"Puso también porteros a las puertas de la casa de Jehová, para que por ninguna vía entrase ningún inmundo" - 2 Crónicas 23:19
En Argentina, el término "patovica" posee un uso coloquial (propio de la conversación cotidiana) que se utiliza para referirse a los guardias que controlan el acceso y cuidan el orden en los lugares públicos; por lo general son personas de notable musculatura y que imponen respeto, personas ideales para discriminar quienes pueden tener el acceso al lugar que se les ha asignado para cuidar. La función de estas personas ahorra muchos problemas innecesarios en el recinto.
El texto de hoy hace referencia a una orden dada por el sacerdote Joiada para el cuidado del templo, una vez que destituyó a la impía reina Atalía y constituyó como rey de Judá al pequeño Joás de tan sólo siete años. Sabía el sacerdote que el buen funcionamiento del templo era esencial para la salud espiritual de la nación. Siempre los sacerdotes y levitas debían ser quienes enseñaran al pueblo a discernir entre lo santo y lo profano. Los porteros entonces, tenía una función de relevancia cuidando cada una de las entradas posibles para que se preservara la santidad que conviene a la casa de Dios. Evidentemente las instrucciones de Joiada fueron estrictas y concretas y los porteros se hicieron responsables de su trabajo a la perfección.
Estos hombres no cantaban, no ofrecían sacrificios, no presentaban ofrendas y quizá no hacían ninguna otra labor, pero la que les fue encomendada era una de las más importantes y sublimes: Velar por lo que entraba en la casa de Dios. Es un asunto muy serio el que representa este trabajo, y no es menor la enseñanza que nos imparte, pues no hay duda alguna que la iglesia de Cristo necesita hombres y mujeres que sean porteros de la justicia y santidad de la verdad. Quienes graben a fuego en sus corazones que "la iglesia del Dios viviente (es) columna y baluarte de la verdad" (1 Ti. 3:15b).
Quizá no enseñes en tu iglesia, tampoco seas bueno para cantar y ni siquiera con facilidades para dirigir un culto o con sabiduría de palabras para hablar con personas; pero puedes ser un "buen portero" del tipo "patovica espiritual" que no siendo grosero, es sumamente celoso de velar por la santidad y pureza de la iglesia de Cristo. Puedes orar y anhelar eso. Recuerda que es algo que comienza en la casa, en cada hogar, en cada vida. No puedes exigir y enseñar a otros lo que no haces con tu propia vida. Comienza por recibir el consejo del Señor para ti, "dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos." (Pr. 23:26).
¡Dios te bendiga!
-Biblia, mate y oración-
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