sábado, 2 de mayo de 2015

UNIDAD, NO UNIFORMIDAD

"¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!" - Salmo 133:1

    Cuando pensamos en los hermanos juntos, por lo general visualizamos las reuniones de la iglesia, dos, tres o cuatro veces por semana; depende cada congregación. Claro que eso es estar juntos, pero no necesariamente "habitar" juntos, que es lo que el salmo expresa. 
    Tu y yo podemos peregrinar junto a otros hermanos en nuestro paso por este mundo y con la misma fe en la persona de Jesucristo, pero eso no significa que estemos habitando juntos. Abraham y Lot estaban juntos, pero no habitaban juntos porque Abraham tenía un altar, Lot no. La posibilidad de habitar con los hermanos no es otra cosa que la presencia de armonía, o sea, verdadera unidad. Porque "podemos fabricar uniformidad manipulando a las personas y ejerciendo presión sobre ellas, pero la verdadera unidad proviene de lo alto, de Dios mismo." (Wiersbe).
    La armonía (unidad) que proviene de Dios posee dos características: Primero, tiene el efecto de bienestar "cuán bueno", el salmista utiliza una palabra hebrea que significa "un estado de bendición espiritual"; es decir que hay una bendición de por sí en el hecho de estar con los que como tú y yo han sido comprados por la sangre de Jesucristo. El mismo salmo lo dice al final, "Porque allí envía Jehová bendición..." (v.3). En segundo lugar, produce deleite  "cuán delicioso", un adjetivo hebreo que significa entre otras cosas "gozo de estar juntos" y "capacidad de mostrar actitudes que agradan al prójimo." Expectativa y anticipación a cualquier actitud de mis hermanos.
    A menudo gente dice por ahí: "Yo tengo mucha fe, soy creyente, pero no me congrego; Dios está conmigo igual." ¡Oh, sí! Dios está con ellos porque es Omnisciente y Omnipresente, pero ellos no están donde está la bendición de Dios, ni pueden saber lo que es el deleite si no están con los creyentes. No tienen el privilegio de "mostrar buenas actitudes" porque es muy difícil hacer esto cuando se quedan en la casa. 
    Si "cordón de tres dobleces no se rompe pronto" (Ec. 4:12), imagínate cuánto le agregas a tu alma cuando estás con todos tus hermanos en armonía. Persigue la unidad que viene de lo alto y es pura; no la uniformidad humana que se arrastra y se ensucia.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
    

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