"Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos... Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado... Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé." - Ezequiel 22:26, 28, 30
En el marco de los juicios a la nación de Israel por sus pecados, los profetas no dejaron de mencionar las razones del por qué del mismo. Dentro de estas, se encuentran muy a menudo las que señalan a los líderes religiosos como quienes fueron en gran parte responsables de las continuas iniquidades del pueblo. Es cierto que cada cual dará cuenta a Dios por sus propios pecados, pero también que llevarán mayor condenación aquellos que no solamente no hicieron nada para prevenirlos en otros sino que también contribuyeron al desarrollo de la iniquidad.
Ezequiel hizo una descripción de los responsables espirituales de Israel digna de tener en cuenta y considerar, especialmente para evitar a quienes hoy en día son imitadores y herederos de sus prácticas y que provocan la perversión en tantas iglesias del siglo veintiuno. De parte de los sacerdotes hubo violación de la palabra de Dios, contaminación del templo, perversión de los límites establecidos por Dios entre lo santo y lo profano, ausencia de discernimiento frente a la impureza, indiferencia en la adoración y menosprecio del nombre de Dios. En cuanto a los profetas, ellos adulteraron el mensaje y cubrían los pecados de la nación con liviandad y mentiras, pero atribuyéndole origen divino a sus profecías. Naturalmente, la disciplina y el juicio divino no se hizo esperar más.
Cerciórate de que no seas mercadería espiritual de hombres falsos como estos, quienes denigran la fe cristiana y el nombre de Cristo; que dejan de señalar el pecado desde sus púlpitos o personalmente cuando el mismo está presente; quienes no utilizarán la escritura para mostrarte que debes ser santo porque Dios es santo. Cuidado con los que ofrecerán cualquier otro medio para solucionar tu relación con Dios que no sea la perfecta obra de la cruz. No cedas frente a este tipo de hombres.
Tampoco creas que no puedes hacer algo; Dios le dijo al profeta lo que buscaba en su pueblo mientras estos falsos religiosos obraban mentiras - "Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé."(v.30). Pero hubo en la nación hombres como Moisés y Finees (Sal. 106:23,30), José (Sal. 105:17) o Samuel (1 Sam. 3) que fueron "hombres de la brecha" que se interpusieron entre Dios y la gente. Tú puedes ser uno de ellos, un constructor de paredes firmes y no recubiertas con lodo. Defiende la fe en medio de falsos líderes, alza la bandera de la verdad del evangelio y persevera en honrar la palabra de Dios, sosteniendo los principios inamovibles que ella revela y formando parte del Pueblo de la Brecha.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
En el marco de los juicios a la nación de Israel por sus pecados, los profetas no dejaron de mencionar las razones del por qué del mismo. Dentro de estas, se encuentran muy a menudo las que señalan a los líderes religiosos como quienes fueron en gran parte responsables de las continuas iniquidades del pueblo. Es cierto que cada cual dará cuenta a Dios por sus propios pecados, pero también que llevarán mayor condenación aquellos que no solamente no hicieron nada para prevenirlos en otros sino que también contribuyeron al desarrollo de la iniquidad.
Ezequiel hizo una descripción de los responsables espirituales de Israel digna de tener en cuenta y considerar, especialmente para evitar a quienes hoy en día son imitadores y herederos de sus prácticas y que provocan la perversión en tantas iglesias del siglo veintiuno. De parte de los sacerdotes hubo violación de la palabra de Dios, contaminación del templo, perversión de los límites establecidos por Dios entre lo santo y lo profano, ausencia de discernimiento frente a la impureza, indiferencia en la adoración y menosprecio del nombre de Dios. En cuanto a los profetas, ellos adulteraron el mensaje y cubrían los pecados de la nación con liviandad y mentiras, pero atribuyéndole origen divino a sus profecías. Naturalmente, la disciplina y el juicio divino no se hizo esperar más.
Cerciórate de que no seas mercadería espiritual de hombres falsos como estos, quienes denigran la fe cristiana y el nombre de Cristo; que dejan de señalar el pecado desde sus púlpitos o personalmente cuando el mismo está presente; quienes no utilizarán la escritura para mostrarte que debes ser santo porque Dios es santo. Cuidado con los que ofrecerán cualquier otro medio para solucionar tu relación con Dios que no sea la perfecta obra de la cruz. No cedas frente a este tipo de hombres.
Tampoco creas que no puedes hacer algo; Dios le dijo al profeta lo que buscaba en su pueblo mientras estos falsos religiosos obraban mentiras - "Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé."(v.30). Pero hubo en la nación hombres como Moisés y Finees (Sal. 106:23,30), José (Sal. 105:17) o Samuel (1 Sam. 3) que fueron "hombres de la brecha" que se interpusieron entre Dios y la gente. Tú puedes ser uno de ellos, un constructor de paredes firmes y no recubiertas con lodo. Defiende la fe en medio de falsos líderes, alza la bandera de la verdad del evangelio y persevera en honrar la palabra de Dios, sosteniendo los principios inamovibles que ella revela y formando parte del Pueblo de la Brecha.
¡Dios te bendiga!
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