"Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar." - Jueces 6:32
Conocer la vida de Gedeón en el libro de los Jueces nos hace preguntarnos por qué razón se encuentra mencionado entre los héroes de la fe de Hebreos capítulo once (11:32); sin embargo, lejos de resistir o cuestionar la inspiración del Espíritu en la escritura, aprendemos que los hechos de este varón fueron heroicos en un tiempo donde "cada uno hacía lo que bien le parecía"; y porque su vida estaba afectada sin duda por la bajeza espiritual de la nación reinante en ese momento.
Pero Dios tiene sus instrumentos donde quiere y cuando quiere, y cuando un individuo entra en contacto directo con él, es cuando ocurren los acontecimientos extraordinarios que no son garantía sin embargo para un éxito permanente. Gedeón es un caso así, y cuando confió en Dios, su gracia y fortaleza fueron su mayor tesoro.
Fue así que luego de ver al ángel de Jehová, obedeció su mandato al punto que fue enviado, no sin temor, pero lo hizo finalmente y esta es la razón que debemos destacar. Gedeón tomó su posición en contra de la idolatría de la nación y en la propia casa de su padre. Su valor y determinación en derribar las imágenes y altares paganos dentro de su propia familia y pueblo le valió un sobrenombre: Jerobaal; que en realidad era un presagio de juicio de Baal contra él, cosa que nunca ocurrió porque un ídolo, nada es en el mundo.
Pero Gedeón fue conocido de otra manera de ahí en más; fue el varón que desafió el paganismo, la idolatría y la apostasía de la nación de Israel. ¿Tenía temor? Claro que sí. ¿Fue un hombre con dudas y cuestionamientos y dilaciones? No hay duda. Pero hizo lo que debía.
¿Cuántos de nosotros somos conocidos por entrar en contienda con lo que otros les parece normal, inofensivo para la fe del evangelio, y no alarmante para la iglesia de Cristo? ¿Recuerdas qué clase de espíritu ha dado Dios a sus hijos? "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Ti. 1:7). No se trata de abogar por el legalismo, no se trata de condenar lo que la Biblia no condena, pero se trata del impacto que hacemos cuando, como Gedeón, hemos estado ante la presencia de Dios y "no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído." (Hechos 4:20).
La manera en cómo te tilden otros no es importante para Dios porque él mira el corazón, pero no hay duda alguna que lo que otros dicen habla mucho de mí. Si estás llevando una vida que pretende obedecer sin compromisos con la filosofía e inmoralidad de este mundo, entonces prepárate para recibir unos cuantos sobrenombres que tendrás que escuchar a menudo. En todo tiempo, recuerda las palabras con las que el apóstol Pablo continuó exhortando a Timoteo, "Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios" (2 Ti. 1:8).
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
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