jueves, 19 de febrero de 2015

CALCULANDO BIEN

"No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado." - Levítico 19:17

    Al físico alemán Albert Einstein (1879-1955) se le atribuye la quizá no tan bien conocida frase "Si todo te da igual, estás haciendo mal las cuentas." La frase es en realidad un juego de palabras que, utilizando las ciencias exactas, critica una filosofía de pensamiento que no es provechosa en absoluto para quien la sostiene y practica. Es que ningún ser humano puede vivir de tal manera que "todo le dé igual", o que todo le dé lo mismo, para expresarlo de otra forma; y no padecer consecuencias negativas , ya que cuando se vive de esta manera, si no sufre quien tercamente insiste en ello, sufren los que lo rodean en su entorno más íntimo.
    Lamentablemente, este sistema de pensamiento también ha penetrado en el cristianismo bíblico, y tal cual lo expresa el versículo de hoy, son muchos los que procurando no asumir la responsabilidad de solucionar conflictos con el prójimo que lo ha herido, prefieren ignorar excusándose bajo la misma premisa de "me da igual", y pronto aprenden que "están haciendo mal las cuentas" porque el enojo aparece como una fuente de males que termina haciéndole partícipe del mismo pecado de quien o quiénes los han ofendido. El Espíritu Santo en su inspiración a Moisés, escogió el término hebreo "yakah"(יָכַח) y que básicamente significa "clarificación de una conducta moral a través de una argumentación". El pecado es un asunto entre pecador y Dios, incluso cuando el hombre ha pecado contra el hombre; Dios es siempre el primer ofendido por el pecado. Pero la ruptura de relación entre dos individuos y que no es solucionada, no solamente contagia el aborrecimiento y la participación del pecado ajeno sino que también condiciona en su totalidad el perdón de Dios. 
    ¿Qué, pues deben hacer todos los hijos de Dios? Hacer caso al pasaje de hoy. Salomón lo expresó de esta manera: "Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto. Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece."(Pr. 27:5-6). Se trata de ayudar a otro a no permanecer en falta y se trata de evitar que tú y yo cerremos el oído de Dios a nuestras oraciones. Es una cuestión de cumplir las palabras de Cristo, "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas." (Mt. 7:12).
    ¿Cuánto hace que en tu iglesia caminas por el pasillo contrario al que utiliza el hermano o hermana en la fe con quién estás ofendido u ofendida? ¿Cuánto tiempo llegando al filo del horario del culto y abandonando el templo cuando el pastor ora al final del mensaje para evitar a la persona que te ha ofendido cuando termina la reunión? ¿Tanto tiempo llevas no participando de la Cena del Señor con la excusa de una falsa humildad cuando en realidad lo que estás haciendo es decidir seguir aborreciendo? En pocas palabras ¿cuánto hace que "te da igual" lo que hacen o no hacen los otros? Oye bien, la calculadora del cielo no falla y te garantizo que continuamente da el mismo resultado: Estás haciendo mal las cuentas. Habla con tu prójimo, arregla tus cuentas y no participes en pecados ajenos. Hazlo hoy.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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