lunes, 9 de noviembre de 2015

Y SÍ, PUEDE SUCEDER

"Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis" - Marcos 14:71

    El hombre que hizo esto no era un ladrón; tampoco era un idólatra y pagano. No estaba habituado a la mala vida, ni las malas compañías, ni a frecuentar malos lugares. No era un vicioso, ni borracho, ni pendenciero; tampoco era un hombre ingrato ni egoísta. Todo lo contrario; vivió tres años al lado de Jesús, dejó todo lo que tenía y hacía para seguirlo; echó fuera demonios bajo su autoridad, caminó sobre las aguas en un mar en tempestad, tuvo revelación directa del Padre acerca de la identidad de su Maestro como el Cristo, el Hijo de Dios; experimentó con sus propios ojos la majestad de Jesús y oyó con sus oídos la voz de Dios que provenía desde la magnífica gloria. Su nombre es Pedro, fue apóstol de Cristo, se le concedieron las llaves del reino de los cielos y tendrá uno de los doce tronos destinados para sentarse y juzgar a las doce tribus de Israel y uno de los doce cimientos de la Nueva Jerusalén también llevará su nombre.
    Sin embargo, en el momento más crucial de la vida de Jesús, este mismo hombre que recibió de su parte la vida eterna y tantos beneficios eternos, aquí se halla maldiciendo y jurando que no lo conoce. ¿Es eso posible? Lo es; triste y lamentable como se vea, pero es la verdad. La maldición y el juramento de Pedro eran sobre sí mismos, no se trataba de maldiciones o juramentos como los que oímos a menudo de parte de las personas enojadas. Simplemente, Pedro estaba negando que conocía o tenía relación alguna con Jesús.
    Son lecciones que nunca debemos olvidar; aún con la presencia del Espíritu de Dios morando en la vida de los cristianos renacidos, inclusive esto no cambia la realidad del veneno que existe en el corazón engañoso, y tan solo descuidando un momento la relación con Cristo que únicamente la gracia de Dios puede mantener saludable, entonces nos encontraremos haciendo lo mismo que Pedro aún y cuando nosotros poseemos toda la Biblia para mayor testimonio de la fidelidad de Dios. No hay ninguna garantía que asegure que, como el apóstol a quien Jesús puso por sobrenombre "Piedra" (Cefas), tampoco nosotros no habremos de caer tan bajo en nuestro andar como discípulos dando un ejemplo negativo de lo que no debe hacerse al seguir a Cristo. Si te encuentras en un limbo en esta hora, tentado a negar a tu Salvador, recibe la gracia de Dios para confesarlo e identificarte plenamente con él a la vez que dejas de excusar tu corazón y reconoces el potencial de hipocresía y traición que se halla en su interior.  El mismo Pedro dijo años después, "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pe. 5:8)

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

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