jueves, 16 de abril de 2015

ATENCIÓN PERSONALIZADA

"Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro?" - Salmo 56:8

    Cuando se atraviesa por medio de la aflicción y la turbación se pierde la noción de muchas cosas y las responsabilidades diarias se transforman en tediosas tareas que son difíciles de cumplir. David sabía algo de esto mientras escapaba de la mano de Saúl quien procuraba su muerte. Había huido tantas veces que ya no llevaba la cuenta de cuántas eran; a través de desfiladeros, dentro de cuevas, escapando de ciudades y pueblos, viviendo en medio de los paganos, cambiando su manera de actuar, poniendo en peligro a otras personas, con carga por sus padres y hermanos.  
    En el salmo 56 David expresa estar bajo opresión, en medio de un combate constante, pisoteado por soberbios y asechado por hombres con malos pensamientos. Pero casi en la mitad del mismo salmo confiesa también su convicción de saber que Dios tenía un libro donde estaban asentadas todas esas huidas que periódicamente David enfrentaba; juntamente con cada una de las lágrimas que había derramado. A Dios no se le escapa nada, atiende minuciosamente a sus hijos. Posee un mapa perfecto de todas y cada una de las entradas y salidas de sus amados.
    ¿No puedes descansar, o dormir bien, o estás con una continua acidez de estómago que sabes no es resultado de alimentación incorrecta sino de aflicciones padecidas? ¿Crees que David no las tenía? ¡Claro que sí! Más aún, había días en que el temor lo asaltaba de maneras impensadas; pero esos eran los momentos en que aprendió a confiar "En el día que temo, yo en ti confío." (56:3). Hubo un ingrediente particular que David no pasó por alto en el momento de temor: La palabra de Dios; así lo expresó, "En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré..." - (56:4). La Biblia le ha sido dejada al pueblo de Dios para que aprenda a conocer a Dios y a sí mismo. Dios no pierde un sólo detalle de nuestras necesidades y nosotros somos frágiles aparte de su soberanía y providencia. 
    Dios es suficiente y eficaz para guardar lágrimas y llevar un registro de todas y cada una de las angustias, huidas y aflicciones de su pueblo. Todo está documentado delante de sus ojos y no hay ninguna posibilidad de extravío. Ten confianza y espera con firmeza en la capacidad de su memoria infalible. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
    




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