domingo, 16 de agosto de 2015

PASOS DE FE

"Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo: He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla... Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío... Y después... oré a Jehová, diciendo... ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?" - Jeremías 32:6-7, 16, 25

    Durante veintitrés años el profeta Jeremías anunció un mensaje constante, uniforme e invariable (25:3); un mensaje que aseguraba juicio, cautiverio y desolación de la tierra y la conquista que Babilonia haría de toda la nación. La tierra quedaría en poder de los caldeos y el futuro del pueblo quedaría a merced de extranjeros con todas sus costumbres; no había ningún tipo de esperanza obvia que animaría a ninguna persona a pensar que podría mirar la tierra de Israel como un lugar para hacer una inversión confiable para ningún tipo de proyecto. Lo único que esperaban de acuerdo al mensaje del profeta era que la tierra los vomitara de una vez por todas (Lv. 18:28, 20:22).
    Pero Dios le pide a Jeremías que haga una compra, que invierta en una heredad de la tierra de acuerdo a las leyes de la herencia; un proyecto que, frente a toda la perspectiva que Jeremías había dado acerca de lo que ocurriría en la tierra, era absolutamente irracional e incomprensible. Sin embargo, él hizo la compra, hizo exactamente lo que Dios le mandó pues cuando los hechos se sucedían él dijo: "Entonces conocí que era palabra de Jehová" (v.8) Jeremías dio pasos de fe frente a toda la evidencia de los hechos que era contraria a lo que Dios le pedía; sin embargo hizo caso a la palabra de Dios para él. Luego vino la respuesta del Señor, pero no antes que Jeremías obedeciera, y le dijo: "He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?" (27); y juntamente con esta verdad inmutable también vino la revelación acerca de la restauración futura de la nación. Jeremías, hizo lo correcto.
    Los pasos de fe no son pasos al vacío, no son pasos presumidos, son pasos dados apoyando los pies sobre lo que Dios ha dicho, su palabra. Cualquier otra cosa que no sea esto, está lejos de ser una experiencia espiritual y solamente es una falsedad, crea problemas, genera dudas, confunde a los espectadores, siembra sospechas sobre la obra de Dios y especialmente sobre las Escrituras. De manera que cuando pienses en andar por fe, hazlo basado en lo que Dios dice porque de otra manera no será una verdad sostenible. No es un enfoque romántico de la vida cristiana sino una decisión racional que se basa sobre documentación divina, la voz de Dios que vive y permanece para siempre. No tengas temor de la obediencia a Dios cuando las circunstancias no parezcan acompañar las decisiones, sólo es necesario lo que Dios ha dicho. Jeremías así lo experimentó y Dios así se lo confirmó, y no será diferente contigo.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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