"Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él." - Jueces 11:1-4
En este contexto hallamos a Jefté en el Nuevo Testamento, "¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de... (Jefté) ...que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros." (He. 11:32-34). De esta manera, una vez más la Escritura nos permite ver el cuadro completo de un personaje del Antiguo Testamento, cuando llegamos al Nuevo.
Al considerar el trasfondo de la historia de Jefté, nos anima el imaginar que, a pesar de su pasado, fue un varón de fe y quizá uno de los cuales el Espíritu Santo identificó en el libro de Hebreos como quien "sacó fuerzas de debilidad." Hijo de una prostituta, estigma indeleble de su vida frente a todos sus hermanos, rechazado por todos y cada uno de ellos, echado del entorno y el seno familiar, desposeído de una herencia que legalmente le correspondía, prófugo; Jefté (su nombre hebreo significa "él abre" y en griego "a quien Dios libera") evidentemente hizo buen uso de la debilidad para fortalecer su alma. Conocía la escritura (tal como lo revela la historia de él en Jueces) y su primer paso al huir fue habitar en Tob (heb. "bueno").
Los hombres ociosos que se juntaron con él, recibieron su influencia para la guerra y se transformaron en valientes y esforzados como él. Todo en la vida de Jefté podría haber sido un aliciente para que bajara los brazos y, con frustración humanamente justificada, cuestionara a Dios y lo olvidara. Pero no fue así, y por ello es un héroe de fe. En las palabras del pastor Wiersbe, "Jefté nunca dejó que las cosas que él no podía controlar fueran las que cargaran su vida de peso innecesario. Toda lo oposición que tuvo fue un sendero a la mejor oportunidad de su vida", y fue finalmente un juez de su nación durante seis años completos.
¡Qué bien nos haría memorizar y recordar más a menudo las acertadas palabras del rey David, "Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas." (Sal. 139:16). ¿Tienes quejas contra Dios? ¿Estás pensando que algo falló en tu pasado por la manera que las circunstancias se dieron en tu vida? ¿Acaso piensas que Dios se durmió cuando estaba siendo ordenado todo tu entorno? Ese carácter que tienes, los padres, tu formación, tu aspecto físico. ¿Algo se escapó de sus manos? ¡Oh no! ¡Ni una sola cosa! "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." (Ef. 2:10). Se un Jefté o una Jefté para que otros también glorifiquen a Dios; saca fuerzas de la debilidad. Da un paso de fe.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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