miércoles, 27 de mayo de 2015

TIRO AL BLANCO

"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud." - Salmo 127:3-4

    En una sociedad cada vez más egoísta y especuladora la procreación en un matrimonio parece haber quedado relegada a un plano mucho más que secundario. No solamente el voraz deseo de "vivir la vida a pleno sin preocupaciones" sino también el pensamiento de que en un mundo cada vez más inseguro, tener hijos significa solamente exponerlos a peligros nunca antes vistos;  son algunos de los argumentos más comunes que se pregonan.
    Padres que batallan con la rebeldía en sus hijos adolescentes, otros que sufren por verlos involucrados en la drogadicción, el alcohol o la delincuencia, hacen que la presencia de hijos en el hogar sea cada vez más cuestionada. Sin embargo, la Biblia tiene la última palabra, y ella dice que los hijos son "herencia de Jehová" y que él es el único que puede controlar sus vidas, preparar su entorno y obrar en sus almas. Los padres son responsables por guiar a sus hijos, pero Dios es su propietario absoluto. El tiene sus propósitos soberanos en la creación de un bebé. 
    F. W. Boreham dijo: "Cuando Dios ve que en este viejo y pobre mundo algo incorrecto precisa ser corregido o una verdad necesita ser proclamada, o un beneficio precisa ser inventado - entonces él envía un niño al mundo para hacerlo" Y esta es la razón por la que envió su propio Hijo al mundo hace más de dos mil años. 
    ¿Eres padre? Considera lo que Dios dice de tus hijos en este salmo; son como saetas en mano de un valiente. No siempre el valiente usó las mismas, sino que se entrenó para ello. La primera vez que las saetas estuvieron en sus manos aprendió a conocerlas, su peso, tamaño, características. El arco que las lanza fue también motivo de consideración para este valiente, ¿cuánta tensión? ¿cuánta fuerza? ¿cómo darle dirección? El momento de mayor tensión, es el momento en que la saeta saldrá y es entonces donde mayor concentración precisa el arquero. Así han de ser los padres con los hijos, cada uno de ellos: Cuidado, atención, prevención, dirección oportuna. 
    La única cosa que permitirá que los padres hagan esto, es que recuerden que los hijos son prestados y que no les pertenecen. Dios es su dueño y ellos son su herencia. Y la única forma en que papá y mamá lo vean de esta manera es que ellos mismos vean a Dios como su propio Salvador y Señor. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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