"Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer... Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien..." - Jeremías 24:3, 5-6
Jeremías tuvo una pequeña luz de esperanza y gozo cuando comprendió el significado de su visión con respecto a quienes irían en cautividad. Ser llevados a otra nación, lejos de Jerusalén, con otras costumbres, sin libertad religiosa y bajo un yugo violento, implacable y sin misericordia; era sin duda un futuro doloroso y vergonzoso. Israel debía ser ejemplo a otras naciones y terminó siendo mal ejemplo y pésimo testimonio deshonrado al Dios Creador y Salvador de ellos. Pero la esclavitud sería además de una disciplina correctiva, un inmunización definitiva contra la idolatría y rebelión espiritual; la nación enfrentaría en el futuro otro tipo de pecados, pero éste concretamente fue desarraigado para siempre.
De manera que el profeta observó en la visión de los higos buenos una muestra de cómo en tantas oportunidades se debe aprender a rescatar de lo malo, lo mejor. Porque Israel no podía evitar el juicio, pero de alguna manera podría sacar ventaja de ello si obedecía al Señor estando bajo disciplina. Y así fue, pues cuando Dios reveló a su siervo el resultado final de este juicio inevitable le dijo: "Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón" (23:7)
Todos enfrentamos situaciones que son el resultado de malas decisiones y con dolor hemos de asumir que estamos llevando las consecuencias de ello. Pero no significa eso que tengamos que hundirnos en una sombría depresión y desaliento indefinido. Más bien tenemos que saber que "lo que la vida nos hace es lo que la vida encuentra en nosotros" (Wiersbe). En Babilonia, los exiliados sacaron provecho espiritual de esta situación, pero los que en rebeldía se resistieron y quedaron en Jerusalén, fueron "malos, muy malos, que de malos no se pueden comer" y lo que les ocurriría se describe en Jeremías 23:9-10 "Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares adonde yo los arroje. Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres."
Si te encuentras en una mala situación como resultado de tu mala conducta y por causa de tu mala relación con Dios, no respondas ahora de mala manera sino aprovecha a sacar lo bueno de ello, respondiendo sabiamente y con la confesión del profeta Miqueas - "La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia" (Mi. 7:9)
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración
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Excelente reflexion!!!!!! Bendiciones!!!
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