"Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" - Apocalipsis 21:3
Cuando alguien llega a este punto en la lectura de la palabra de Dios, y habiendo experimentado su gracia para salvación, entonces toda la historia revelada en este libro inspirado le comunica un mensaje que no admite otra cosa que no sea una exclamación de alabanza y una actitud de adoración hacia Dios. Es él quien ha sido victorioso y permanece en su trono aún cuando el pecado y Satanás procuraron a través de los siglos destruir y desacreditar definitivamente su obra. Finalmente Cristo reinará; su obra de redención será la joya que brillará por toda la eternidad, y la misma eternidad en juicio y castigo durará para todos los enemigos de Dios.
Al inicio de la escritura, en el primer capítulo del Génesis y en el sexto día de la creación, se le oyó decir a Dios, "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza..." (Gn. 1:26); y esto fue la corona de su obra creadora. Dos capítulos más adelante y como consecuencia de la desobediencia del hombre leemos, "el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios" (Gn. 3:8); y al final del mismo capítulo se registra esta inmutable decisión divina, "Echó, pues, fuera al hombre" (Gn. 3:24). Luego se desarrolló toda la historia de la salvación a través de los 1.189 capítulos y 31.173 versículos que posee la Biblia, y que incluyó la otra obra de Dios y aún más maravillosa que la primera, la Redención del hombre.
Ahora, llegando al final de la escritura, y luego que el apóstol Juan registra la condenación eterna de los pecadores, Satanás y toda la inmundicia de este mundo; es entonces cuando se oye la gran voz del cielo expresando lo que es nuestro texto de cabecera de hoy; algo que hace eco de la primer vez que Dios hizo mención del hombre en Génesis 1:26. Entonces fue "Hagamos al hombre"; ahora es " (Dios) morará con ellos... Dios mismo estará con ellos..." ¡Qué victoria y qué gloria! ¿Quién no puede ver la gracia de Dios de principio a fin en la Biblia?
Querido lector, a través de todo este año hemos recorrido la palabra de Dios de una manera sencilla, pero no sin remarcar una y otra vez que es menester responder afirmativamente a sus interminables invitaciones a creer en Cristo y a sus inigualables expresiones de gracia para con todos los que creen. ¿Cómo finalizas el año? ¿Posees esta esperanza de que morarás con Dios como "tu Dios"? Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo. Amén.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
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