"¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?" - Proverbios 30:4
Todos los que manejamos vehículos y lo hemos hecho por rutas nacionales, en alguna oportunidad fuimos detenidos en nuestra marcha en algún puesto policial. Acto seguido, el pedido del policía en turno es el habitual: "Documentos por favor". Y claro, se supone que deben identificarnos primero para luego cerciorarse de quiénes somos y que todo esté en regla. Es necesario que se nos identifique cabalmente para poder continuar el viaje. La identificación es todo.
Cuando pensamos en cómo conocer a Dios también necesitamos una identificación que constate que él es quien dice ser. Es natural que preguntemos cosas al leer la palabra de Dios. Pero ninguna pregunta es tan importante como aquella que nos permite conocer al autor de la Biblia. Salomón incluyó en sus proverbios las palabras de un tal Agur, porque su sabiduría terminó siendo en verdad la inspiración del Espíritu de Dios para hacer preguntas cuya respuesta es vital para la eternidad del hombre.
¿Cuál es en realidad el sentido de estas
preguntas y cuál su énfasis? "Son preguntas que sólo pueden tener respuesta por
revelación de parte de Dios. Es decir, el hombre puede saber el "QUÉ"
acerca de la sabiduría de Dios en su creación; sin embargo, el hombre no puede conocer el "QUIÉN". Éste solamente puede ser conocido cuando Dios se revela a sí mismo, tal y como lo ha hecho en las Escrituras" (MacArthur).
El hombre puede observar, conocer,
estudiar, tal y como lo enseña Romanos 1:19-20 "porque lo que de Dios se
conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas
invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde
la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa." Pero esto no significa conocimiento de Dios para vida. Job dijo que "de oídas te
había oído, mas ahora mis ojos te ven." (42:5)
He aquí las preguntas que nos ayudan a identificar al Creador. Especialmente su nombre y el nombre de su hijo, lo cual es una
referencia a Dios y a Jesucristo "...nadie conoce al Hijo, sino el Padre,
ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera
revelar." (Mt. 11:27). Algunos de los que leen esto quizá han crecido en
una familia cristiana o dentro de la iglesia y conocen todo acerca del "QUÉ" de Dios, pero aún no
conocen al "QUIÉN" porque el Espíritu de Dios aún no lo ha revelado
al corazón.
¿Has pensado que tu conocimiento de Dios puede ser solamente teórico y teológico pero no salvador? ¿Has pensado cómo puedes haber crecido bajo una tradición cristiana evangélica sin haber creído en la esencia del Evangelio? ¿No será eso lo que te impide avanzar y que no es inmadurez cristiana sino falta de vida en Cristo? Es mi ruego que por intermedio de esta simple exposición del
pasaje el Señor abra tus ojos para ver "QUÉ y QUIÉN" es Dios.
¡Dios te
bendiga!
-Biblia, mate y
oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
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