lunes, 27 de abril de 2015

DEVOLUCIÓN VOLUNTARIA

"De Judá dieron a los hijos de Aarón la ciudad de refugio, esto es, Hebrón..." - 1 Crónicas 6:57

    Hebrón es una ciudad importante en la Biblia. Se menciona sesenta y ocho veces y el significado de su nombre es "comunión." Su primera aparición es en Génesis 13 y desde allí entendemos su relevancia ya que se nos dice que Abram "moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová." (13:18). Luego el patriarca compró ese lugar y allí enterró a Sara, y luego él mismo y su hijo Isaac y Jacob su nieto con sus respectivas esposas fueron también enterrados allí.
    Ya para el tiempo de Moisés, Hebrón era habitada por los gigantes hijos de Anac y cuando Josué conquistó la tierra, los hijos de Arba descendientes de Anac le habían cambiado el nombre por Quiriat-arba (ciudad de Arba) "Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat- arba; porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos." (Jos. 14:15).
    Entonces Caleb apareció en escena; un descendiente de Judá quien dijo a Josué en medio de la conquista de Canaán, "Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho." (Jos. 14:12). El nombre Caleb significa "perro" un animal despreciado en los tiempos bíblicos. Sin embargo, él conquistó Hebrón del dominio de Arba. 
    Cuando las tribus de Israel tuvieron que dar ciudades para los levitas sacerdotes donde habitar, ¿qué hizo Caleb? El dio Hebrón. La ciudad conquistada con esfuerzo y sacrificio. No tuvo reparo alguno en ceder esto para los hijos de Aarón. Y ellos, a su vez, la transformaron en una de las ciudades de refugio más importantes de la nación. 
    Un sencillo repaso por la historia de Hebrón nos favorece grandemente el corazón. El ejemplo de Caleb, un "perro", y su batalla para recuperar "Comunión" para luego entregarla a quienes servían en el tabernáculo es del todo instructivo. De la misma forma el Señor Jesucristo, despreciado y desechado entre los hombres, recuperó en el calvario la comunión que el hombre perdió en Edén y la gloria de la misma ha sido entregada al Padre. Y es también un ejemplo de cómo hemos de dar lo mejor a Dios quien nos ha dado todo lo que tenía, su propio Hijo, por recuperar nuestra comunión con él. "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor." (1 Cor. 1:9)

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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