viernes, 18 de septiembre de 2015

ADORADORES PROTEGIDOS

"Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde." - Esdras 3:3

¿Qué haces cuando estás en serios apuros? ¿A dónde recurres en situaciones adversas y que atemorizan tu bienestar? ¿Cuál es el recurso inmediato frente a los enemigos de tu alma? Una condición peligrosa era aquella en que se encontraban los judíos del primer grupo de remanente que regresó a Jerusalén. Nadie estaría de acuerdo en ver a Israel otra vez en su tierra y perfilándose como una nación independiente; harían lo posible por evitarlo y destruir cualquier intento de resurgimiento. Sin embargo los ancianos y líderes del pueblo hicieron lo más importante y necesario para ser protegidos, ellos adoraron y consagraron sus vidas a Dios. La adoración y la obediencia  a la ley expresaron su deseo de ser sacrificios vivos, porque eso es lo que simbolizaban estos sacrificios; y esto fue su verdadera seguridad.
    Entonces ¿qué haces ante eventuales conflictos y tribulaciones? Pues ofreces tu cuerpo en sacrificio vivo como lo enseña la escritura, "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional." (Ro. 12:2) Es esta disposición y obediencia y no la persecución de una seguridad personal lo que va a garantizar la paz y el sosiego para tu alma en situaciones conflictivas. Siempre es lo mejor considerar tu vida como propiedad divina; Dios sabe cómo cuidarnos tal como lo hizo con su pueblo en el regreso del exilio, jamás los desamparó y salieron victoriosos a pesar de las presiones, amenazas y peligros.
    Persevera en poner tu vida bajo el cuidado sabio de Dios y nunca te apoyes en tu propia prudencia e intelecto. Adora a Dios, consagra tu razonamiento en el altar de un sacrifico voluntario y diario; todos y cada uno de los enemigos de tu alma saldrán perdedores. Jerusalén no tenía muros aún que la protegieran; pero eso no fue un impedimento para Dios en defenderlos y cuidarlos. 
    Un corazón consagrado es la mejor protección contra las pruebas y tentaciones de la vida.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso


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