"Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre." - Exodo 21:5-6
La motivación lo es todo. En medio de las leyes mosaicas sobre los siervos y los diferentes casos en que se concretaba la permanencia o no del siervo en casa de su amo; esta declaración se destaca por la decisión voluntaria del servidor de quedar en casa de su señor por amor. Fue comprado en el pasado, sirvió porque tenía dueño y ahora que tiene la oportunidad de quedar libre, escoge quedar; no por temor, no por amenazas, tampoco por incertidumbre por su futuro, sino que su motivación es el amor por su señor. No obstante su voluntad propia y amor por su señor, el siervo era sometido a la perforación de su oreja, marca que lo identificaba públicamente como pertenencia perpetua de su amo.
No es sino hasta que el pecador perdido se transforma en pecador perdonado que su alma se llena de amor por su Salvador - "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero." (1 Jn 4:19); es obra del Espíritu Santo que derramó en nosotros el amor de Dios abundantemente. Cristo en el alma transforma las motivaciones, servir a Dios no es el resultado de doctrinas estudiadas, mandamientos impuestos o tradiciones de hombres; servir a Dios es voluntario porque las buenas nuevas transforman al enemigo de Dios en amante de Dios, de servidumbre al pecado a esclavitud por amor al Cristo Redentor.
Son los siervos de Cristo los únicos que colocan su oído en la cruz para que sea perforado por obra del Espíritu Santo y de esta forma nunca más escuchar otra voz, sino la del Buen Pastor pues él mismo declaró: "Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón."(Salmo 40:6-8). No es diferente en el santo regenerado, ama a Dios, ama hacer su voluntad y no hay otra cosa en su corazón que no sea la ley de su Salvador y por esa misma razón quiere la marca del servicio en su propia alma perforada en el Calvario y que le identifique para siempre como siervo de Cristo.
No valían de nada las palabras de compromiso del siervo y de amor confeso por su amo sin su oreja perforada. De la misma manera Jesús dijo "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?" (Lc. 6:46); de modo que tú debes velar por saber si tu amor por Dios es solamente un romance religioso o es fruto de la liberación y redención de tu alma por la sangre de Cristo derramada en el poste de condenación.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
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