lunes, 21 de diciembre de 2015

LO QUE NO TIENE EL CRISTIANISMO

"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" - Hebreos 4:15

    Los cristianos tienen que dar siempre gracias a Dios por todo lo que poseen, pero también deben darle gracias por lo que no tienen. El pasaje de hoy muestra una de las cosas más hermosas que los hijos de Dios no poseen y por lo que pueden estar siempre agradecidos. Con gozo expresamos que no tenemos alguien que no puede compadecerse de nuestras debilidades; no tenemos alguien inadecuado e incapaz para comprendernos en las tentaciones, las adversidades y los momentos de poca fortaleza. ¡Excelente noticia! ¿verdad? Pues claro que sí, y es que Jesucristo es un intermediario perfecto, santo y capacitado para suplir toda la "astenia" (la palabra griega para debilidades) que el creyente pueda padecer.
    La capacidad de Cristo para suplir la debilidad del creyente es el resultado de su compasión sobre las mismas; es decir que el Salvador posee un conocimiento experimental de toda circunstancia adversa en los hijos de Dios. Jesucristo no sabe por observación sino por experimentación propia; él conoce a la perfección lo que implica vivir una vida de justicia y rectitud en un mundo injusto y profano; él sabe lo que es mantener la pureza en medio de una generación impía e inmoral. Si alguien hubiera tenido excusa en ceder a la tentación por causa de la abrumadora presión, hubiera sido él; pero no lo hizo, salió victorioso y ahora su vida es un flujo constante de compasión para los que compró con sus propia sangre.
    Cuán dichoso es el creyente que disciplina su pensamiento sobre Jesucristo para considerarlo siempre como el que ha atravesado antes por cualquier situación penosa o de tentación que esté padeciendo. No tiene que preocuparse de que su fe carezca de un recurso efectivo frente a la frecuente debilidad que le rodea; disfruta de saber que el cristianismo carece de un sumo sacerdote impotente y limitado. ¿Qué necesidad de depender de los hombres, no importa las credenciales que tenga? Si aún no tienes un intermediario como Cristo, te animo a considerar el texto de hoy y poner tu confianza en su persona.
No hay cual Jesús otro fiel amigo,
No lo hay, no lo hay;
Otro que pueda salvar las almas
No lo hay, no lo hay

Coro
Conoce todas nuestras luchas,
Y sólo él nos sostendrá;
No hay cual Jesús otro fiel amigo,
No lo hay, no lo hay.

No hay un instante que nos olvide
No lo hay, no lo hay;
No hay noche oscura que no nos cuide,
No la hay, no la hay

No hay otro amor como el de Cristo,
No lo hay, no lo hay;
Ha prometido estar conmigo,
Hasta el fin, hasta el fin.

                                       - Johnson Oatman (h)-

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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