"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo." - Gálatas 1:6-7
Una palabra era la corona de Pablo al predicar el evangelio; la palabra "Gracia" descrita acertadamente como "favor inmerecido y espontáneo de Dios, operando de manera gratuita y otorgando salvación a pecadores culpables" (D. Martyin Lloyd-Jones). Para el apóstol, esta palabra no podía jamás separase del vocablo "Evangelio" (buenas nuevas) cuando se predicaba las buenas nuevas de Cristo. Y estaba maravillado de los gálatas y con razón, porque habiendo escuchado el mensaje que les presentaba a Cristo crucificado; ahora seguían buenas nuevas diferentes, costosas, pesadas y que los esclavizaban penosamente. Ellos vivían perturbados y bajo la influencia de una perversión teológica, como muchos hoy.
Ni bien excluyes el término "gracia" del mensaje de salvación, deja de ser el evangelio de Cristo para transformarse en un serie de normas y principios a cumplir para, de alguna manera, acceder a una esperanza futura donde Dios se agrade de nosotros para justificarnos. La razón por la que este tipo de mensaje ha tenido, tiene y tendrá adherentes es que los que lo abrazan encuentran agradable la idea de pensar que pueden ganarse el favor y la salvación de sus almas. Siempre es tentador utilizar hojas de higuera (Gn. 3:7) para cubrir la culpabilidad y así favorecer el orgullo de saber que se puede obtener justicia por mérito propio. Pero el evangelio de Cristo es el evangelio que salva y es un evangelio de gracia pura, todo lo hace Dios y nada hace el hombre. El impacto que produce el Espíritu Santo con esta verdad en el corazón, lo regenera, lo justifica y lo capacita "para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef. 2:10)
La insistencia de tantas iglesias para que las personas confíen en Jesús y "hagan el resto" para ser salvos, no es otra cosa que la religión de obras de Caín, un desmerecimiento de la obra de Jesús en el Calvario y el menosprecio a la completa y absoluta regeneración del Espíritu de Dios; en aquellos que se arrepienten de sus pecados y ponen su confianza en Cristo. Tu eres salvo completa y definitivamente por la gracia de Dios o aún estás en tus pecados y vas camino a la eternidad sin justicia divina, no hay punto intermedio. No se puede vivir en stand-by. El mismo Pablo lo escribió a la iglesia en Roma, "Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra." (Ro. 11:5-6)
¿Has creído en el evangelio de la gracia de Dios? Si no lo has hecho, quizá esta breve meditación quiera Dios usarla para abrir tus ojos a la verdad, y el camino seguro al perdón y la paz para tu alma.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso
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