domingo, 30 de agosto de 2015

FRUTO O FUEGO

"Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque? ¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una estaca para colgar en ella alguna cosa? He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra alguna?" - Ezequiel 15:2-3

    La Biblia revela que Israel tenía como emblema nacional a la vid; ella representaba a la nación (ver. Sal. 80; Is. 5); y la utilidad de ella era doble, únicamente para fruto o para el fuego. Nada más. Mientras una vid fuera atendida y cuidada, permanecería en pie año tras año, pero una vez que el fruto dejaba de ser óptimo sólo una cosa se podía hacer con ella; se echaba al fuego. Ningún carpintero o artesano usaría su madera para alguna cosa. Israel fue así como nación y Ezequiel, como también lo hizo Isaías en su momento, mostraron la inutilidad de ellos como pueblo que pudiera dar a conocer las excelencias de Dios en toda la tierra.
    El Nuevo Testamento coloca al hijo de Dios en una situación similar a la de Israel en cuanto a su responsabilidad de llevar fruto. El Señor Jesucristo dijo a sus discípulos - "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca" (Jn. 15:16). El creyente lleva fruto de santificación (Ro. 6:22); el fruto del Espíritu (Gál. 5:22-23); en toda buena obra (Col.1:10); de justicia (He. 12:11); de labios que confiesan su nombre (He. 13:5); en el conocimiento de Cristo (2 Pe. 1:8) y otros más. 
    Sin embargo, lo que garantiza cualquiera de estos frutos en el cristiano es la obediencia. "La permanencia en Cristo depende de la obediencia, y la obediencia, del amor" (Wiersbe). Debes preocuparte por obedecer al Señor en todo lo que él revela en su Palabra; esta es la garantía de un creyente fructífero. No llevas fruto para permanecer; permaneces para llevar fruto y esto es posible respondiendo inmediatamente a todo aquello que Dios indique a tu vida. Si persistes en desobedecer y vivir haciendo lo que te agrada a ti y no al Señor; consciente de que hay desajustes en tu vida; entonces el fuego es lo único que queda; no es el infierno en el hijo de Dios "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús" (Ro. 8:1); sino la disciplina y el juicio por infructuosidad y la desobediencia; "mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo" (1 Cor. 11:32) 
    ¿Hay algo que sabes está deshonrando al Señor? ¿Conoces cosas que debes cambiar y confesar como pecado y que impiden el fruto que Dios espera de tu vida? ¿Lees tu Biblia para aprender cómo obedecer a Cristo? 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
    

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