"Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos." - Salmo 119:71
En una página de internet se encuentra un artículo que dice: "77 formas de aprender más rápido, más profundo y mejor." El mismo está más relacionado con aspectos saludables que otras cosas, y entre las sugerencias que da sobre cómo mejorar el aprendizaje aparecen algunas tales como: Agitar la pierna para mejorar el flujo sanguíneo, desayunar fuera de la casa para reflexionar mejor, comer un almuerzo ligero, tomar ginkgo biloba, encender las luces, tomar una ducha o baño, reír, escribir un diario, usar hojitas ayuda memoria; y varias otras más.
Para el autor del salmo 119 ninguna de estas cosas estaban en su lista, pero la que le permitió aprender mejor que ninguna otra fue la humillación. Para aprender acerca de Dios, en muchísimas ocasiones no hay mejor maestro que la humillación. La palabra puede ser traducida como "aflicción"de acuerdo a su origen en el hebreo. Esta sería la última cosa que cualquiera de nosotros pensaría que puede ser un maestro eficaz: La aflicción.
Los amigos de Job creían que sus aflicciones eran el resultado de sus pecados, pero Dios terminó mostrándoles que ellas eran el resultado de la bondad de Dios para con él. Las crisis personales son, en muchas oportunidades, el mejor instructor para el alma y es muy bueno aprender a apreciarlo y no estar esperando un maestro suplente. Cuando la aflicción ha pasado, como nuestro salmista, aprendemos a ver lo bueno que ha sido para nosotros atravesar la misma. Es la única manera de aprender los estatutos (decretos) de Dios; límites y reglas establecidas por su mano. Inflexibles.
Si estás atravesando una crisis recuerda que no es "una manera más" de aprender sino la mejor, de acuerdo a la palabra de Dios. Es bueno para ti, es bueno para tu alma y es bueno para lo que vas a contar en el futuro: Lo que aprendiste de Dios en su bondad al permitir la crisis en tu experiencia de vida. Vuélvete a la Escritura y persevera en hallar la respuesta y la mejor calificación para tu tarea.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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