martes, 25 de agosto de 2015

TRES VECES BUENO

"Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud." - Lamentaciones 3:25-27
   Jeremías, testigo ocular de la caída de Jerusalén, escribió el libro de Lamentaciones bajo la inspiración divina y enfocándose principalmente en el juicio de Dios como la respuesta al extenso y permanente pecado de Judá, pero también haciendo eco de la esperanza que conlleva la compasión divina y la seguridad que surge a causa de su fidelidad. Las vívidas imágenes que el profeta describe a lo largo de todo el libro y que incluyen enfermedad, muerte, tristeza, lamentos, juicios y calamidades; contrastan con las afirmaciones de la misericordia de Dios que se destacan como un oasis en medio del desierto.
   En la mitad de los cinco capítulos de las lamentaciones del profeta encontramos las afirmaciones que ocupan nuestro texto de hoy y que son precedidas por esta bendita verdad - "Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré." (3:22-24)
   El profeta Jeremías, reconociendo la misericordia de Dios en medio de un juicio y castigo merecido; y sabiendo que la disciplina no puede ser evitada porque Dios es Santo, es Señor y es Altísimo; confiesa las tres cosas que son beneficiosas para ellos en circunstancias de un castigo inevitable, y que deben ser proclamadas sin reservas. 
    En primer lugar, es bueno aceptar y aprender de los tiempos que Dios ordena - "Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca"- Ninguna cosa es más beneficiosa para el alma disciplinada que aprender a permanecer en el centro del plan de Dios hasta que la clase haya concluido.  En segundo lugar, es bueno esperar en la sabia, correcta e inmutable voluntad de Dios - "Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová"- Nada en la voluntad de Dios para sus hijos corregidos acontece fuera del marco del carácter y la persona de Dios. El obra de acuerdo a su naturaleza, y por lo tanto, de manera perfecta, justa y limpia. En tercer lugar, la fe se expresa por medio de la recepción de la disciplina en quietud y sujeción - "Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud."- La palabra de Dios lo dice así en el Nuevo Testamento "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" (He. 12:11).
   Cualquiera sea tu situación en el momento que estás siendo disciplinado por un Padre amoroso, pero Justo; no olvides las tres cosas que son excelentemente buenas y que derivan en resultados sorprendentes para quienes hacen caso en la escuela de la corrección celestial.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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