"Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron aquellos varones, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas tierras han venido, de Babilonia. Y él le volvió a decir: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió: Vieron todo lo que había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no les mostrase" - 2 Reyes 20:14-15
La frase "Una de cal y una de arena" es una expresión bastante antigua que se utiliza para referirse a la dicotomía (división) existente entre dos cosas totalmente distintas, opuestas entre sí y que nada tienen que ver la una con la otra. Al dar "una de cal y una de arena" en cualquier área de la vida, estamos dando una impresión antagónica sobre un asunto. Este es el caso del rey Ezequías quien luego de ser librado de los asirios y milagrosamente curado por Dios de una enfermedad mortal como resultado de sus ruegos y lágrimas, no tuvo reparo en recibir a los enviados del rey de Babilonia y prodigar ante ellos todos sus tesoros. Grave error.
Si bien la futura cautividad de Judá sería el resultado obvio de una nación idólatra y rebelde, la acción de Ezequías de dar a conocer todas sus riquezas y bienes a los caldeos fue algo que dio lugar para que Dios, a través del profeta Isaías, anunciara el triste final de la nación. El destino de la nación estaba sellado, pero Ezequías y su jactancia impropia favorecieron al oráculo fatal.
El rey experimentó la bondad de Dios en el cuidado y recuperación de su salud y la extensión de su vida por quince años más, pero su conducta posterior e inmediata a este acontecimiento, demostró que su corazón, como el de todos nosotros, se halla inclinado a la vanidad y el orgullo. Había orado diciendo "Andaré humildemente todos mis años, a causa de aquella amargura de mi alma" (Is.38:15), pero no cumplió su voto ¿Cómo es posible una conducta tan opuesta de parte de Ezequías? ¿Cómo puede ser que habiendo visto la mano de Dios sobre su vida, luego abrió la suya en orgullo frente a extraños y paganos? ¡Ah! pero es que así somos sin la debida atención de nuestros corazones bajo la guía de la voz de Dios. Resistió en fe la violencia del asedio asirio (2 Re. 19) pero sucumbió sutilmente ante la tentación de mostrar sus riquezas a los caldeos; "escapó del león, pero fue atrapado por la serpiente." (Wiersbe); o sea, una de cal y una de arena, y sus decisiones del presente afectaron el futuro de su familia.
Bueno es aprender la lección y es que debemos ser humildes y agradecidos por las bendiciones de Dios a nuestras vidas y velar que las mismas no promuevan una confianza excesiva en nosotros mismos siendo en el futuro inconsecuentes con las bondades del Señor. ¿Tienes hoy una actitud arrogante habiendo olvidado que en el pasado Dios ha sostenido tu vida? El te ha salvado y tu menosprecias el día del Señor; te ha dado una esposa y no la tratas como Cristo a su iglesia; te ha dado hijos y no los tratas como él te atiende a ti; Jesús ha dado su vida por la tuya pero tu no la pones por tus hermanos. No seas inconsecuente. "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mt. 26:41)
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
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