lunes, 15 de junio de 2015

DESDE EL UNIVERSO HASTA EL CORAZÓN

"El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. El cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres." - Salmo 147:3-4

    ¡Qué fabuloso contraste se expresa en estos textos! Si fuera una poesía del hombre solamente, imaginaríamos su contenido como una utopía, una experiencia imposible de vivir. Alguien que puede ocuparse de mí y también del universo. ¡Vaya! ¡Qué situación única! Y sin embargo, es la palabra de Dios y es la verdad de su cuidado y su poder. 
    Dios que se encarga del universo, también lo hace con el corazón quebrantado. El corazón del hombre es tan complejo como las estrellas del universo. Los escondrijos de emociones, sentimientos y pensamientos son tan vastos como las lumbreras de nuestro cielo. Son muchos quienes han dado fin a sus vidas porque no podían hallar liberación de sus angustias, sanidad a sus heridas y solución a sus quebrantos. La grandeza del universo sólo añadía confusión a la imposibilidad de encontrar respuestas a las tristezas del alma.
    Pero qué dicha es cuando el Espíritu Santo puede susurrar al alma dónde está la respuesta definitiva a todo eso... "El sana...  El cuenta..." Dios es quien se ocupa de ambas cosas. De hecho el contraste entre el universo y el corazón permite al alma quebrantada tener un motivo incesante de adoración y contemplación; que quien ha dado nombre a cada una de las estrellas sea el mismo que se acerca a mi vida para amarla, cuidarla, restaurarla y darle aliento; es un hecho incomparable. 
    ¿Y cómo conocerlo? - quizá te preguntas - y lo que tienes que saber es lo que la misma Biblia nos  dice: "(Dios)... en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;" (Heb. 1:2) este es Jesucristo de quien dice Juan que, "no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre." (Jn. 2:25). Ya ves, él es el Creador y él es el Médico. Ninguno como él; tómate el tiempo para oírlo. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
    

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