"Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije:¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres:¡Vive!" - Ezequiel 16:6
"Viven aquellos a quienes Dios da mandamiento para que vivan" (Matthew Henry). Ezequiel, recordando el origen y el pasado de la nación de Israel, utiliza una fuerte figura que refleja la condición en que Dios los encontró en Egipto con toda probabilidad. Es una imagen de suciedad, abandono, desamparo y, sobre todo, de muerte. Dios pasó junto a ellos, y Dios los vio sucios, y Dios les habló para que vivan. Nada hicieron ellos, todo fue obra del cielo. La gracia fue el ingrediente fundamental en la historia de la nación de Israel - "Le halló en tierra de desierto, y en yermo de horrible soledad; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como a la niña de su ojo." (Dt. 32:10).
David comprendió esta verdad cuando dijo "Tú has dado mandamiento para salvarme" (Sal. 71:3b); es un hecho a través de toda la escritura que la salvación es del Señor; que la obra de regeneración, transformación y conversión es un acto soberano de Dios en cada alma. No tienes que iniciar una discusión teológica sobre esto, sino simplemente leer en la Biblia y reverenciar su nombre al considerar cómo te ha encontrado al momento de salvarte.
Considera cómo se acercó a tu vida - "yo pasé junto a ti"- ¿no es esta una expresión maravillosa? ¿acaso no sabes cómo es descrito Jesucristo en la palabra de Dios? - "santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores" (He. 7:26). Sin embargo, pasó junto a ti. Considera también cómo miró tu vida - "te vi sucia en tus sangres" - ¿no es este un acto increíble viniendo de aquél de quien la escritura misma dice que es "muy limpio (eres) de ojos para ver el mal"? (Hab. 1:13). Y considera otra vez cómo habló a tu alma - "te dije:¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres:¡Vive!" - ¿no piensas cómo operó la misericordia y la gracia de Dios en esto cuando la palabra de Dios dice que él "nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo..."? (2 Ti. 2:9).
No puede existir otra salvación que no sea la que viene de Dios, no hay vida espiritual aparte de su vida en nosotros - "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados" (Ef. 2:1). La regeneración es unilateral, proviene de Dios y es la inmutable verdad de que "el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lc. 19:10); es la voz de Cristo diciendo al alma muerta "¡Lazaro, ven fuera!" (Jn. 11:43). Cualquier otra cosa es religión, filosofía humanista y esfuerzos del hombre; pero no es la gracia salvadora de Cristo. ¿Has oído la voz del Hijo de Dios diciéndote ¡Vive!? - "Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán" (Jn. 5:25)
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
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