miércoles, 30 de septiembre de 2015

REFLEJO LÍMPIDO

"Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos"  - Malaquías 3:3-4

   Según se sabe, los afinadores de metales preciosos en tiempos bíblicos utilizaban un método particular para lograr la limpieza y pureza del material tratado, ya sea plata u oro. Una vez que el metal era colocado en el crisol, el afinador procedía a calentarlo con fuego hasta su punto de fundición; logrado esto, aumentaba el calor a medida que las impurezas aparecían en la superficie. Acto seguido, tomaba la herramienta adecuada, quitaba estas impurezas y volvía a calentar aún más el crisol. Una y otra vez el proceso se repetía mientras tanto aparecieran las impurezas en la superficie del metal fundido. El momento en que el afinador se aseguraba que el metal había alcanzado su pureza absoluta era únicamente cuando al inclinarse sobre el crisol, podía ver su rostro perfectamente reflejado sobre la superficie; cuando ninguna escoria distorsionaba la imagen del reflejo entonces, y sólo entonces, el proceso de afinación había culminado.
    La segunda venida de Cristo transformará definitivamente a la nación de Israel, dentro de todos los aspectos que involucrará este evento; y para ellos será un juicio severo que cumplirá perfectamente el propósito divino y purificará al pueblo de manera profunda y radical; finalmente traerán una ofrenda en justicia que agradará al Señor y cuya calidad y sinceridad será únicamente comparable a los momentos memorables de la nación en sus esplendores terrenales. 
    Es natural que consideremos la figura utilizada por Malaquías como un argumento valedero sobre el proceso de purificación que Dios tiene sobre sus hijos en tantas oportunidades. El está sentado, calentando el crisol de tus circunstancias una y otra vez; y quitando las escorias de tu corazón cada vez que aparecen; mientras el cielo observa que confiesas tus pecados y cambias hábitos que no reflejan la esperanza que está en tu vida por causa de Jesucristo. Nunca lo imaginamos así, pero es una experiencia necesaria "para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (1 Pe. 1:7). Sólo Cristo conoce sus ovejas y solamente él sabe cuando puede verse reflejado en tu vida; porque para esto fuimos llamados "porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo" (Ro. 8:29) ¿Qué ve el Afinador al inclinarse sobre tu alma? 

¡Dios te bendiga!

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martes, 29 de septiembre de 2015

LA MANZANA PODRIDA

"Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios. Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso" - Nehemías 13:10-11

    Suele ocurrir, y por alguna razón sabemos que el dicho tiene fundamento; "una manzana podrida echa a perder todas las demás", y porque los buenos hábitos se pierden más fácilmente que como se los gana, entonces es todavía más necesario prestar atención en el ámbito espiritual. Al final del libro de Nehemías tenemos un ejemplo de esto, porque el gran avivamiento de capítulos 8-10 con todos sus resultados, pronto quedó en el olvido en Jerusalén durante los siete a doce años de ausencia del gobernador. La condición en que encontró a la ciudad y al pueblo se puede definir con una sola pregunta hecha por Nehemías, "¿Por qué está la casa de Dios abandonada" (13:11) 
    ¿Cómo comenzó todo? Cuando se permitió a Tobías amonita vivir en el mismísimo templo. No solamente un descendiente de Amón tenía libertad entre el pueblo, sino que estaba dentro de la casa de Dios. Amonitas y Moabitas jamás entrarían en contacto con el pueblo de acuerdo a la ley de Moisés. Pero con su morada en el corazón de Jerusalén, la manzana podrida echó a perder el resto y todo se degeneró con un solo objetivo: Dejar en abandono a la casa de Dios. ¡Bueno! - dirás- ¡un poco más de paciencia y consideración!, fueron muchos años sin un líder. Falso. Durante la ausencia de Nehemías, Dios envió al profeta Malaquías quien amonestó al pueblo sin cesar, especialmente en el abandono de la casa de Dios (ver Mal. 1:6-14; 2:1-9 y 3:6-12)
   Pero ¿dónde empieza la reforma y la limpieza y la recuperación de lo perdido? Cuando el dolor ocupa el lugar de la negligencia. Nehemías así lo vivió, "me dolió en gran manera" -dijo al comenzar a poner todo en orden. Luego siguió con la misma vehemencia haciendo lo que debía hacer. El resto del capítulo sólo nos hace pensar en dos pasajes del Nuevo Testamento; Jesús haciendo azote de cuerdas y limpiando el templo y las palabras de Pablo a los efesios,"airaos pero no pequéis" (Ef. 4:26). ¿Has considerado esto; cuán poco dolor hay en la iglesia del Señor hoy en día y cuántos asuntos pequeños se entremeten para destruir lo que otrora fuera un avivamiento genuino en sus soldados?  ¿Tú qué piensas, qué permites en tu hogar y tu vida privada que debilita los valores bíblicos más y más? 
    Comienza con una sola manzana, luego dos, tres, cuatro... hasta que todo el cajón se echa a perder. ¡Regresa Nehemías a tu iglesia! ¡Pon en orden nuestras vidas para que la gloria de Dios brille una vez más en tu pueblo!

¡Dios te bendiga!

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lunes, 28 de septiembre de 2015

ENSEÑAR, ENTENDER, PRACTICAR


"Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado. Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley." - Nehemías 8:12-13


    No hay duda alguna que este es uno de los momentos más importantes en la historia de la nación de Israel, no simplemente por el regreso a su tierra luego de los años de cautividad; sino muy especialmente por el regreso a la palabra de Dios que los sacó de un cautiverio aún mayor, uno espiritual. Siempre es edificante para el alma observar cómo la voz de Dios recibida en el corazón produce los efectos más duraderos y genuinos por encima de cualquier otra experiencia. Esto fue lo que pasó con el remanente, un gozo perdurable y un interés genuino por la palabra de Dios se hizo evidente mucho más que por el hecho mismo de estar otra vez en la tierra.

    El pueblo disfrutaba por entender las escrituras, lo apreciaron el primer día y fueron en busca de ello el segundo día. Fue la obra del Espíritu Santo, pero es la intención que espera de todos los creyentes. Dios ha ordenado la iglesia hoy en día de manera que haya "...pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Ef. 4:11-12). Esdras y los levitas que le ayudaban se ocuparon de enseñar puesto que "leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura" (Neh. 8:8); y por su parte, el pueblo tuvo la actitud correcta pues "(abrió) Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento" (8:5). 
    Existe una relación entre los que enseñan y los que aprenden; los primeros deben mostrar lo que están usando, la fuente de la enseñanza y poner el sentido en la misma; mientras que los que oyen han de prestar atención a la instrucción espiritual. Cuando estos dos elementos están ausentes en la iglesia, podrá crecer en número pero no serán piedras vivas ni personas transformadas, sino solamente un grupo entretenido y pacificado de conciencia. Debemos rogar que la iglesia de Cristo se conforme más y más de personas que llegan al culto para entender las escrituras, ya que sin entendimiento de ella tampoco habrá puesta en práctica obediente de la misma. Hacen falta obreros que imiten al Hijo de Dios quien "entrando en la sinagoga, enseñaba. Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad..." (Mr. 1:21-22) 
    ¿Eres un obrero en la mies de Cristo? Enseña la Biblia y no "acerca de ella"; predica de manera que la gente sepa "lo que Dios quiso decir cuando dijo lo que dijo". ¿Eres parte de los que oyen? Presta atención, gózate de lo que entiendes, practícalo y regresa por más cada vez que te sea posible. Esto hace iglesias fuertes y saludables. Procura congregarte en un lugar así.

¡Dios te bendiga!

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domingo, 27 de septiembre de 2015

PERSEVERANCIA Y GRATITUD

"Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra." - Nehemías 6:15-16

    Cincuenta y dos días. Entre dos y medio y cuatro kilómetros de material edificado. Nueve meses pasaron desde que Nehemías oyó de su hermano Hanani la noticia del estado vergonzoso de Jerusalén hasta que se terminó el muro. Cuatro meses de preparación desde que Artajerjes supo por boca de su copero el plan de acción para restaurarlo y hasta que salió de Susa para llevarlo a cabo. Dos meses de espera desde su arribo a Jerusalén y hasta el comienzo de la construcción. Pero llegó el día y la obra fue finalizada y si hay una palabra que puede describir a Nehemías en todo este tiempo, ella es la perseverancia. 
    Se aprecia mucho más el valor de esta cualidad cuando recordamos que para lograr su objetivo debió convencer al rey de hacer una obra que implicaba revertir un decreto que hacía años había prohibido la reconstrucción de la capital judía. Llegando a Jerusalén tuvo que idear un plan y motivar y convencer al pueblo para llevarlo a cabo. Iniciada la obra sufrió ataques violentos de enemigos, complots, rumores; luchó contra el ridículo y persistió a pesar de que su propia gente noble oprimió a los más pobres en medio de la obra. Pero Nehemías no cedió un milímetro y terminó su trabajo.
    Ahora, cuando él miró el trabajo terminado, cuando entendió cómo los enemigos fueron humillados y todos los obstáculos vencidos; entonces dio el crédito absoluto a Dios - "conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra"- La verdadera perseverancia para el servicio espiritual proviene de Dios y no de la capacidad humana; la honra de su nombre y el reconocimiento de su obra es el resultado natural y esperado. ¿Has estado luchando por algo y orando en todo el proceso para lograrlo y al final te sentaste para recibir el crédito que le pertenece sólo a Dios? Una de las más grandes frustraciones que puede haber es la fatalidad de comenzar bien y terminar mal. Ten cuidado de que eso no te ocurra; mira e imita el ejemplo de Nehemías y de Pablo quien dijo: "Con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús." (Hch. 20:24)

¡Dios te bendiga!

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sábado, 26 de septiembre de 2015

OBREROS INDOMABLES

"E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor... Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel" - Nehemías 3:5, 27

    Tecoa, ubicada en las alturas de Judá a 9,5 km al sur de Belén y a 10 de Jerusalén. No fue solamente la ciudad que vio nacer al profeta Amós (Amós 1:1), sino también la que, de haber existido aún en tiempos de Nehemías, podría haberse enorgullecido de la clase de hombres trabajadores que tenía, aunque no de los nobles. Llegó el día en que el flamante gobernador de Jerusalén reveló al pueblo el plan que Dios había puesto en su corazón tras ayunar, orar y confesar pecados: Reedificar los muros. Una multitud de personas dedicaron su tiempo y esfuerzos en cumplimiento de lo profetizado por Daniel sobre la reconstrucción del muro en tiempos angustiosos (Dn. 9:25). 
    Los tecoítas merecen una mención especial puesto que sin el apoyo de los nobles de entre ellos, no se dejaron vencer por el desaliento y doblaron sus esfuerzos al dividirse en dos grupos y aportar más tiempo y calidad de trabajo.  
    No solamente esto, la expresión acerca de los grandes que "no se prestaron para ayudar" se refiere -negativamente en este caso- a la docilidad con que los bueyes aceptaban el yugo sobre la cerviz. Allí es donde se comienza a ver la calidad de la obra, cuando la disposición al servicio no es a cuentagotas sino absoluta. Los "grandes" de Tecoa no tenían nada de esto. Pero aparte de ellos, el resto demostró su amor y diligencia en que a pesar de la falta de apoyo de sus propios paisanos, tuvieron la actitud para redoblar esfuerzos y estar en dos lugares a a vez. 
   ¿Qué es lo que los mantuvo en esta tesitura? El relato bíblico dice que "los grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor" Los humildes de Tecoa, no servían a Nehemías, sino al Señor; y ellos eran los verdaderamente grandes, puesto que la grandeza se mide por la magnitud, la meta y el valor del empleador de la obra que se realiza. Para ellos, era el Señor y no el gobernador quien los había colocado en sus servicios. Cuando tengas que realizar un servicio, recuerda quién te emplea, qué actitud debes tener y cómo vas a reaccionar cuando otros no te apoyen; "sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Col. 3:24)

¡Dios te bendiga!

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viernes, 25 de septiembre de 2015

SE BUSCAN: HOMBRES CONSECUENTES

"Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos" - Esdras 7:10

    Eran tiempos especiales para Israel. El fin de la cautividad de setenta años era un hecho sublime; Dios se acordó de su pueblo, de las promesas hechas por medio de los profetas y una restauración a la tierra era el próximo evento para acontecer. Pero la nación requería de líderes con compromiso, personas que amaran a Dios, que fueran celosos de su nombre, que honraran la escritura y que no cedieran al pecado y la impiedad. Dios tuvo un Zorobabel, un Nehemías, y especialmente, un Esdras; quien sobre todas las cosas era un hombre consecuente. Lo fue en privado y lo fue también en público.
    Mucho antes de que el remanente emprendiera su segunda tanda de regreso (la primera fue con Zorobabel), Esdras comenzó a emprender un regreso espiritual de la única forma posible: Preparando el corazón para inquirir en las escrituras; lo cual no lo hizo de manera meramente intelectual porque eso no hubiera servido en absoluto. Esdras sabía ya mucho antes de que Santiago lo dijera siglos después que los hombres bienaventurados son "los hacedores y no tan solamente oidores" de la palabra de Dios (Stgo. 1:22).  El escriba que salió de la cautividad para servir a su Dios fielmente, fue un hombre consecuente pues su convicción sobre preparar el corazón requirió también un inmediato cumplimiento de lo aprendido; y lo aprendido asimismo creó la consciente e imperiosa necesidad de transmitir aquello en que fue instruido por Dios.
   Abundan los hombres inconsecuentes; están los que dicen preparar su corazón, pero nunca inquieren en la escritura. Están también los que reconocen la importancia del estudio de la palabra, pero no la ponen en práctica. Otra clase de hombres inquieren y cumplen pero son egoístas y cortos de vista porque no transmiten lo que aprenden. Lamentablemente, también están los que insisten en enseñar aquello que ni han aprendido, ni han practicado. De una u otra forma, la iglesia sufre y adolece de hombres consecuentes que preparen sus corazones, que mediten en la escritura, que vivan lo que aprenden y que urjan a otros enseñando las verdades que han recibido. 
   ¿En qué lugar te ubicas tu? 

¡Dios te bendiga!

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jueves, 24 de septiembre de 2015

INSOMNIO PROVIDENCIAL

"Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia." - Ester 6:1

   Del término latino providere deriva nuestra palabra castellana providencia, y su significado es "ver a la distancia" Se halla emparentada con la palabra proveer, cuya implicación es "mirar hacia adelante".  Cuando esto se aplica a la teología decimos que "la providencia es la agencia continua de Dios por medio de la cual hace que todos los acontecimientos del universo físico y moral cumplan el designio original para el cual fueron creados." (Garret)
    La ausencia del nombre de Dios en todo el libro de Ester es directamente proporcional a la manifestación constante de su providencia en toda la historia que se relata. Pero es quizá el sexto capítulo el que la hace evidente de una manera precipitada y que, como una cadena, presenta eslabones de un accionar divino que llevará rápidamente al desenlace de toda la historia del libro. Comienza con un insomnio en el rey que le llevó a oír las crónicas que mencionaban que Mardoqueo había denunciado un complot contra su persona sin que fuera jamás recompensado por ello. Durante esa lectura, el malvado Amán llegó para pedir la mismísima cabeza de Mardoqueo, pero el rey terminó ordenándole que lo honrara públicamente. Fue el inicio del final para Amán quien fue colgado en pocas horas más y el pueblo judío fue librado de un exterminio asegurado.
    Si es edificante ver cómo Dios protegió a Israel a través de su historia de innumerables formas; esta es una de las más destacadas puesto que la continuidad de su existencia como nación fue el resultado de una simple noche de insomnio. Es que este insomnio de Asuero no solamente libró a la nación escogida, sino también fue un eslabón que permitió el cumplimiento de la profecía, la venida del Mesías y la obra completa de redención. 
    En la eternidad, cuando miremos toda la historia de la salvación de nuestras almas; cuando repasemos toda la furia con que el diablo y el infierno batallaron de mil maneras para evitar que Dios salvara a los pecadores las cuales fueron frustradas una y otra vez; recordaremos con asombro y maravilla que en un momento de esta historia un simple insomnio tuvo el mismo valor que un Mar Rojo abierto para evitar la desaparición de Israel en manos de Faraón; y que también fue  una herramienta divina para que se mantuviera vivo el plan para nuestro perdón y salvación. 
    ¿Crees acaso que Dios no tiene cuidado de todos los detalles de tu vida? ¿Cuántas veces has caído en el mismo error y pecado de considerar que el Señor se puede haber distraído contigo y tus circunstancias? Hoy tú sí que puedes dormir tranquilo, porque ya está terminada la obra de tu redención y todo lo que te acontece sin duda "ayuda a bien" (Ro. 8:28)

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 23 de septiembre de 2015

FELICIDAD MENTIROSA

"Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey." - Ester 5:14

     Así se expresó Amán, descrito en el libro de Ester como "enemigo de los judíos"; quien se hallaba rodeado de honores reales, de  riquezas y de popularidad, pero inclusive así no podía sufrir la inmutabilidad de Mardoqueo quien hacía caso omiso al mandato del rey de doblar la rodilla y honrarle como todos los demás cuando Amán pasaba por la puerta real. Todo su esplendor, su veloz ascenso, la simpatía del rey y la expectativa por ser el único invitado a cenar con el rey y la reina en el palacio, eran nada ante la firme y constante convicción de Mardoqueo de mantenerse al margen de la adulación que el pueblo le daba a este malvado Amán.
    Es que la riqueza de Amán podría haberle servido a cualquier hombre humilde, pero cuando está en poder de la soberbia, el orgullo y la esperanza en este mundo pasajero, de nada sirve si se la compara con la santa sinceridad y la santa seguridad de un Mardoqueo. 
    Es muy instructivo para el alma espiritual observar cuando los impíos muestran transparencia en la expresión de sus labios - "de nada me sirve"- porque el alma suele olvidar fácilmente que la verdadera escala de valores es la que honra a Dios y lo eterno antes que lo humano y pasajero. Para Amán "Las riquezas (eran) su ciudad fortificada, y como un muro alto en su imaginación" (Pr. 18:11) hasta que contempló la genuina y duradera fortaleza de Mardoqueo, que provenía del cielo y de su confianza en la providencia de Dios para sostener su integridad y alimentar su lealtad hacia el Único que merece honra, gloria y reconocimiento. 
   "No sirve de nada" todo aquello que fomenta nuestra celebridad y prestigio cuando es colocado al lado de la trascendencia que posee el hecho de "aprender a contentarse cualquiera sea (la) situación" (Fil 4:11) y de experimentar que "todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil. 4:13). Las riquezas materiales y sociales de Amán se transformaban en centavos de insondable y absoluta pobreza ante la fortuna interna de Mardoqueo. 
    El alma sabia y temerosa de Dios acudirá frecuentemente a la escuela del rey Salomón para aprender qué es lo que no puede satisfacer el alma - "Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu" (Ec. 1:14); y luego se sentará en la clase de Mardoqueo y recodará la sabiduría del temor de Dios que "Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella." (Pr. 3:15). 

¡Dios te bendiga!

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martes, 22 de septiembre de 2015

SANTIDAD AL DETALLE

"En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar." - Zacarías 14:20

    El final de la profecía de Zacarías; el final de todos los tiempos, cuando el Señor finalmente reinará en el milenio. Allí, en su presencia, una cosa se destacará por encima de cualquier otra en la ciudad; y esto será una manifestación de Santidad. Opuestamente a como nosotros lo hubiéramos imaginado quizá, la santidad a Jehová no se hará visible necesariamente por las cosas grandes sino por las más pequeñas como los son los adornos de campanillas en los caballos. Las cosas más insignificantes serán encargadas de proclamar también la gloria de Dios.
     ¿No es acaso esto un acontecimiento fabuloso? Piensa en esto: "No somos santos completa y prácticamente ahora. Somos pecaminosos; cuanto más vivimos, tanto más conscientes somos de ello." (Boice). Y aunque está escrito "Sed santos, porque yo soy santo" (1 Pe. 1:15), la realidad es que no podemos vivirlo plenamente pues mientras estemos en este cuerpo, estaremos sujetos a una inclinación al pecado que definitivamente desaparecerá cuando nuestra redención se transforme en glorificación. Es un aliento del cielo por tanto, el que se nos imparte a través de apóstol Juan cuando nos dice "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro." (1 Jn.. 3:1-2).
    Hoy en día, los mínimos detalles de nuestras vidas arrojan impiedad y síntomas de pecado a través de nuestros pensamientos, conductas o palabras. No es posible que pase un día sin que la sangre de Jesucristo no deba ser aplicada a nuestros corazones y conciencias para ser perdonados de nuestros pecados y limpiados de nuestra maldad (1 Jn. 1:9); mientras peregrinamos por este mundo, seguirá Dios ejerciendo su disciplina cuando sea necesario para que "participemos de su santidad" (He. 12:10). Pero llegará el día en que no solamente honraremos de manera ampliamente manifiesta la gloria de Dios ensalzando su nombre, sino que también proclamaremos su santidad en los más pequeños detalles; no habrá un grado mayor sobre otro menor; todo proclamará su gloria y cada uno de nosotros vivirá para hacerlo evidente.
    Cobra ánimo si hoy batallas con el pecado y las frustraciones de las derrotas; un día disfrutarás con todos los redimidos la dicha de respirar la atmósfera santa de la gloria de Dios y del Cordero.

¡Dios te bendiga!

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lunes, 21 de septiembre de 2015

NO HABRÁ OFTALMÓLOGO QUE VALGA

"Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos:Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo." - Zacarías 2:8

    Zacarías también lo vio; el día en que Dios retribuiría a las naciones que afligieron a Israel, especialmente Babilonia. Haberle hecho daño al pueblo de Dios era como haberse hecho a sí mismo uno de los daños más sensibles y dolorosos: tocarse la pupila de un ojo. Tal es el dolor y la incomodidad que se expresa a través de esta figura y que ocurriría con los caldeos; pero es también la misma verdad que hoy sigue siendo vigente para aquellos que hacen daño a la iglesia de Cristo.
    De esta manera, Dios expresa su amor por su pueblo no solamente cuando los asiste y los bendice sino también cuando los protege y los defiende, pero manifestando cuánto desagrado le causa cuando los impíos los maltratan. Cierto es que a través de estas aflicciones o disciplinas los hijos de Dios son perfeccionados, pero las molestias que les causan los enemigos de la cruz nunca serán pasadas por alto. Así lo dice el apóstol Pablo en 2 Tesalonicenses 1:6-7 "Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,"
   Por esta razón tú puedes amar a tus enemigos porque a Dios le toca juzgarlos y a ti demostrarles su amor recordando el hecho de que tu mismo eres tan amado por él que los que te hagan daño y te causen molestias, sólo se están haciendo daño a si mismos y su dolor será tan intenso como insoportable cuando Dios les pida cuentas de sus hechos. 
   Recuerda, el Señor que dijo: "Yo estoy contigo", también dijo: "Mía es la venganza"; deja que él se encargue de los que te afligen. No te preocupes por ese vecino mentiroso; por ese compañero de trabajo burlador de tu fe; no hagas caso de familiares que agudizan su menosprecio por tu vida y amor por Cristo. Todos y cada uno de ellos se están dañando a sí mismos. 

¡Dios te bendiga!

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domingo, 20 de septiembre de 2015

LA SALUD NO ES CONTAGIOSA

"Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será." - Hageo 2:11-13

    Imagínate que en los hospitales colocaran personas sanas al lado de los enfermos para curarlos; que los médicos pensaran que eso sería un método efectivo para eliminar cualquier enfermedad. Sería una solución fabulosa y los medicamentos ya no serían necesarios. Pero lo contrario es la verdad, ya que una persona sana se contagiaría de una que está enferma; porque la salud no es contagiosa, pero la enfermedad si lo es.
    Los sacerdotes levitas tenían conocimiento de cómo funcionaban las ofrendas, algo santificado nunca podía transmitir su calidad de santo a aquello que no lo era, pero algo inmundo si podía influenciar para mal a aquello con lo que entraba en contacto. La santidad no puede pasarse a otra persona, pero la impiedad si; y el profeta Hageo fue preciso al indicar a través de estas preguntas a los sacerdotes cómo el pueblo, que ahora estaba siendo negligente en atender la construcción del templo para ocuparse en sus cosas (pues les dijo en 1:4 "¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?"); ellos continuaban ofreciendo sacrificios igualmente. Pero sus caminos eran errados; su influencia era negativa e inmunda y no favorable para otros, "Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo." (2:14).
    Recuerda: puedes ser un buen ejemplo cuando honras al Señor en tu vida, pero no puedes transmitir tu santidad a otros. Por el contrario, tu mala conducta, mal testimonio y ejemplo impropio es una influencia desastrosa en otros y fomenta más impiedad de lo cual darás cuenta ante Dios, porque  por naturaleza el corazón del hombre se inclina hacia lo malo y no hacia lo bueno. Fíjate cómo vives, evita ser tropiezo y contagiar con un mal testimonio a los que te rodean.

¡Dios te bendiga!

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sábado, 19 de septiembre de 2015

COOPERACIÓN PELIGROSA

"Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel,  vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar- hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí." - Esdras 4:1-2

    Si el enemigo no puede destruir la obra de Dios desde afuera, entonces procurará hacerlo desde adentro. No es una estrategia nueva, pero sigue funcionando y a menos que se discierna correctamente y se le ponga un freno inmediato, un triste final habrá ya sea para un individuo o una iglesia que sirve al Señor. Por la gracia de Dios, Zorobabel y los responsables del avance de la obra en la construcción del templo en Jerusalén, percibieron el engañoso ofrecimiento de cooperación y respondieron acertadamente: "No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel," (v. 3)
    Pero la situación era algo más problemática de lo que estamos dispuestos a creer; y es que los que se ofrecieron a cooperar estaban diciendo algo cierto en parte, ya que en verdad adoraban a Jehová, pero el problema era que su adoración no era exclusiva como lo mandaba la ley (Ex. 20:3); y entonces Zorobabel entendió que relacionarse con personas con falta de compromiso a la palabra de Dios revelada lo único que lograría es corromper la fidelidad de aquellos que buscaban obedecer de verdad. 
   El Espíritu Santo llama a esta clase de gente "enemigos", y no personas que piensan distinto pero con quienes no podemos ser tan categóricamente opuestos sino más bien condescendientes, dejando de lado las diferencias y abrazando los puntos en común.   La palabra de Dios jamás nos da permiso para colaborar con quienes no poseen las mismas creencias que forman parte de nuestra fe, con todos aquellos que dejan de lado lo que Dios ha dicho para utilizar sus propias ideas atribuyéndoles la misma autoridad que poseen las escrituras o porque parecen atractivas.
   Es esta una posición molesta para el mundo, e inclusive para otros que igual que tu se proclaman cristianos pero que no consideran la palabra de Dios como la única autoridad aceptable como guía para sus vidas. No les agrada que haya otros que constantemente se remiten a la Biblia para definir qué es lo que está bien y qué es lo que está mal; les molesta que no admitan cooperación. Pero Zorobabel es ejemplo de la importancia de ser intransigentes a la hora de evaluar lo que creemos y con quien o quienes cooperamos en el servicio del Señor.
    No te desanimes si eres identificado como intolerante si eso es el resultado de querer ser fiel a la Palabra de Dios. Persiste en obedecer al Señor y no cedas a la tentación de agradar al hombre.

¡Dios te bendiga!

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viernes, 18 de septiembre de 2015

ADORADORES PROTEGIDOS

"Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde." - Esdras 3:3

¿Qué haces cuando estás en serios apuros? ¿A dónde recurres en situaciones adversas y que atemorizan tu bienestar? ¿Cuál es el recurso inmediato frente a los enemigos de tu alma? Una condición peligrosa era aquella en que se encontraban los judíos del primer grupo de remanente que regresó a Jerusalén. Nadie estaría de acuerdo en ver a Israel otra vez en su tierra y perfilándose como una nación independiente; harían lo posible por evitarlo y destruir cualquier intento de resurgimiento. Sin embargo los ancianos y líderes del pueblo hicieron lo más importante y necesario para ser protegidos, ellos adoraron y consagraron sus vidas a Dios. La adoración y la obediencia  a la ley expresaron su deseo de ser sacrificios vivos, porque eso es lo que simbolizaban estos sacrificios; y esto fue su verdadera seguridad.
    Entonces ¿qué haces ante eventuales conflictos y tribulaciones? Pues ofreces tu cuerpo en sacrificio vivo como lo enseña la escritura, "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional." (Ro. 12:2) Es esta disposición y obediencia y no la persecución de una seguridad personal lo que va a garantizar la paz y el sosiego para tu alma en situaciones conflictivas. Siempre es lo mejor considerar tu vida como propiedad divina; Dios sabe cómo cuidarnos tal como lo hizo con su pueblo en el regreso del exilio, jamás los desamparó y salieron victoriosos a pesar de las presiones, amenazas y peligros.
    Persevera en poner tu vida bajo el cuidado sabio de Dios y nunca te apoyes en tu propia prudencia e intelecto. Adora a Dios, consagra tu razonamiento en el altar de un sacrifico voluntario y diario; todos y cada uno de los enemigos de tu alma saldrán perdedores. Jerusalén no tenía muros aún que la protegieran; pero eso no fue un impedimento para Dios en defenderlos y cuidarlos. 
    Un corazón consagrado es la mejor protección contra las pruebas y tentaciones de la vida.

¡Dios te bendiga!

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jueves, 17 de septiembre de 2015

RECOMPENSA BRILLANTE

"Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad." - Daniel 12:3

    Los acontecimientos finales para el pueblo judío en la segunda venida de Cristo se hallan descritos en estos últimos capítulos del libro de Daniel; sin embargo, como con toda la escritura, hay principios y verdades que trascienden los sucesos originales para los cuales fueron escritos en primer lugar. Tal es el caso del texto del día de hoy. Dios recompensará a quienes sean entendidos en la verdad de Dios como también porque su entendimiento se hará evidente en una enseñanza de justicia que será impartida a la multitud.
    La recompensa será tan indiscutible que el hecho se compara al firmamento y a las estrellas que resplandecen en la oscuridad de la noche. De todo lo que quisiéramos destacar en la eternidad en cuanto a lo que habremos hecho mientras estábamos en el cuerpo; Dios dejó en claro a Daniel que los qué más le importa es que halla personas que poseen entendimiento en la obra sublime del Evangelio y el plan de Dios en general, y que serán responsables de predicar este camino de justicia a los pecadores sin Cristo. 
    Piensa en tu profesión, o tus habilidades u oficio; considera cuántas horas de tu vida ya has invertido  en lo que haces día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año; ¿qué provecho eterno le has dado a las circunstancias en las que te han tocado vivir de acuerdo a la providencia divina para contigo? ¿Has usado tu entendimiento del evangelio para compartir la justicia de Cristo con otros? Es claro que no todos los hijos de Dios serán pastores o misioneros en el sentido exacto del término; pero todos los creyentes deben hacer un trabajo pastoral y misionero en donde Dios los ha colocado. Tienen "obras que Dios preparó de antemano" (Ef. 2:10) y que incluyen predicar el evangelio a toda criatura. Hay una recompensa llena de luz para los que enseñan a otros el camino de la cruz y del perdón de pecados.
    ¿Conoces al Salvador? ¿Tienes ya su perdón? Entonces enseña a otros cómo pueden ser perdonados, háblales del que es "el camino, la verdad y la vida" (Jn.14:6) Brillarás y resplandecerás. Es una recompensa asegurada. Recuerda las palabras del himno que dicen:

"¿He de ir sin ningún fruto?
¿He de ver a Cristo así?
Con el tiempo malgastado
¿he de presentarme allí?"

¡Dios te bendiga!

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

LEE CON ATENCIÓN, ORA CON INTENCIÓN

"En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años. Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza." - Daniel 9:1-3

    Daniel capítulo 9 contiene una de las confesiones de pecado más profundas y notables de toda la Biblia. Lo que la hace más destacable es el hecho de la persona de quien proviene. Daniel es el hombre que fue descrito por el texto sagrado de esta manera: "Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él"; y sobre quien sus contemporáneos dijeron: "No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios" (6:4,5). Este es el hombre que ora confesando pecados en este capítulo. 
    ¿Qué provocó tal convicción de pecado? La lectura atenta de la escritura. Esto es más destacable aún cuando recordamos que Daniel era hombre acostumbrado a recibir visiones y revelación de Dios en sueños; no obstante eso, él leyó la escritura y la estudió. El resultado de esto fue el descubrimiento de la condición espiritual de la nación, de la cual él mismo no se distanció sino que se identificó con ella haciendo una de las confesiones más profundas de toda la Biblia. En su oración, Daniel se incluye como penitente trece veces (en los vs. 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 14, 15 y 18); siendo que él podría haberse excusado a sí mismo ya que como lo expresó Dios a través de Ezequiel, él era uno de los tres hombres que conformaban el trío de únicos justos que librarían sus vidas en un juicio divino sobre la nación, cuando dijo - "si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor" (Ez. 14:14).
    ¿Ves el valor de la lectura atenta de la palabra de Dios? ¿Te das cuenta que aquí hay una ilustración fabulosa, práctica y contundente de las palabras de Jesús en Juan 17:17 "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad"? Porque una vida sin lectura de la escritura, es una vida que oscurece la visión espiritual y favorece el encubrimiento del pecado; y esto por consiguiente obstaculiza la comunión con Dios porque el salmista dijo "Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado" (Sal. 66:18). Lee tu Biblia con atención; no solamente te permitirá conocer a Dios, sino que también te alumbrará para que veas el pecado que debes confesar y abandonar. Si Daniel con todo su ejemplo de piedad y justicia no dudó en hacerlo y fue llevado a convicción y clamor, con toda seguridad nosotros también lo precisamos. Cuanto antes veamos así a la escritura tanto más pronto encontraremos en ella el medio de limpieza y santificación.

¡Dios te bendiga!

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martes, 15 de septiembre de 2015

GRAFITI DIVINO

"En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía." - Daniel 5:5

   Es conocido el grafiti en el ámbito urbano como "el resultado de pintar textos abstractos en las paredes de manera libre, creativa e ilimitada con fines de expresión y divulgación" (Wikipedia). Etimológicamente, el término "grafiti" es plural de "grafito" que significa "marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro". "Se dice también que existe un conjunto de condiciones (localización, momento, influencia social, acontecimientos políticos y culturales, acontecimientos personales) que coinciden en un momento en el tiempo y que definen aquello que la pieza artística transmitirá al espectador." (ibid)
    Cuando el rey Belsasar se ensoberbeció adorando a sus ídolos y menospreciando los vasos del templo de Jehová en medio de una borrachera y orgía; Dios se encargó por mano propia de escribir a vista de todos la sentencia sobre su acción temeraria, "Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas" (vs. 25-28). Más adelante el Espíritu Santo dejó el recuento de la palabra cumplida: "La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años" (30-31)
    Es obvio que Dios no escribe en las paredes como lo hizo delante de Belsasar; pero su palabra contiene la información precisa que cada uno necesita para saber si está honrando a Dios o no. A los hijos de Dios, su palabra le asegura que "es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Cor. 5:10). A quienes no han rendido sus vidas a Jesucristo, la misma palabra dice, "Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios" (Ro. 2:5). O bien, el mismo Autor de la escritura coloca en balanza celestial el conjunto de todas tus ideas, sueños, filosofía de vida, gustos, manejo del hogar, matrimonio o negocios y vuelve a escribir TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto ; y cuando lo escribe lo hace en el corazón, lo cual sabemos "pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas" (1 Jn. 3:20)
    ¿Qué está escribiendo Dios semana tras semana con relación a ti? ¿Qué cosas no aprueban el examen divino en tu vida? ¿Qué vas a hacer cuando Dios mismo mida y controle tu carácter y declare que estás en falta? ¿Acaso el Espíritu Santo te dice como Daniel a Belsasar "no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto"? (v. 22) ¡Reflexiona! ¡Admite lo que has estado haciendo! Busca en humillación el rostro de Señor antes que sea tarde y sólo se lea el grafiti de tu sentencia final y definitiva: "al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste" (v.23c) 

¡Dios te bendiga!

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lunes, 14 de septiembre de 2015

EL MEJOR LUGAR

"Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed- nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed- nego salieron de en medio del fuego" - Daniel 3:26

    Ya conocemos la historia de estos tres amigos de Daniel; llegaron al horno de fuego luego de que, negándose a adorar la imagen del rey, le confesaran a Nabucodonosor que ellos creían que Dios podía librarlos de su mano, "y si no" -dijeron- estaban dispuestos a morir antes que deshonrar a Dios. Este "y si no" nunca se hizo realidad, pero demostraba la fe y la fidelidad de ellos. La negativa de estos tres jóvenes a ceder a la idolatría les costó el ser echados al horno de fuego. En ese lugar Dios no los desamparó; lo sabemos por el testimonio mismo de Nabucodonosor: "¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses" (3:24-25). La historia continua con el texto de cabecera de hoy. Los muchachos no salieron de en medio del fuego sino hasta que el rey los identificó como siervos de Dios  y les dijo "salid y venid"; entonces "salieron de en medio del fuego"
    ¿Qué hubieras hecho tu? ¿Habrías salido antes? Sadrac, Mesac y Abed-nego estaban mas a gusto dentro del horno de fuego con Dios, que fuera del horno. Estaban donde Dios estaba; se quedaron donde la voluntad de Dios los había llevado. No salieron sino hasta que los medios que Dios utilizó en sus circunstancias para llevarlos al horno, estuvieran nuevamente a disposición para sacarlos del mismo. De esto se trata la vida piadosa, la vida de fe y la vida con paz; se trata de vivir haciendo lo que Dios indica y como Dios lo indica. Fue mejor para Marta, María y para los discípulos que Lázaro quedara en la tumba cuatro días más, porque así conocieron a Jesús como la resurrección y la vida (Jn. 11). Fue mejor para Pablo atravesar por el naufragio de Malta, porque así todos supieron que era cierto lo que dijo de que "ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá" (Hch. 27:34).
    También es cierto para ti, lector; que la presencia de Dios en tu vida garantiza el beneficio indiscutible de las circunstancias en las que ha decidido colocarte en su soberana voluntad y propósito de gracia para contigo, sean de salud, laborales, familiares, decisiones o cualquier otro tipo de aflicción. Es mejor estar allí que en cualquier otro lado; no procures salir de ese horno, es el lugar más seguro, el más adecuado y el más provechoso. Es el mejor lugar en el mundo para tu alma.

¡Dios te bendiga!

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domingo, 13 de septiembre de 2015

ENTOMOLOGÍA APLICADA

"Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado" - Joel 1:4

    La entomología (del griego entomos, "insecto" y logos, "ciencia") es el estudio científico de los insectos; que según los datos que se poseen, constituyen más de dos tercios de los seres vivos conocidos. Uno de estos insectos es la langosta, cuyo desarrollo posee cuatro fases de los cuales Dios se valió para realizar un juicio sobre el pecado de su pueblo; cuando es larva u oruga esta es la que come los bordes de las hojas, puesto que son más tiernas; el saltón (ninfa) con alas más desarrolladas devora la hoja completa; le sigue el estado de revoltón con alas más crecidas aún y que come las ramitas más blandas; y finalmente la langosta, desarrollada completamente y que come hasta el tallo de la planta. Sin duda alguna, una obra de ingeniería devastadora que Dios usó para poner a su pueblo en jaque espiritual para volverlos hacia él.
    Lo notable de este método de juicio divino es su proceso y continuidad; el ciclo de la langosta no permitía respiro a la economía de Israel; Dios no les dio ni un sólo momento de descanso, porque la necesidad de arrepentimiento y abandono del pecado no se puede hacer esperar. Piensa un momento en todas esas circunstancias en tu vida que se han sucedido una tras otra sin tregua alguna de parte de Dios; una enfermedad, una presión económica, otra vez con el auto averiado; menos trabajo, más deudas, sales de un dilema y te encuentras con otro, etc. Has perdido mucho en todo este proceso, especialmente, tiempo. Mientras tanto, allí está en tu corazón el conocimiento del por qué de todo esto, es un pecado o conducta o filosofía contraria a lo que la Biblia enseña y que persistes en hospedar en tu vida.
    En Israel, el resultado de este proceso disciplinario se esperaba que tuviera una confesión concreta: "Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios"- y añade el profeta Joel- "Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo" (2:17-18). No será diferente contigo, y cuando confiesas y te apartas y buscas al Señor en reconocimiento de tu necesidad; él hará una transformación en bendición proporcionalmente directa a todo el período de desolación que atravesaste; así fue con Israel "Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros" (2:25)
    "Los años perdidos nunca se pueden recuperar literalmente - dijo Spurgeon - el tiempo pasado, se fue para siempre... no puedes recuperar el tiempo que se fue; pero hay una extraña y maravillosa manera en que Dios puede darte las bendiciones perdidas, los años infructíferos sobre los que has llorado. Los frutos de años perdidos todavía pueden ser tuyos."

¡Dios te bendiga!

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sábado, 12 de septiembre de 2015

DE ESTO SE TRATA

"Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama (Jehová allí)" - Ezequiel 48:35

    Si has leído todo el libro de Ezequiel, entonces apreciarás el contraste entre el inicio y el final. En el primer capítulo el profeta contempló la visión de la gloria de Dios que paulatinamente fue desapareciendo de la ciudad de Jerusalén, para abandonarla finalmente en el décimo capítulo y no regresar sino hasta su restauración en el milenio como se expresa en capítulo cuarenta y tres. Pero las últimas palabras del atalaya de Dios para Israel en su profecía fueron las que nos indican el versículo de hoy: "Jehová-sama" (Jehová allí). No hay otra cosa de mayor valor en todo el libro de Ezequiel: La gloria de Dios por medio de su presencia. 
    Cuando el apóstol Juan introdujo a Cristo en su evangelio, lo hizo con estas palabras "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (1:14). La gloria de Cristo era su presencia con ellos; y en el Apocalipsis, el mismo apóstol escribió: "Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios." (Ap. 21:3).
    Una de las mayores promesas del Antiguo Testamento es "No temas, porque yo estoy contigo" (Is. 41:10) y la última que dejó el Señor en el Nuevo Testamento es "he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mt.28:20). Orando antes de la cruz Jesús dijo: "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo" (Jn. 17:24). No es ninguna sorpresa entonces, que así también finalice Ezequiel su visión del futuro glorioso de su pueblo: "Jehová-allí" porque no hay maravilla más grande que el hecho de saber que Dios está con nosotros, pero tampoco hay revelación más inmensa y majestuosa como saber que lo único que le dará hermosura a la eternidad, no será que nosotros estemos allí con Dios sino que El esté allí, porque la eternidad no tendría sentido sin la presencia de Dios - "y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro." (Ap. 22:3). Aprende ahora que de esto se trata la hermosura del cielo: Cristo estará allí.

¡Dios te bendiga!

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viernes, 11 de septiembre de 2015

EJEMPLOS Y PALABRAS

"Ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el atrio interior. Ni viuda ni repudiada tomará por mujer, sino que tomará virgen del linaje de la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote. Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio." - Ezequiel 44:21-23

    En el capítulo 44 de su libro, Ezequiel es exhortado por el Señor a prestar suma atención porque le mostrará las ordenanzas del ministerio en la casa de Jehová, "Hijo de hombre, pon atención, y mira con tus ojos, y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la casa de Jehová, y todas sus leyes; y pon atención a las entradas de la casa, y a todas las salidas del santuario" (v.5). La mitad del capítulo tiene que ver con los cuidados que los sacerdotes y levitas debían tener cuando realizaran su ministerio. En el pasado, un grupo de ellos fueron un mal ejemplo cuando "sirvieron delante de sus ídolos, y fueron a la casa de Israel por tropezadero de maldad" (v. 12); ahora Dios escogería a aquellos que "guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí" (v.15).
    Lo que Dios quería de ellos era regularidad y no secularidad en los asuntos del ministerio. Para tal fin, ellos tendrían cuidados especiales, concernientes a su vestimenta (44:17-18); a su apariencia (44:20); a su dieta (21); al matrimonio (22); y especialmente en lo que tenía que ver con lo que enseñarían (23). Este - la enseñanza - es el aspecto final en el cuidado de su ministración, no el primero sino el último. No podían enseñar si no se conducían de manera propia o contradiciendo lo que representaban. Todo su aspecto exterior y sus hechos en el contexto levítico debían apoyar y confirmar lo que dirían con sus palabras. Había una línea que marcaba la distinción y la enseñanza para discernir.
    Podemos conocer toda la enseñanza de la escritura; tener un cúmulo de información doctrinal y de teología que sobrepasa a la mayoría de las personas; quizá un entendimiento de la profecía y del mensaje completo acerca del plan de Dios en la historia. Podemos saber todo esto y desear abrir nuestra boca para compartirlo; pero de nada servirá si somos irregulares en nuestro testimonio; si una mentalidad secular se ha apoderado de nuestras vidas, que no favorece ni permite un testimonio fidedigno que educará a otros creyentes y atraerá a los que están sin Cristo al evangelio de la salvación.
    Es importante que evitemos los tropiezos y las inconsistencias en nuestras vidas y que, como Esdras (7:10) aprendamos a enseñar luego de practicar lo que sabemos, para que asimismo digamos con el apóstol "no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado" (1 Cor. 9:27).

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jueves, 10 de septiembre de 2015

SIEMPRE HABRÁ DISTINCIÓN

"Y luego que acabó las medidas de la casa de adentro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y lo midió todo alrededor... A los cuatro lados lo midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación entre el santuario y el lugar profano." - Ezequiel 42:15, 20

    El profeta Ezequiel finaliza en el capítulo 42 la descripción interna del templo del milenio, donde Cristo estará cuando regrese por segunda vez sin relación con el pecado. Ahora, el Señor le llevó fuera para mostrarle las medidas que conformaban el perímetro de este lugar futuro. Estas medidas del muro exterior corresponden a 1.600 metros por cada uno de los cuatro lados. La mano de Dios dirigió a Ezequiel lado por lado sin excepción y cuando todo hubo sido medido, entonces vino la explicación del por qué del tamaño; explicación que no mostró distinción con los principios que siempre identificaron a Dios y su naturaleza: Una separación entre lo santo y lo profano.
    "Una diferencia es hecha entre las cosas sagradas y las comunes, entre el día del Señor y otros días,  entre su libro y otros libros, sus instituciones y otras observancias; y una distancia es puesta entre nuestras acciones mundanales y las obras espirituales, de manera que podamos hacer una pausa y considerar el hecho en nuestra adoración a Dios." (M. Henry).  No dudamos que este fue el sentimiento del profeta Ezequiel al momento de observar objetivamente y desde afuera el templo que en visión Dios le había mostrado. 
    No importan los tiempos, épocas o acontecimientos que se sucedan a través de la historia; una y otra vez la escritura marca una diferencia entre Dios y el resto de las cosas existentes, una línea o límite de separación entre el Señor y cualquier otra cosa. Los serafines en la visión de Isaías no comenzaron a dar voces diciendo "Santo, santo, santo..." (6:3) en el momento que el profeta tuvo la visión, sino desde el día que fueron creados, y así será por toda la eternidad. En el cielo, y aunque habrá ausencia de pecado, él estará en su trono y los redimidos adorándole. Que el Espíritu de Dios grabe en nuestros corazones y mentes la revelación de esta verdad de que siempre habrá distinción entre lo santo y lo profano y nunca disminuirá la distancia entre uno y otro. "Sed santos, porque yo soy santo." (1 Pe. 1:16)

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miércoles, 9 de septiembre de 2015

"VEO - VEO; ¿QUÉ VES?"

"En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá. En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur... Y me habló aquel varón, diciendo:Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel." - Ezequiel 40:1-2, 4

    El Veo-veo es un juego de adivinanzas que usualmente es jugado por las familias con niños pequeños y tiene la particularidad de ayudar al niño a agudizar su capacidad de observación, entre otras cosas. Alguien escoge un objeto que observa e inicia una secuencia de preguntas que ayudan en la descripción  para orientar al niño a descubrir aquel objeto que ha sido elegido. Mientras tanto no se descubra, las preguntas siguen y solamente quien las hace ve y sabe a qué se refiere.
    Catorce años después que Jerusalén fue tomada y el templo destruido, el profeta Ezequiel tuvo la visión futura de su nación. Fue llevado en esta visión a la tierra de Israel y allí fue donde Dios le indicó que prestara atención con sus ojos, oídos y con su corazón a todas las cosas que le serían mostradas  para que luego pudiera contar todo lo que había visto a la casa de Israel. Su observación era vital para la descripción que luego abarcará los capítulos 40 al 46 de su profecía y que incluirían la descripción de un templo glorioso y los mandamientos en la nueva adoración que se llevaría acabo en el.
    La visión del profeta llegó en un tiempo de desazón nacional con tantos años pasados ya de ignominia y devastación espiritual; pero Ezequiel tuvo la dicha de participar en este "veo - veo" divino y apreciar un futuro glorioso para Israel aún estando en una condición tan deprimente y sin esperanza. Cualquiera sea el estado o situación del corazón en la que te encuentras en este momento; si estás bajo convicción de pecado por las consecuencias que experimentas, es porque el Espíritu de Dios ha comenzado a obrar en ti. De la visión de tus faltas y transgresiones surgirá la visión de las promesas de restauración y seguridad que están prometidas para los hijos de Dios cuando ordenan sus caminos conforme a la escritura. La razón de que ocurra de esta manera es "porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Ef. 2:10)
    Un estado de calamidad, derrota y pesimismo no se puede justificar en la vida del cristiano; por el contrario cuando el pecado ha sido confesado, tiene que aprender a ver lo que Dios ve - "Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies..."(Heb. 12:12); y porque "hay un final dichoso para el hombre de paz" (Sal. 37:37). Y tu, ¿qué ves?

¡Dios te bendiga!

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martes, 8 de septiembre de 2015

EFECTO SECUNDARIO

"Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante" - Ezequiel 39:26

    Los profetas del Antiguo Testamento vislumbraban un cumplimiento futuro cercano y un cumplimiento futuro final con relación a sus profecías acerca de la restauración de Israel. Así, ellos hablaban del momento cuando regresarían de la cautividad de Babilonia, pero también veían el regreso final de toda la nación a su tierra cuando el Mesías reinaría sobre ellos en el milenio. Cuando pensamos en el regreso de Israel a su tierra luego de los setenta años de cautividad, imaginamos un cántico de gozo como el mismo profeta Isaías lo predijo: "Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán" (51:11). Sin embargo, esa es sólo una cara de la moneda; la otra es la que muestra Ezequiel en este pasaje: La vergüenza y el reconocimiento de su rebelión contra Dios en el pasado serían parte de los sentimientos y emociones que reconocerían como propios. La seguridad que sentirán bajo el cuidado de Dios, les haría meditar en cómo se habrían comportado contra él; sería un efecto secundario.
    Existe un aspecto en la vida del hijo de Dios que hace que en medio del gozo que tiene por el perdón de sus pecados también recuerde con vergüenza los tiempos en que no tuvo en cuenta a Dios, "¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte." (Ro. 6:21). Mientras el apóstol Pablo pensaba en la fortaleza de Dios para ponerlo en el ministerio, también recordaba su condición pasada sin Cristo cuando confiesa "habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador" (1 Ti. 1:13). 
   El creyente que aprende a vivir bajo la seguridad de Dios en el gozo y la certeza del perdón de pecados, también sabe y recuerda con vergüenza todo aquello que antes fue una deshonra a Dios. Cuando el mismo apóstol dio instrucciones finales a Tito acerca de cómo debían comportarse los creyentes estando dispuestos a toda buena obra, le recordó también de qué conducta pasada fueron rescatados, "Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros." (3:3). Vivamos agradecidos al Señor por la obra de salvación y restauración en nuestras vidas, pero mantengamos en stand-by la memoria de cómo fuimos antes para que nuestra apreciación del Salvador sea cada vez mayor y tanto más amorosamente consumidora por su persona.

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
© 2013- Ricardo Daglio -Uso personal, no distribuir sin permiso

lunes, 7 de septiembre de 2015

HUESOS CON ESPERANZA

"La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos... Y me dijo:Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije:Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis" - Ezequiel 37:1, 3-5

    Fue un gran impacto visual para Ezequiel estar parado en medio de un valle lleno de huesos secos; una visión por cierto deprimente y devastadora. ¿Qué podría haber ocurrido a tanta gente? ¿Quiénes eran todas estas personas que yacían en ese lugar? La casa de Israel, "Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel" (v.11a). Esta era la visión del profeta que representaba la condición espiritual del pueblo de Dios que como nación habían quedado absolutamente sin esperanza. En otro tiempo no fueron así, pues Jeremías dijo: "Se engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo" (Jer. 5:28); pero ahora confesaban en la cautividad, "Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos" (v.11b). Fue la confesión final del Israel abatido y disciplinado por sus pecados. Entonces vino la pregunta de Dios y la respuesta del profeta, "Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije:Señor Jehová, tú lo sabes." Y la palabra de Dios les dio espíritu y vida. Israel volvió a su tierra transformado.
    El proceso por el que atravesó Israel no es distinto al que atraviesan todos los que obstinadamente han dado la espalda a la palabra de Dios. Primero sienten una seguridad intocable, pero luego se consumen paulatinamente hasta quedar secos y confesando que ha perecido su esperanza. El Señor permite esta situación en la que los desahuciados aprenden que únicamente del cielo puede venir un soplo de aliento de vida para una restauración completa. Son los que dicen "Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado" (Job 33:27).
   ¿Has pasado por este proceso? ¿Lo estás atravesando ahora? Una convicción de sequía espiritual absoluta, falta de esperanza y vigor en tu andar con Dios conforman el fondo del asunto que dará lugar a un corazón que ruegue por ayuda del cielo. Piensa cómo el Señor únicamente puede sustentar tu alma una vez más; él solamente es quien recupera la fuerza y la vitalidad en sus hijos cuando confiesan sus pecados; y lo hace con el único fin de que puedan reconocer que lo que Dios dijo, era la verdad - "Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío" (Ez. 37:13) 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, Mate y Oración-
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