viernes, 27 de marzo de 2015

DEJA DE QUEJARTE

"Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora?... Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet- seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel." Josué 17:14-16


    Una consideración de los territorios repartidos a las doce tribus en el libro de Josué, arrojará una interesante información en cuanto a los descendientes de José (representado en las tribus de Efraín y de Manasés); y es que ellos recibieron una extensión importante de tierra debido a cómo habían sido bendecidos por Dios en cuanto a la densidad de población. No hay duda alguna que la profecía de Jacob sobre su hijo José, se había cumplido, "Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro." (Gn. 49:22).
    Pero ahora, ellos se quejaban de lo que tenían y afirmaban que sería poco. Sin embargo, no era ese el problema de fondo, sino otro. A saber, que había más territorio para poseer pero creían que los cananeos que los habitaban eran demasiado fuertes para ellos. De manera que se empezaron a quejar en lugar de comenzar a conquistar. Ya Josué se los dijo con firmeza, "Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte." (17:17-18). 
    Perdemos mucho tiempo cuando nos quejamos de lo que tenemos y no miramos con fe hacia lo que se nos ha prometido. No se nos ha prometido sin sacrificio. Los privilegios espirituales y las victorias de la fe tienen sacrificios de por medio "Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma," (1 Pe. 2:11); "...me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos." (Jd. 3).
    Si quieres tener más, fíjate que sea dentro del marco de las promesas que Dios te ha dado y no en el contexto de alguna búsqueda caprichosa. Si pedimos para gastar en nuestros deleites no obtendremos respuestas. No te quejes, sino "Pelea la buena batalla de la fe" (1 Ti. 6:12). ¡Cuánta bendición tenemos en Cristo! ¡Cuántas cosas nos ha dado en su sola gracia! Entonces, sin andar sollozando por ahí, "vistámonos las armas de la luz" (Ro. 13:12), y obtengamos todo lo que el Señor nos dará para que continuemos reflejando a Jesucristo. 

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013
    

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