viernes, 10 de abril de 2015

SE BUSCA: SIERVOS DE VERDAD

"Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto." - 1 Samuel 12:23

    El capítulo doce de 1 Samuel contiene varios ingredientes importantes que incluyen detalles del arribo del rey a la nación, una exhortación al pueblo y una despedida de Samuel, ya anciano. Al inicio de su mensaje él declara, "yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día" (12:2). Pero al final de su mensaje, él dice que cometería un pecado si cesara de rogar por ellos y enseñarles el camino del Señor; lo cual completa la imagen de este gran juez de Israel, a saber, que desde su juventud hasta su vejez fue un intercesor y un instructor de la verdad. 
    Es un ejemplo sumamente alentador el que Samuel, ya anciano, nos deja en las páginas de la Biblia. Considerado uno de los héroes de la fe en el libro de Hebreos, Samuel se remitió únicamente a recordar dos cosas que de su parte habían sido el elemento esencial y necesario para el bien del pueblo: La oración y la instrucción de lo bueno y recto; esto último evidentemente con la ley de Dios. Samuel no dijo otra cosa ni se dedicó a ponderar o exaltar ningún otro aspecto que hiciera destacar su liderazgo.
    Estos son los siervos, ministros, pastores y aún maestros de escuela dominical que la iglesia precisa con urgencia. Hombres y mujeres, jóvenes y mayores quienes, al asumir una responsabilidad que involucra el cuidado de almas, puedan orar por ellos e instruirles con la Palabra de Dios. No son grandes administradores, elocuentes maestros o capacitados creadores de programas los que harán más por la iglesia de Cristo, sino humildes y grandes intercesores y maestros bíblicos que sostendrán a los necesitados de principio a fin.
    Se buscan aquellos quienes con el mismo espíritu apostólico pueden decir: "nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra" (Hechos 6:4). La iglesia debe estar agradecida al Señor por tales personas, pero también debe estar a la expectativa de los mismos si es que están ausentes entre sus filas. ¿Estás rodeado de esta clase de líderes? ¿Eres tú uno de los que no cesan de orar e instruir si  formas parte de una iglesia que dice proclamar el Evangelio? ¡Huye de un lugar donde los programas suplantan la oración y donde la actividad suplanta a la predicación! La oración y la predicación bíblica generan las actividades y programas bíblicos. Pero hacen falta más personas como Samuel en el pueblo de Dios.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
    

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