martes, 31 de marzo de 2015

PURO BLÁ, BLÁ, BLÁ


"Entre las familias de Rubén hubo grandes resoluciones del corazón. ¿Por qué te quedaste entre los rediles, para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén hubo grandes propósitos del corazón." - Jueces 5:15b-16

    A través de los años, pastores que han estado ministrando al Señor tuvieron la oportunidad de aconsejar a muchas personas en momentos de decisiones espirituales. Han visto jóvenes en campamentos hablar con consejeros luego de las predicaciones, los han visto llorar y tomar resoluciones definidas. Han visto hombres y mujeres en sus congregaciones que manifestaron iniciar una nueva etapa de cambios y compromisos que prometían un futuro bendecido. Pero en poco tiempo también vieron cómo estas determinaciones no eran más que eso, determinaciones.  
    El pasaje de hoy es muy instructivo, pero un breve repaso sobre la historia de la tribu de Rubén hasta el tiempo en que esto ocurrió es muy aleccionador de conocer. Números 32:1 dice que "Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado"; por esta razón, y cuando Israel se aprestaba a entrar en la tierra de Canaán  cruzando el río Jordán para librar batallas, ellos dijeron a Moisés: "no nos hagas pasar el Jordán" (32:5c). 
    Cuando Moisés les dijo:"¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí?" (32:6b), ellos respondieron: "nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel" (32:17a). Ahora, en Jueces 5:16 apreciamos el final de la historia. Lo único que tuvieron ellos fueron "propósitos de corazón" pero nada de hechos. Se quedaron con la comodidad que ya conocían pero no se aventuraron en la ayuda de los demás. Ayudaron, pero no lo hicieron completamente.
    Esto es lo que ha acontecido con gran cantidad de las personas y situaciones de que son mencionadas al inicio. Se quedan igual que siempre, oyendo "el balido de sus rebaños" y  confunden "grandes propósitos de corazón" con "obediencia". No hay convicción, no hay subordinación, no hay cambio alguno. 
    ¿Cuánto hace que tienes "grandes propósitos de corazón" para empezar a leer tu Biblia todos los días? ¿Para hablar a tus familiares de Cristo? ¿Para no llegar tarde a tu trabajo? ¿A los cultos de tu iglesia? ¿A dejar de mirar inmoralidad en internet? ¿A tratar mejor a tu esposa o esposo? ¿A no gritar en tu casa? 
    ¿Cuánto hace que vienes diciendo: "Mañana sí, mañana empiezo"? No confundas propósitos con hechos. "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lc. 6:46); "y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado." (Stgo. 4:17); "Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis." (Jn. 13:17); "Pero sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." (Stgo. 2:22)... ¡Y tantos otros pasajes de la Escritura nos enseñan esto! 
    Quiera el Señor mover tu voluntad y tu obrar de manera conjunta.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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