miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿Y SI DIOS NO ES POR NOSOTROS?

"Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina..." - Ezequiel 21:3a

   En doce oportunidades el profeta utiliza la palabra espada en este capítulo; representa a Babilonia. Jeremías usó la palabra martillo para referirse a ella (Jer. 50:20-23). En la mano de Dios, los caldeos serían el instrumento de juicio contra el Israel idólatra y desobediente. "El pueblo de Dios conocía la voluntad de Dios y no obedeció; las naciones paganas no la conocían, pero sí obedecieron." (Wiersbe). Una gran paradoja.  No hay duda que el terror que infundía Babilonia era contundente, pero lo que en realidad debía causar verdadero estupor a Israel era que Jehová estaba contra ellos - "He aquí que yo estoy contra ti"; la manera en que el juicio llegaría no era tan trágico como descubrir que tenían a Dios en contra de ellos. 
    No es necesario temer cuando Dios está por nosotros, así lo dice la Escritura "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Ro. 8:31); pero otra cosa distinta es saber que Dios no está a favor nuestro. No tiene esto que ver con la condición de hijos de Dios, sino con la conducta como hijos de Dios; porque el Señor jamás aprobará menos que una vida de piedad y obediencia en su pueblo. El orgullo en permanecer en tus caminos acarrea la oposición de Dios en tu vida, porque "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (1 Pe. 5:6). El capítulo 26 de Levítico contiene expresas advertencias para el pueblo de Israel cuando Dios les anuncia acerca de las consecuencias "si anduviereis conmigo en oposición." (Lv. 26:21).
    ¿Hay algunas cosas en tu vida que deben ser erradicadas ya que están generando la oposición de Dios? Quizá persistes en mantenerte dentro del grupo de amigos que no ha favorecido un buen testimonio. Puede que estés manteniendo tu misma actitud desafiante hacia tus padres o profesores en el colegio. Sigues sosteniendo que esa conducta que genera molestias a tu cónyuge son puros caprichos de su parte, aunque Dios te ha hablado en el último sermón en tu iglesia por boca de tu pastor. Has leído en la Biblia que debes amar a tu prójimo como a ti mismo pero sigues sin saludar a tu vecino. ¿Cuáles son las cosas que pueden estar provocando en tu vida la oposición de Dios?

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

No hay comentarios :

Publicar un comentario