miércoles, 9 de septiembre de 2015

"VEO - VEO; ¿QUÉ VES?"

"En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá. En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur... Y me habló aquel varón, diciendo:Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel." - Ezequiel 40:1-2, 4

    El Veo-veo es un juego de adivinanzas que usualmente es jugado por las familias con niños pequeños y tiene la particularidad de ayudar al niño a agudizar su capacidad de observación, entre otras cosas. Alguien escoge un objeto que observa e inicia una secuencia de preguntas que ayudan en la descripción  para orientar al niño a descubrir aquel objeto que ha sido elegido. Mientras tanto no se descubra, las preguntas siguen y solamente quien las hace ve y sabe a qué se refiere.
    Catorce años después que Jerusalén fue tomada y el templo destruido, el profeta Ezequiel tuvo la visión futura de su nación. Fue llevado en esta visión a la tierra de Israel y allí fue donde Dios le indicó que prestara atención con sus ojos, oídos y con su corazón a todas las cosas que le serían mostradas  para que luego pudiera contar todo lo que había visto a la casa de Israel. Su observación era vital para la descripción que luego abarcará los capítulos 40 al 46 de su profecía y que incluirían la descripción de un templo glorioso y los mandamientos en la nueva adoración que se llevaría acabo en el.
    La visión del profeta llegó en un tiempo de desazón nacional con tantos años pasados ya de ignominia y devastación espiritual; pero Ezequiel tuvo la dicha de participar en este "veo - veo" divino y apreciar un futuro glorioso para Israel aún estando en una condición tan deprimente y sin esperanza. Cualquiera sea el estado o situación del corazón en la que te encuentras en este momento; si estás bajo convicción de pecado por las consecuencias que experimentas, es porque el Espíritu de Dios ha comenzado a obrar en ti. De la visión de tus faltas y transgresiones surgirá la visión de las promesas de restauración y seguridad que están prometidas para los hijos de Dios cuando ordenan sus caminos conforme a la escritura. La razón de que ocurra de esta manera es "porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef. 2:10)
    Un estado de calamidad, derrota y pesimismo no se puede justificar en la vida del cristiano; por el contrario cuando el pecado ha sido confesado, tiene que aprender a ver lo que Dios ve - "Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies..."(Heb. 12:12); y porque "hay un final dichoso para el hombre de paz" (Sal. 37:37). Y tu, ¿qué ves?

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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