viernes, 13 de marzo de 2015

LO QUE NECESITAS SABER DE DIOS


"Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel" - Deuteronomio 7:9


   El séptimo capítulo de Deuteronomio contiene una definida advertencia para Israel acerca del peligro de relacionarse con los cananeos luego del cruce del río Jordán. Las siete naciones juntas mencionadas, tenían un poderío militar superior al pueblo de Dios. Pero ellos no debían temer el poderío militar sino el peligro moral que les representaba. Era en todo caso, un llamado a la obediencia incondicional a Dios como nación para que no resultaran subyugados por la idolatría.
   ¿Y cuál fue el atributo de Dios que les fue revelado para que conozcan y para que lo aprecien y para que su obediencia fuera absolutamente de corazón? Su fidelidad. Claro que Israel sabía que Dios era poderoso, lo experimentaron al salir de Egipto. Por supuesto que sabían también que él era Santo, lo vivieron reiteradas veces al observar el tabernáculo. No hay duda que entendían que era justo, sus diez mandamientos lo ejemplificaban. Como Dios misericordioso igualmente lo reconocían, pues en más de una oportunidad no les dio lo que merecían sus pecados.
   Pero ahora él les dijo, "soy un Dios Fiel"; y eso es suficiente condimento para la obediencia imparcial. Nunca les falló. Mirando su historia pasada, muchos atributos de Dios podían ser recordados y mencionados, pero a la hora de entrar en la tierra prometida y hacer lo que debían, la Fidelidad de Dios era lo mejor que podían conocer.
   Con toda seguridad no comprendemos todos los actos justos de Dios, como tampoco entendemos la magnitud de su poder y misericordia; pero sólo hace falta una cosa para sustentar la obediencia diaria a la palabra de Dios, y esto es considerar su Fidelidad para con nuestras vidas. Al mirar hacia atrás, existe un solo acto de Dios que necesitamos ponderar para reconocer que él es Fiel, la cruz de Cristo. Este es el mayor y más importante ejemplo de su fidelidad, ya que encierra todo el resto de sus continuas fidelidades que se renuevan cada mañana, pues la escritura declara: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Ro. 8:32).
   Si vas a obedecer al Señor, hazlo porque él es Fiel, no porque quieres algo de su mano o porque tienes miedo de un castigo; así no se espera que obedezca su pueblo. Y si has estado haciendo lo que debes con otra motivación, confiesa el pecado de irreverencia y disfruta de aquel que dijo: "Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo." (2 Ti. 2:13)

¡Dios te bendiga!

-Biblia, mate y oración-
© Copyright Ricardo Daglio - 2013

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