"Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo:Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él" - Hechos 8:29-31
Felipe el evangelista hizo la pregunta correcta, sin pérdida de tiempo y enfocada en el asunto principal; "Pero ¿entiendes lo que lees?" Es que el funcionario eunuco que el Espíritu Santo puso en el camino de Felipe estaba tan cerca y a la vez tan lejos aún de la salvación y el perdón de pecados. Estaba cerca porque se encontraba leyendo la escritura, y es ella la que provee el conocimiento de la salvación, la palabra de Dios es viva y eficaz y por medio de ella cualquier persona puede ser renacido espiritualmente y pasar de muerte a vida, "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" (Jn. 5:24). Pero el eunuco, también se encontraba lejos de esta salvación aún porque la lectura de la palabra de Dios en sí no provee la salvación si no se tiene entendimiento de ella, algo que solamente el Espíritu Santo puede otorgar; lo dijo Jesús a los judíos "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Jn. 5:39) Por eso Felipe hizo la pregunta adecuada ya que el mensaje de las buenas nuevas ha de ser comprendido para que pueda ser creído.
Pero también el eunuco hizo la pregunta que debía hacer, porque reveló su absoluta incapacidad para entender por sí mismo el mensaje que la palabra de Dios comunicaba, "¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?" La ayuda para él llegó desde la exposición del mismo pasaje que estaba leyendo, "Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús" (8:35). El eunuco estaba buscando la verdad y la encontró; Felipe estaba anunciando la verdad y la explicó.
Si conoces a Jesucristo personalmente, si has recibido la salvación que él ofrece; entonces debes hacer las preguntas correctas a las personas que están buscando la verdad, quienes están leyendo la Biblia porque creen que allí se encuentra lo que necesitan; en tu trabajo, familiares o amigos. Y debes poder guiarlos a entender el mensaje de la redención desde aquello que se encuentran leyendo en la escritura. Por otro lado, si tu eres uno que carece de paz y seguridad de perdón de tus pecados, entonces también debes preguntar correctamente; preguntas que demuestren que estás dispuesto a comenzar de cero, que indiquen tu incapacidad de entender aparte del hecho de que Dios te de su entendimiento para ver a Jesús en su palabra; pregúntale al pastor de la iglesia a la que has comenzado a asistir, o a ese compañero de trabajo que te ha animado a leer la Biblia, o el vecino que siempre te invita a su iglesia.
Unos deben preguntar para guiar, otros deberán hacerlo para ser guiados; pero felizmente, cuando ambas personas se relacionen, un pecador perdonado y un pecador perdido descubrirán que preguntar correctamente abre las puertas correctas para entender el mensaje del evangelio de la gracia de Dios.
¡Dios te bendiga!
-Biblia, Mate y Oración-
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