"Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto." - Proverbios 4:18
No es posible imaginar un sol tenue a las doce del mediodía. Cuando las nubes están ausentes en el cielo a esa hora en casi todas partes del mundo, el espectáculo de la iluminación natural de nuestra estrella es imponente y deleitoso. En oportunidades así, es difícil no tener en mente la idea de un día espectacular y de cualquier manera, ya sea mental o verbalmente decimos que es "un día perfecto." La naturaleza proveyó a Salomón de una ilustración más que adecuada para compararla con la senda del justo.
Cada tanto, es bueno que repasemos nuestra comprensión del vocabulario bíblico, especialmente cuando leemos los libros de la Biblia denominados "poéticos", ya que de lo contrario tendremos la tendencia a generalizar su significado y perderemos el verdadero mensaje del mismo. "Justo" en la escritura, es mucho más que alguien que hace justicia, y por lo general la Palabra de Dios lo utiliza no como una expresión de cualidad sino de condición. Los justos son los que han sido declarados justos y por ende, justificados de sus pecados por mérito divino y sobre la base de la justicia de Dios evidenciada en el Calvario. Son estos los únicos que pueden aplicar el texto de hoy a sus vidas.
La "senda" es la manera o estilo de vida de una persona, tal como lo representa la palabra original hebrea que generalmente se utiliza en el Antiguo Testamento. Con estos dos vocablos explicados, no podemos perder de vista el mensaje del pasaje de hoy: La vida de una persona transformada por el poder de Dios mantiene una continuidad ejemplar hasta su punto máximo de provecho. ¿Quién puede pensar que un hombre o mujer que han sido participantes de la naturaleza divina no serán más y más eficaces y útiles a medida que avanza el tiempo y sus vidas reflejan a Cristo de una manera cada vez más evidente? La medida de la perfección en el hijo de Dios es la persona de Jesucristo puesto que los creyentes han sido perdonados para que "fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo..." (Ro. 8:29).
¿Qué hora es en tu vida? ¿Las ocho, nueve, diez de la mañana? No te detengas en tu andar con Cristo, pronto llegará el mediodía donde la gloria de Dios será tu mayor deleite.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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