martes, 18 de agosto de 2015

SIERVOS DEL REY

"Y oyendo Ebed- melec, hombre etíope, eunuco de la casa real, que habían puesto a Jeremías en la cisterna, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín, Ebed- melec salió de la casa del rey y habló al rey, diciendo: Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna; porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad." - Jeremías 38:7-9

    Es probable que tu tengas que leer la Biblia varias veces para recordar este nombre: Ebed-melec; él fue un hombre particular, insignificante a los ojos humanos con respecto a tantos otros personajes de la escritura. Probablemente un hombre de gran estatura, de piel muy oscura y que vivía lejos de su tierra natal, ya que era etíope. Era también hombre privado de familia por ser eunuco y entregado por entero a una sola tarea: Servir en la casa real en tiempos de Sedequías - su nombre significa: Siervo del rey. 
    La aparición de Ebed-melec en la Biblia, y todo lo que ella dice acerca de él, hacen que debamos ubicarlo entre aquellos que han de ser recordados como quienes tuvieron en cuenta la palabra de Dios y la creyeron, pero especialmente, entre aquellos que la pusieron en práctica. Es que este etíope demostró que en verdad era Siervo del Rey, haciendo honor a su nombre, cuando manifestó su preocupación por y emprendió una arriesgada misión a favor del profeta Jeremías. Su intercesión ante el rey hizo posible que Jeremías no muriera hundido en una cisterna.
    El corazón de Ebed-melec se conoce completamente cuando en la escritura leemos "tuviste confianza en mí, dice Jehová" (Jer. 39:18). No hace falta ninguna otra descripción de él, es todo lo que necesitamos saber para entender que él era un hombre a quien Dios le concedió la fe para creer mientras oía vez tras vez al profeta Jeremías profetizar dentro y fuera del palacio acerca de lo que Dios haría con Jerusalén. Y Dios libró a Ebed-melec por su confianza en él.
   Ebed-melec, oyendo la palabra de Dios se transformó en un hacedor de ella (Stgo. 1:22) porque "El hacedor no ve la palabra para recibir información sino para recibir transformación (Salcedo) Servía a Dios al preocuparse y exponer su seguridad y su vida a favor del profeta Jeremías; no servía principalmente a los hombres. No existe una sola cosa que hagas pensando en servir al Rey que luego será olvidado por el Rey, sino que habrá un registro indeleble en el cielo para todos aquellos que confiaron en Dios al creer en su palabra y la pusieron en práctica demostrando que la creían "sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Col. 3:24) ¿Qué haces hoy para evidenciar tu fe?

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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