jueves, 14 de mayo de 2015

DESDE LA MISMA CONCEPCIÓN

"He aquí, en maldad he sido formado, en pecado me concibió mi madre." - Salmo 51:5

    David no estaba echando la culpa de nada a su madre. No se trataba de cómo sus padres lo trajeron al mundo, lo cual es un don de Dios para goce de cada hombre y mujer. David estaba hablando de otra cosa; él escribió este salmo luego de ser confrontado por el profeta Natán con su pecado de adulterio y homicidio. 
    Lo que el rey hace en este salmo es expresar la triste verdad que descubrió y que confirma en él y en cada uno de nosotros nuestra relación con Adán. David no sólo pecó por elección, también lo hizo porque esa era su naturaleza; depravación total desde su concepción. 
    Es una verdad de importancia vital para todo ser humano, porque un remordimiento puede derivar en un reconocimiento de cualquier pecado cometido el cual es admitido como propio. Pero es otra cosa muy diferente creer, entender y no discutir en absoluto la certeza de que no somos pecadores porque pecamos, sino que pecamos porque somos pecadores. Cualquier confesión ordinaria de transgresiones cometidas declara "santo al religioso", mas cuando la condición de depravación total desde el vientre de la madre es lo que el corazón ha comprendido, la confesión hace "santo al pecador." 
    Son dos cosas completamente distintas como lo es el destino de los pecadores perdidos a diferencia de los pecadores perdonados. Mientras el alma rasguñe algún mérito escondido por el cual se sienta en condiciones de ser aceptada por Dios, no habrá ninguna esperanza de salvación. Mas cuando el corazón contrito y humillado se llega ante el Salvador que ama la verdad en lo íntimo, entonces el nuevo nacimiento y la justificación por la fe hacen de la nueva criatura un santo con todas las letras.
   ¿Cuál es tu situación? ¿Religión o salvación? ¿Un leve reconocimiento de lo que tu llamas "errores" o un abierto reconocimiento de la pudrición de tu alma?  ¿Acaso es esto exagerar? Claro que no, porque no se puede exagerar sobre el destino eterno del alma. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

No hay comentarios :

Publicar un comentario