jueves, 12 de febrero de 2015

QUE NO TE FALTE AGUA


"Y puso la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar, y puso en ella agua para lavar. Y Moisés y Aarón y sus hijos lavaban en ella sus manos y sus pies." - Éxodo 40:30-31

    La primera vez que Moisés levantó el altar del holocausto, ofreció sacrificios en el mismo; pero luego de eso la fuente de bronce ocupó un lugar intermedio entre el altar y el tabernáculo de reunión. Habilitados para ministrar, sin embargo no podían hacerlo sin pasar por la fuente.
    La limpieza ceremonial era imprescindible para quienes ministraban en el santuario. El altar era lo primero, allí se ofrecían los sacrificios diarios, pero la fuente no podía ser pasada por alto nunca, no importa que el sacrifico por el pecado hubiese sido ya ofrecido.
    La cruz es para nosotros el altar del santuario; en ella nuestros pecados fueron juzgados para siempre; pero la comunión Dios y el servicio diario hacia él requieren de una constante limpieza. Nunca debes descuidar en tu vida la fuente entre el tabernáculo de reunión y el altar. Desde la fuente puedes mirar hacia atrás al altar y decir: "¡Oh, gracias a Dios por la cruz de Cristo!"; y también mirar hacia adelante y decir: "¡Qué gloriosa libertad tengo para entrar al santuario!"; pero parado al lado de la fuente, expresas permanentemente: "Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios." (2 Cor. 7:1)
    ¡Qué gloriosa verdad! ¡Qué dicha celestial que llena el alma del creyente que vive recordando su redención y anhelando la comunión mientras reconoce su imperiosa necesidad de estar limpio a diario para agradar a su Salvador.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

1 comentario :

  1. Querido amigo y pastor, que linda palabra has compartido! El tiempo pasa, y sigo viendo en ti el amor por la obra...!! Que el Señor te continue bendiciendo!! Fabián Benítez

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