domingo, 25 de enero de 2015

DEPENDE CÓMO LO VEAS

"¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" - Génesis 39:9

    Nadie que lea con atención la vida de José y con la devoción adecuada podrá pasar por alto jamás el razonamiento piadoso que tuvo aún en su juventud y cómo este manifestó de lleno, en pocas palabras y de manera decisiva la convicción que tenía acerca del pecado y sus consecuencias. Libros y libros podrían escribirse acerca de las implicaciones que esta pregunta tiene para la vida de cualquier hijo de Dios, pero también para el mundo entero. Haremos bien en recordar en el día de hoy algunas de ellas.
    En primer lugar, la pregunta de José indica que el pecado es un elección personal, no un error, equivocación, desliz o descuido espiritual, "¿Cómo, pues, haría YO..." Siempre fue así y siempre  lo será desde aquella ocasión en el Edén cuando Adán y Eva decidieron personalmente dar la espalda a Dios. El Altísimo estaba al tanto de las circunstancias de José, pero era él quien honraba o no a Dios en esas circunstancias. Nadie es culpable de tu pecado, solamente tú; y por esta razón se dará cuenta individualmente ante el Juez justo.    
    En segundo lugar, la pregunta define al pecado como un "grande mal"; no interesa toda la argumentación que el corazón del hombre pueda hacer hacer sobre los supuestos placeres que el pecado otorga, sobre imaginadas libertades que concede, y cualquier otro tipo de idea; el pecado siempre fue y será un grande mal que jamás otorga lo que promete y siempre paga de manera opuesta y amarga. El pecado está definido en la Escritura como rebelión contra Dios. He aquí donde radica su maldad.
    En tercer lugar, nos enseña que la magnitud de la maldad se mide con relación a contra quién es cometida. Lo dijo Elí a sus hijos "Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él?" (1 Samuel 2:25). José tenía pleno entendimiento acerca de esto. No era contra Potifar que estaría pecando; no era el hombre, sino Dios mismo. Esto es el mejor salvaguarda para cualquier piadoso. Cuando David hubo consumado su pecado en una situación similar a la de José, dijo: "Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos;" (Sal. 51:4). José meditaba muy bien en esto, la historia nos dice que su amo veía que "Jehová estaba con José" y esto habla de compañía. José vivía acompañado de Dios y el ojo divino era su único y verdadero juez, porque era en primer lugar su deleite aún en la esclavitud. Fue John Piper que dijo: "Pecado es todo aquello que hacemos cuando nuestro corazón no está satisfecho con Dios"
    Cuando esto no es así, entonces dejamos de ver al pecado como es, porque simplemente hemos dejado de ver a Dios como es. Recuperando una visión bíblica de Dios, obtendremos una visión bíblica del pecado y de nosotros mismos. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright 2013

     

No hay comentarios :

Publicar un comentario