"Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios." - 2 Samuel 6:6-7
El diccionario define el término "Pragmatismo" como una "actitud y pensamiento que valora sobre todo la utilidad y el valor práctico de las cosas." No todo lo que aparenta ser efectivo y práctico termina siendo exitoso. El verdadero valor no está en el éxito sino en la calidad de las cosas. Puedes tener éxito en construir una casa rápidamente, pero si no utilizas los materiales adecuados no sirve de nada.
El rey David tenía un objetivo sublime y genuino: Volver el arca de Dios a un lugar central. Su amor por Dios le llevó a priorizar esta actividad por encima de cualquier otra. En su fervor y anhelo decidió que la practicidad era más importante que el mandamiento y que las formas no eran fundamentales si la motivación era la correcta. Se equivocó. Sin embargo, su filosofía errónea no le contrajo las consecuencias que sí sufrió Uza, el levita. El sabía cómo debía llevarse a cabo semejante tarea, pero también priorizó lo práctico y la excepción por encima del mandato divino.
La decisión de Uza fue tan seria que el Espíritu Santo utilizó una palabra que (en hebreo) aparece una sola vez en toda la Biblia (dos en español), es la palabra "temeridad" y por su uso es claro que el pecado de Uza fue grande. Había un mandamiento que no fue obedecido; David lo reconoció en la segunda oportunidad del traslado del arca cuando les dijo a los sacerdotes y levitas "pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza." (2 Cr. 15:13).
Hay quienes creen que pueden buscar a Dios a la manera que les parece porque, dicen, el fin justifica los medios. Pero no es así. Dios posee absolutos y no relativos. Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Jn. 14:6); Pablo dijo: "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre," (1 Ti. 2:5). Si tu haces una mínima excepción a estas dos declaraciones, tu alma se perderá eternamente y, valga la redundancia, no habrá ninguna excepción. La Biblia nos ha sido dejada para nuestro bien y no para darnos una opinión más, su obediencia no debería ser un asunto relativo. Tu alma vale más que todo el mundo, oye lo que dice Dios y no seas práctico, sé obediente.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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