domingo, 20 de septiembre de 2015

LA SALUD NO ES CONTAGIOSA

"Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será." - Hageo 2:11-13

    Imagínate que en los hospitales colocaran personas sanas al lado de los enfermos para curarlos; que los médicos pensaran que eso sería un método efectivo para eliminar cualquier enfermedad. Sería una solución fabulosa y los medicamentos ya no serían necesarios. Pero lo contrario es la verdad, ya que una persona sana se contagiaría de una que está enferma; porque la salud no es contagiosa, pero la enfermedad si lo es.
    Los sacerdotes levitas tenían conocimiento de cómo funcionaban las ofrendas, algo santificado nunca podía transmitir su calidad de santo a aquello que no lo era, pero algo inmundo si podía influenciar para mal a aquello con lo que entraba en contacto. La santidad no puede pasarse a otra persona, pero la impiedad si; y el profeta Hageo fue preciso al indicar a través de estas preguntas a los sacerdotes cómo el pueblo, que ahora estaba siendo negligente en atender la construcción del templo para ocuparse en sus cosas (pues les dijo en 1:4 "¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?"); ellos continuaban ofreciendo sacrificios igualmente. Pero sus caminos eran errados; su influencia era negativa e inmunda y no favorable para otros, "Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo." (2:14).
    Recuerda: puedes ser un buen ejemplo cuando honras al Señor en tu vida, pero no puedes transmitir tu santidad a otros. Por el contrario, tu mala conducta, mal testimonio y ejemplo impropio es una influencia desastrosa en otros y fomenta más impiedad de lo cual darás cuenta ante Dios, porque  por naturaleza el corazón del hombre se inclina hacia lo malo y no hacia lo bueno. Fíjate cómo vives, evita ser tropiezo y contagiar con un mal testimonio a los que te rodean.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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