domingo, 10 de mayo de 2015

"SEÑOR, SINCERAMENTE"

"El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios." - Salmo 50:23

    El salmo 50 es una fabulosa descripción de Dios como Juez de toda la tierra, y en ese sentido un eterno conocedor de los corazones de los hombres. Conoce a los falsos adoradores (1-15) y conoce a los adoradores hipócritas (16-22). No se le escapa un solo detalle de las actitudes de quienes se acercan a él, y por esta misma razón, también conoce a los que lo buscan sinceramente.
    La adoración genuina implica elevar el alma hacia la altura de Dios y no bajar a Dios a nuestra propia imaginación, que es idolatría y que es lo que condena en este mismo salmo, "Pensabas que de cierto sería yo como tú" (v.21).  ¿Cuántos hay que han estado fingiendo y forzando toda su vida una religión imaginaria que satisfaga sus conciencias? En sus esfuerzos por lograrlo, no solamente han deshonrado a Dios sino que se han creído sus propias mentiras. "Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca?" (v. 16), exclama Dios en el mismo contexto.
    Tener una Biblia y leerla y hacer propaganda de ello no es ninguna garantía de estar relacionado correctamente con Dios. La única manera de estar bien con el Juez es conocer cómo la paga de mi pecado fue saldada por su Hijo en la cruz. Tener una Biblia para saber esto y creerlo, es totalmente distinto.
    Son estos los que adoran a Dios y lo honran al hacerlo. Y son estos mismos quienes toman el tiempo para ordenar sus caminos, confesando sus pecados y examinando sus motivos. Así, reciben una completa dirección de la obra salvadora de Dios para su rutina diaria, constantemente sostenidos por su guía. 
    El adorador sincero está muy lejos de los falsos e hipócritas, pero no es un mero espectador, sino un activo participante en la contemplación de Dios en la hermosura de su santidad.

                               "Porque adorar es...
                                 despertar la conciencia con la santidad de Dios,
                                 alimentar la mente con la verdad de Dios, 
                                 purgar la imaginación con la hermosura de Dios, 
                                 abrir el corazón con el amor de Dios, 
                                 y hacer devota la voluntad al propósito de Dios."
                                                                             William Temple

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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