"Tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones... Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene." - Ezequiel 7:2-3; 6
Todos conocemos bien cuáles son las dos palabras que hemos visto innumerables veces al final de una película. Allí termina toda la historia, finaliza todo el momento de entretenimiento y no hay nada más que agregar; sólo quizá en nuestra imaginación. En la historia de Judá, llegó este momento, el del final de una secuencia de desobediencias, rebeldías e idolatría que derivó en el juicio divino. El asunto había comenzado hacía mucho tiempo, tal como lo describiera Jeremías, contemporáneo de Ezequiel: "Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré" (Jer. 2:20).
La descripción de este fin se encuentra en los relatos del Segundo libro de Reyes y de Crónicas como también de la profecía de Jeremías. Una lectura cuidadosa de estos relatos mostrará que nadie pensaba que algo así ocurriría, siempre estaban especulando sobre ello. El mismo profeta Ezequiel fue dirigido por Dios a observar cómo veía Israel su condición- "Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra." (Ez. 8:12). No fue así, y el fin llegó para la nación.
No es esta una conducta que sólo el pueblo de Israel tuvo; es la filosofía de todos los seres humanos que viven sin tener en cuenta a Dios y como imaginando que nunca llegará el final. Son como el hombre del evangelio de Lucas cuya heredad había producido mucho y dijo: "Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate" (12:19). La respuesta de Dios no se hizo esperar - "Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?" (12:20). Tu puedes disfrazar tu futuro con las imaginaciones que quieras, con los argumentos que te agraden más y con las ideas mas rebuscadas que te parezcan; pero no puedes evitar que llegue el final - "Porque la paga del pecado es muerte" (Ro. 6:23).
Ten en cuenta que la muerte te encontrará sólo, nadie más estará a tu lado; el fin es un asunto personal y es menester tratar con esta realidad mientras Dios te concede vida. Jesucristo es el camino, la verdad y la vida (Jn. 14:6) y él es quien tiene las llaves de la muerte; el único que pudo decir "(soy) el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades." (Ap. 1:18). Recuerda "No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee" (Ec. 8:8). Acude a Jesucristo hoy. The End.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
No hay comentarios :
Publicar un comentario