miércoles, 22 de abril de 2015

LICUADO DE BANANAS

"La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma..." - Salmo 19:7

    ¿Has visto los vehículos de alta gama últimamente? La aerodinámica, el confort, toda la tecnología de avanzada, la velocidad. Tú miras uno de estos modelos y dices: "¡Es perfecto!" Sin embargo, si quieres prepararte un licuado de bananas con ese vehículo, no puedes. ¿Significa eso que no es perfecto? Claro que no; porque no fue fabricado con ese propósito.
    Cuando la Biblia se declara a sí misma como "perfecta", significa que es completa y suficiente para lo que es su fin, convertir el alma. Son muchos los que buscan en la Biblia respuestas sobre cosas que ella nunca va a proveer. De manera que quienes hacen preguntas equivocadas a la palabra de Dios no solamente no obtendrán lo que quieren sino que también se formarán un concepto incorrecto sobre ella.
    La Biblia nos ha sido dejada para convertir el alma, y cuando esto sucede por obra del Espíritu de Dios, entonces los asuntos que antes nos planteaban interrogantes difíciles en la vida, ellos mismos llegan a ser secundarios y, en muchos casos, innecesarios.
    Si nunca lo has hecho todavía, te ánimo a preguntarle a la palabra de Dios las cosas que son relevantes de verdad; ¿Para qué estoy aquí? ¿Por qué la muerte es tan dolorosa? ¿Puede el hombre vivir sin Dios? ¿Cuál es la razón del sufrimiento? ¿Qué pasará después de tu muerte? ¿Quién es Jesucristo? 
    Pero sobre todas las cosas hallarás en la escritura la verdad sobre cómo es posible que el alma sea convertida; leerás sobre el pecado y el juicio de Dios sobre el mismo en la persona de su Hijo, aprenderás de qué manera tus pecados pueden ser perdonados y borrados para siempre. En una palabra, encontrarás las respuestas perfectas que solamente ella puede darte. Haz esto y verás el poder de Dios, y si quieres licuado de bananas, cómprate una licuadora.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013


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