viernes, 6 de noviembre de 2015

MAS FIRME QUE EL MONTE EVEREST

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" - Marcos 13:31

    ¿Has tenido la oportunidad de volar por encima de una cadena montañosa, o atravesarla con un vehículo durante un viaje? ¿Alguna vez navegaste mar adentro, o en un lago donde pudiste apreciar su gran extensión o su profundidad? ¿Te has puesto a contemplar el cielo en una noche de estrellas donde la vista se pierde en la vastedad de su inmensidad? ¿Y qué de un gran desierto o una extensa llanura que nos toma muchos kilómetros o millas para lograr cruzarla?
     En verdad que la creación de Dios es tremenda y maravillosa; el primer capítulo de la Biblia revela la forma en que él lo hizo todo. Sin embargo, cuando los discípulos del Señor le preguntaron acerca del tiempo de su venida y el fin de las cosas tal como él les dijo que acontecería, Jesús les explicó el proceso de los eventos por venir y luego les aseguró que sus palabras permanecerían por siempre, superando incluso a la misma creación de Dios con toda su magnificencia y majestuosidad.
    Esta declaración de Jesús, aparte de colocarlo a la misma altura de su Padre como Dios (ver Is. 55:10-11), también refleja el carácter indestructible e inalterable de su palabra; ella no se puede negar, ni anular, ni disminuir en manera alguna. No solamente es esto cierto con respecto a lo que ella dice en cuanto a los eventos futuros, sino también en cuanto a cualquier otra cosa que se halla en sus páginas ya sea expresado directa o indirectamente. Puedes estar seguro que "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia" (Is. 41:10), es más firme y establecido que el monte Everest o el sistema solar.
    La próxima vez que tomes la Biblia, recuerda que tienes en tus manos algo más firme que el suelo donde estás parado; ese pensamiento hará que tu obediencia al Señor sea siempre más placentera y llena de gratitud, y a la misma vez te permitirá ser un testigo de Dios más eficiente y valiente porque recordarás que estás compartiendo con otros un mensaje que no tiene vencimiento ni está sujeto a modificación. Acuérdate de las palabras del salmista "Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos." (Sal. 119:89)

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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