lunes, 7 de septiembre de 2015

HUESOS CON ESPERANZA

"La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos... Y me dijo:Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije:Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis" - Ezequiel 37:1, 3-5

    Fue un gran impacto visual para Ezequiel estar parado en medio de un valle lleno de huesos secos; una visión por cierto deprimente y devastadora. ¿Qué podría haber ocurrido a tanta gente? ¿Quiénes eran todas estas personas que yacían en ese lugar? La casa de Israel, "Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel" (v.11a). Esta era la visión del profeta que representaba la condición espiritual del pueblo de Dios que como nación habían quedado absolutamente sin esperanza. En otro tiempo no fueron así, pues Jeremías dijo: "Se engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo" (Jer. 5:28); pero ahora confesaban en la cautividad, "Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos" (v.11b). Fue la confesión final del Israel abatido y disciplinado por sus pecados. Entonces vino la pregunta de Dios y la respuesta del profeta, "Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije:Señor Jehová, tú lo sabes." Y la palabra de Dios les dio espíritu y vida. Israel volvió a su tierra transformado.
    El proceso por el que atravesó Israel no es distinto al que atraviesan todos los que obstinadamente han dado la espalda a la palabra de Dios. Primero sienten una seguridad intocable, pero luego se consumen paulatinamente hasta quedar secos y confesando que ha perecido su esperanza. El Señor permite esta situación en la que los desahuciados aprenden que únicamente del cielo puede venir un soplo de aliento de vida para una restauración completa. Son los que dicen "Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado" (Job 33:27).
   ¿Has pasado por este proceso? ¿Lo estás atravesando ahora? Una convicción de sequía espiritual absoluta, falta de esperanza y vigor en tu andar con Dios conforman el fondo del asunto que dará lugar a un corazón que ruegue por ayuda del cielo. Piensa cómo el Señor únicamente puede sustentar tu alma una vez más; él solamente es quien recupera la fuerza y la vitalidad en sus hijos cuando confiesan sus pecados; y lo hace con el único fin de que puedan reconocer que lo que Dios dijo, era la verdad - "Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío" (Ez. 37:13) 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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