"Adán, Set, Enós, Cainán, Mahalaleel, Jared, Enoc, Matusalén, Lamec, Noé..." - 1 Crónicas 1:1-4
A menudo olvidamos que el mundo está conformado por individuos con vidas únicas y con historias únicas. Nadie es más o menos importante que otro a la hora de ver el valor que tienen las almas a la luz de la eternidad; ya que Jesucristo mismo lo calculó, "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?" (Mr. 8:36-37).
En el relato bíblico, una y otra vez el Espíritu Santo registró nombres de personas que vivieron en un momento de la historia y cuyos nombres contribuyen a perpetuar el mensaje de salvación de parte de Dios para con el hombre.
Este es el caso con los primeros nombres mencionados en el pasaje de cabecera cuyo significado demuestra que no es una elección aleatoria sino definida por parte del autor de la escritura. Observa: Adán "hombre"; Set "señalado"; Enós "mortal"; Cainán "angustia"; Mahalaleel "Dios bendito"; Jared "descender"; Enoc "enseñanza"; Matusalén "con la muerte vendrá"; Lamec "desesperación"; Noé "consuelo, alivio".
El mensaje más importante para el hombre está en estos nombres individuales, toma nota: "El hombre ha sido señalado con una mortal angustia. Pero el Dios bendito descenderá para enseñarnos que con su muerte vendrá el desesperado alivio." Presta atención, porque no tienes que esperar a llegar al Nuevo Testamento para saber que Dios tenía preparado un plan de salvación para tu alma a través de la muerte y resurrección de Cristo.
Tú y yo hemos sido señalados por la angustia de la muerte a causa de nuestros pecados, pero el mensaje del evangelio nos dice que Dios mismo ha descendido para aliviarnos finalmente de una eternidad de condenación. Aquí lo tienes, ilustrado en nombres personales. ¿Ya lo has creído?
No sólo sabemos que el mensaje está presente en detalles como estos, sino también aprendemos que tú y yo como individuos somos importantes en la cadena de desarrollo del plan de Dios para con otras personas. Vales, y vales mucho.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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