domingo, 26 de abril de 2015

¿TIENES PREGUNTAS PARA DIOS?

"Me acordaba de mis cánticos de noche; meditaba en mi corazón, y mi espíritu inquiría: ¿Desechará el Señor para siempre, no volverá más a sernos propicio? ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa? ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Dije: Enfermedad mía es esta..." - Salmo 77:6-10

    Algunas personas no están dispuestas a hablar de sus dudas, expresar sus incertidumbres y manifestar sus inquietudes. Es como si hacer eso fuera exponer vulnerabilidad. Pero hay ocasiones en la vida del hijo de Dios en que las dudas asaltan por doquier. Las dudas no cambian nuestra posición delante de Dios. El salmista hablaba consigo mismo y se llenó de cuestionamientos acerca de Dios y su persona. Nota que él no estaba dudando de Dios sino mas bien del trato u obrar de Dios. Su meditación fue un inquirir profundo desde su corazón.
    Los seis cuestionamientos de Asaf casi nos resultan irreverentes, pero sólo es necesaria una mínima cuota de sinceridad para reconocer cómo tantas veces luchamos con preguntas sin respuestas que atacan los mismísimos fundamentos de nuestra fe. Es el pasatiempo favorito del diablo atormentar a los hijos de Dios con dudas y temores que eventualmente estancarían sus vidas para impedir el avance de la gracia en sus corazones. 
    Pero no tenemos aquí solamente el testimonio de las dudas de Asaf, también tenemos el de la seguridad de Asaf. ¿Dónde comenzó este testimonio? Con un reconocimiento de su condición. Las dudas eran su enfermedad, no la realidad de la persona o el trato de Dios, "enfermedad mía es esta..." y a partir de esto inició su contemplación de "la diestra del Altísimo", "las obras, las maravillas y los caminos del Santo." Un repaso de su teología, de cómo es Dios en verdad,  hizo añicos las dudas y todas las preguntas oscuras de su alma. ¡Alabado sea Dios! ¡Nosotros tenemos la historia de toda la Biblia! ¡Tenemos la historia de la cruz de Cristo! Toda duda sombría y amenazante para el alma se diluyen como una gota de agua sobre una roca caliente. 
    No rehuyas el reconocer que tienes dudas, preguntas e incertidumbres. No hagas un suicidio intelectual para tu alma; pero tampoco dejes de considerar toda la evidencia que la palabra de Dios presenta. Toma el Calvario como base para tu examen. Ya verás; algunas enfermedades precisan de análisis precisos para ser descubiertas. Repasa tu teología, cuánto conoces de Dios y qué conoces de él. Pronto dirás "estoy enfermo" y seguidamente tu corazón confesará, "Tú eres el Dios que hace maravillas."

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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