"Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder..." - Salmo 110:3a
El Salmo 110 es uno de los tantos salmos mesiánicos (en referencia al Mesías - Jesucristo) que conforman el salterio hebreo. Este es uno de los más destacados ya que presenta un cuadro completo de Cristo como el Rey de reyes en su reinado milenario. El poder ejercido en aquel tiempo será absoluto y la justicia será perfecta, puesto que será "la vara de su poder" (v. 2).
Sin embargo, hemos de saber que el poder de Cristo no se encuentra confinado sólo a un tiempo futuro sino que él obra como desea y cuando desea conforme a su beneplácito y siempre en cumplimiento de sus santos propósitos. De acuerdo a esta verdad ampliamente corroborada en la Escritura, el texto de hoy también nos esperanza con la certeza de que en el momento que Dios mueve los corazones de su pueblo, se produce un ofrecimiento voluntario de parte de ellos y al servicio del Salvador.
No hay duda que la iglesia ha sido provista de dones que fueron el trofeo de Cristo al momento de su resurrección. Ella se encuentra dotada ampliamente para servir a su Redentor y para extender el mensaje de la redención. Dios puede activar los corazones de su pueblo provisto de recursos divinos para que su plan continúe formándose; y esto lo puede hacer sin la ayuda del hombre.
Lamentablemente, hoy en día líderes de diferentes congregaciones parecen haber olvidado esto y prefieren ejercer presión para lograr lo que solamente puede lograr el Espíritu de Dios: Un ofrecimiento y servicio voluntario. Vez tras vez, maestros, o quienes dirigen cultos o líderes de jóvenes u otros ministerios de la iglesia local se ven colocados a la fuerza por una especie de manipulación pastoral que lo único que obtiene son actividades desarrolladas con la mente pero sin el corazón.
Pero cuando Jesucristo, Señor de la iglesia ejerce su poder en el corazón de su pueblo a través de la predicación de su Palabra en púlpitos sanos, ¡qué diferencia hay en lo que se hace por su Nombre! ¡Qué distinto es el pueblo que sirve ofreciéndose voluntariamente, de aquél que lo hace bajo el impulso del hombre y la fuerza de la obligación! ¿Te encuentras en esta condición? ¿Eres tú uno de los tantos que haces lo que haces en tu congregación porque te lo han pedido nada más y porque has pensado que no hacerlo te acarreará problemas? ¿Tienes un corazón de servicio voluntario? Examina tus motivos, sólo el poder de Dios produce resultados eficaces, lo demás es puro invento.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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