamente, cristianos a través de todo el mundo actúan en sus iglesias y viven en sus casas. Caín mató a Abel cuando terminó el tiempo de ofrecer sus ofrendas, no antes; no era adecuado. Era mejor fingir. Las voz de Jacob pero las manos de Esaú. La voz de quien obtuvo la primogenitura, pero las manos del profano. No hay integridad. No se fabrica los domingos en la iglesia, es un asunto del corazón y es un asunto de todos los días en la casa.
    ¿Qué es lo que hace posible la integridad en la casa? David lo dejó entrever al decir "Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí." (v. 2a) Es la presencia de Dios, es la conciencia de vivir en su presencia dentro o fuera de la casa. Es que en la casa se vive más que en la iglesia. Por eso Dios lo indicó concretamente, "y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa," (Dt. 6:7); "y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas." (6:9) "Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa," (11:9). Por eso, recuerda... en la iglesia, como en casa.

¡Dios te bendiga!

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martes, 5 de mayo de 2015

SI LO PUEDES DECIR...

"Jehová es mi pastor; nada me faltará." - Salmo 23:1

    El salmo 23 usualmente lo escuchamos en los funerales y cementerios, pero ha sido escrito para la vida diaria. (Wiersbe) Por esta razón te invito a reflexionar a ver si puedes decir... ¿qué cosa?
    Si puedes decir... JEHOVÁ, es porque diriges tu atención al único y verdadero Dios, Creador del cielo y de la tierra, y porque sabes que Jesucristo es el mismo Dios quien dijo "Yo soy."
    Si puedes decir... ES, significa que tienes un Dios y Salvador vivo, que no fue, ni será, sino que ahora está presente en tu vida y existencia, que no tiene principio ni fin de días.
    Si puedes decir... MI, es porque crees que tu relación es personal, y no es el resultado de lo que te contaron o la experiencia de otros. No es una religión, ni una tradición sino una relación viva.
    Si puedes decir... PASTOR, es porque comprendes que has estado extraviado y te han encontrado. Crees que el pecado te separó del Pastor desde tu nacimiento y que el Buen pastor vino a buscarte porque estabas perdido.
    Si puedes decir... NADA, es porque no crees que Dios te da lo que quieres sino lo que necesitas y porque jamás piensas que te dejará desamparado ni que se olvidará de tu alma.
    Si puedes decir...  (nada) ME FALTARÁ, es porque crees que Dios cuida individualmente de sus hijos y tú no eres la excepción, que siempre proveerá para tu vida todo lo que se requiere para pasar por este peregrinaje terrenal y hasta que seas llevado a su presencia.
    ¿Puedes decir esto? ¿Puedes ver al Buen Pastor en toda la Escritura y en todas las circunstancias y encrucijadas de la vida?  Quizá lean el Salmo 23 el día de tu sepultura, pero ¿lo puedes recitar mientras estás vivo y decir: "Esta es mi historia personal"? Espero puedas cantar el antiguo himno:

                                             "El buen pastor al verme
                                               perdido e infeliz,
                                               llegando a donde estaba
                                               me trajo a su redil.
                                               Y al ver que Cristo me salvó,
                                               el cielo entero se alegró."
¡Dios te bendiga!

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lunes, 4 de mayo de 2015

EL FIN NO JUSTIFICA LOS MEDIOS

"Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios." - 2 Samuel 6:6-7

    El diccionario define el término "Pragmatismo" como una "actitud y pensamiento que valora sobre todo la utilidad y el valor práctico de las cosas." No todo lo que aparenta ser efectivo y práctico termina siendo exitoso. El verdadero valor no está en el éxito sino en la calidad de las cosas. Puedes tener éxito en construir una casa rápidamente, pero si no utilizas los materiales adecuados no sirve de nada.
    El rey David tenía un objetivo sublime y genuino: Volver el arca de Dios a un lugar central. Su amor por Dios le llevó a priorizar esta actividad por encima de cualquier otra. En su fervor y anhelo decidió que la practicidad era más importante que el mandamiento y que las formas no eran fundamentales si la motivación era la correcta. Se equivocó. Sin embargo, su filosofía errónea no le contrajo las consecuencias que sí sufrió Uza, el levita. El sabía cómo debía llevarse a cabo semejante tarea, pero también priorizó lo práctico y la excepción por encima del mandato divino. 
    La decisión de Uza fue tan seria que el Espíritu Santo utilizó una palabra que (en hebreo) aparece una sola vez en toda la Biblia (dos en español), es la palabra "temeridad" y por su uso es claro que el pecado de Uza fue grande. Había un mandamiento que no fue obedecido; David lo reconoció en la segunda oportunidad del traslado del arca cuando les dijo a los sacerdotes y levitas "pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza." (2 Cr. 15:13).
    Hay quienes creen que pueden buscar a Dios a la manera que les parece porque, dicen, el fin justifica los medios. Pero no es así. Dios posee absolutos y no relativos. Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Jn. 14:6); Pablo dijo: "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre," (1 Ti. 2:5). Si tu haces una mínima excepción a estas dos declaraciones, tu alma se perderá eternamente y, valga la redundancia, no habrá ninguna excepción. La Biblia nos ha sido dejada para nuestro bien y no para darnos una opinión más, su obediencia no debería ser un asunto relativo. Tu alma vale más que todo el mundo, oye lo que dice Dios y no seas práctico, sé obediente.

¡Dios te bendiga!

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domingo, 3 de mayo de 2015

DÉJATE YA DE INVENTOS

"... toda su ciencia es inútil." - Salmo 107:27

    Todo el salmo 107 es un testimonio de cuán ingrato es el corazón del hombre frente a la grandeza de la bondad y la misericordia de Dios. Una y otra vez se da testimonio de qué manera Dios obró en su pueblo librándolos y sacándolos de apuros, angustias, dolores y peligros de muerte; y sin embargo el corazón de ellos regresaba a la senda de la ingratitud y la amnesia espiritual.
    Israel atravesó cientos de experiencias en la historia como nación gozando de la bendición de Dios y olvidando al mismo tiempo sus beneficios. Pero ellos solo son un ejemplo de lo que es el hombre. Son un ejemplo de cuánta ingratitud y rebeldía posee el corazón del ser humano frente a las reiteradas muestras de benignidad divina.
    Pero la transgresión no solamente radica en el olvido, la indiferencia y la obstinación existente, sino también en la invención de alternativas pecaminosas para obtener paz, tranquilidad y disfrute. El hombre hace lo que sea necesario para lograr sus antojos. Crea una ficción que abarca religiones, filosofías, ciencia, proyectos, vicios, curiosidades, imperios económicos, emprendimientos altruistas, diversión y aventuras, música de la naturaleza, gimnasias orientales, todo con el fin de acabar con la angustia y el insondable vacío del alma.
    Sin embargo, fracasa. En el momento de angustia y desesperación y estando ya a las puertas de la muerte y la entrada a la eternidad, el Espíritu Santo da el veredicto de los logros obtenidos por la mente del hombre y declara que "toda su ciencia es inútil." El hebreo utiliza un vocablo para "ciencia" que significa "habilidad, experiencia, capacidad." Todo esto, dice Dios, es completamente inútil para obtener la paz del alma. 
    Quizá tú eres uno de esos que han gastado tiempo, dinero y esfuerzo en una especie de autoestímulo barato y de improductivas "buenas ondas"para terminar siempre igual: Sin paz y angustiado. Hay una buena noticia, el salmo 107 comienza diciendo que los que pueden comprender y alabar la misericordia de Jehová son también los que pueden hablar con propiedad, "Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo" (v.2). Jesucristo vino para rescatar del enemigo del alma a los pecadores cansados y que se dan por vencidos ante la majestad de Dios. Busca a Cristo.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 2 de mayo de 2015

UNIDAD, NO UNIFORMIDAD

"¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!" - Salmo 133:1

    Cuando pensamos en los hermanos juntos, por lo general visualizamos las reuniones de la iglesia, dos, tres o cuatro veces por semana; depende cada congregación. Claro que eso es estar juntos, pero no necesariamente "habitar" juntos, que es lo que el salmo expresa. 
    Tu y yo podemos peregrinar junto a otros hermanos en nuestro paso por este mundo y con la misma fe en la persona de Jesucristo, pero eso no significa que estemos habitando juntos. Abraham y Lot estaban juntos, pero no habitaban juntos porque Abraham tenía un altar, Lot no. La posibilidad de habitar con los hermanos no es otra cosa que la presencia de armonía, o sea, verdadera unidad. Porque "podemos fabricar uniformidad manipulando a las personas y ejerciendo presión sobre ellas, pero la verdadera unidad proviene de lo alto, de Dios mismo." (Wiersbe).
    La armonía (unidad) que proviene de Dios posee dos características: Primero, tiene el efecto de bienestar "cuán bueno", el salmista utiliza una palabra hebrea que significa "un estado de bendición espiritual"; es decir que hay una bendición de por sí en el hecho de estar con los que como tú y yo han sido comprados por la sangre de Jesucristo. El mismo salmo lo dice al final, "Porque allí envía Jehová bendición..." (v.3). En segundo lugar, produce deleite  "cuán delicioso", un adjetivo hebreo que significa entre otras cosas "gozo de estar juntos" y "capacidad de mostrar actitudes que agradan al prójimo." Expectativa y anticipación a cualquier actitud de mis hermanos.
    A menudo gente dice por ahí: "Yo tengo mucha fe, soy creyente, pero no me congrego; Dios está conmigo igual." ¡Oh, sí! Dios está con ellos porque es Omnisciente y Omnipresente, pero ellos no están donde está la bendición de Dios, ni pueden saber lo que es el deleite si no están con los creyentes. No tienen el privilegio de "mostrar buenas actitudes" porque es muy difícil hacer esto cuando se quedan en la casa. 
    Si "cordón de tres dobleces no se rompe pronto" (Ec. 4:12), imagínate cuánto le agregas a tu alma cuando estás con todos tus hermanos en armonía. Persigue la unidad que viene de lo alto y es pura; no la uniformidad humana que se arrastra y se ensucia.

¡Dios te bendiga!

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