jueves, 22 de enero de 2015

¿GOOGLE EARTH? NO, ALGO MEJOR

"...y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro." - Génesis 31:49


    En la era de la tecnología, de celulares inteligentes, satélites, Google Earth, microchips, localizadores, internet, bases de datos electrónicas mundiales y aún el mismo Facebook, todos los cuales hacen que sea cada vez más sencillo y veloz hallar personas o conocer la condición en que se encuentran; todavía es y será absolutamente imposible crear o encontrar algún dispositivo o medio que permita saber con exactitud cómo están nuestros corazones. El corazón del hombre no fue hecho para ser conocido con exactitud por el hombre, sino por Dios mismo su Creador, porque "el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón." (1 Sam. 16:7); "Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres." (Sal. 11:4).
    Para muchas personas este pensamiento puede ser aterrador porque la voz de la conciencia les asalta continuamente al recordarles que "...no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta." (He. 4:13). Darán cuenta ante Dios por todos sus actos, palabras y pensamientos.
    Sin embargo, para quienes conocen a Cristo, el pensamiento de un Dios y Padre que todo lo ve, debería ser más que un consuelo, debería ser un asunto de gratitud diaria; no solamente por el cuidado que esto implica sino también por el sentido de protección que comunica. Naturalmente venimos a este mundo procurando cuidarnos de lo que otros puedan pensar de nosotros y por ello nos conducimos frente a los demás con una prudencia natural que evita que cometamos torpezas por las cuales seamos juzgados o avergonzados. Pero la situación cambia cuando estamos solos. Cuando no nos hallamos frente a los hermanos de la congregación o miembros de la familia de Dios. Entonces, es aquí donde el pasaje de hoy nos ayuda a reflexionar y prepara para nosotros una dosis abundante de cuidado... "Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro"; el atalaya miraba desde una torre en lo alto que le permitía una visión amplia de todo lo que le rodeaba. No existe alguien tan alto como Dios para observar nuestros corazones en la soledad, cuando ya nos apartamos de la presencia del prójimo. 
    Esto debe transformarse en una oración cada vez que nos despedimos de los hermanos de la iglesia en el día del Señor para emprender las labores de la semana, separados el uno del otro. Hallaremos consuelo permanente al recordar que Dios está observando desde lo alto nuestras vidas. ¡Qué hermoso saber que es el mismo que puede "guardarnos sin caída" (Jd. 24)!
    Tú y yo necesitamos un "Mizpa" cada semana; uno que podamos compartir con nuestros hermanos en la fe "cuando nos apartemos el uno del otro." 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
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